La construcción de personajes tan distintos uno de otro, traer a colación temáticas tan complejas en la actualidad como una violación o los abusos hacia las mujeres en general y romper los moldes de los tabúes sociales, son algunos de los elementos potenciados por una de las actrices chilenas más destacadas del último tiempo: Paula Luchsinger.
Tras interpretar a Celeste Ibarra en la serie nacional de Amazon Prime Video, “La Jauría”, la titulada de la Universidad Católica brilla como nunca antes la habíamos visto, consolidándose de la mano de la producción de Fábula. Misma situación en la cinta “Ema”, de Pablo Larraín, abriéndole las puertas aún más a la carrera de Paula Luchsinger.
Pero, indudablemente, Celeste no es únicamente un papel que deja de manifiesto el dolor y la tristeza que cualquier mujer o persona puede sentir cuando alguien amado desaparece o es, lisa y llanamente, trasquilado por una sociedad denominada “patriarcal”, en que el criticado sistema judicial abandona a la mujer en gran parte de las ocasiones. Celeste, sin embargo, también es el fiel reflejo de una sociedad cansada, que no confía en las instituciones y que busca por sus métodos el traer justicia a su familia.
Actualmente, según datos de marzo de este año por parte de la Subsecretaría de la Prevención del Delito, en concordancia con las cifras mundiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), diariamente 11 mujeres son violadas en Chile, siendo un incremento superior a los últimos nueve años. Dardos en contra del Poder Judicial -en su gran mayoría, compuesto por hombres- y al Ministerio de la Mujer son pan de cada día y, como se evidencia en redes sociales, el descontento es generalizado.
El caso más contingente es el de Martín Pradenas y la acusación en su contra por violación de Antonia Barra, joven que se suicidó tras no soportar las consecuencias de estos actos. Un acontecimiento que ha generado una ola de repudio hacia el sistema judicial, una vez más, a causa de las medidas preventivas dictadas en pleno proceso.
Es en ese contexto y en correlación con su participación en “La Jauría”, que la actriz chilena Paula Luchsinger conversó en exclusiva con La Máquina sobre esta producción, cómo se sintió interpretando a “Celeste”, el mensaje proyectado en su rol y, por supuesto, sobre feminismo.
N.E.: Esta entrevista con Paula Luchsinger se realizó de manera remota, debido a las precauciones dictadas para evitar la propagación del coronavirus covid-19.
En La Jauría podemos evidenciar un claro llamado de atención a la sociedad para tomar más conciencia sobre actos tan violentos y repudiables como las violaciones, los abusos, acosos y las agrupaciones como la mismísima jauría. En ese sentido, ¿qué representó para ti el haber encarnado a una “víctima indirecta” de estos hechos?
Para mí, interpretar a Celeste fue una responsabilidad y un orgullo. Responsabilidad, porque dentro de este sistema patriarcal en que vivimos las mujeres somos vulneradas a través de muchas formas, física, sexual, social y simbólicamente. Por eso era muy importante para mí que se viera el dolor y que el público pudiera empatizar y entender a qué nos vemos expuestas las mujeres. Y orgullo también porque en la serie las mujeres son las protagonistas y heroínas, no las víctimas, y creo que es un cambio de paradigma muy importante.
Sabiendo que, en tiempos de pandemia, las tasas de violencia domiciliaria, de feminicidios, femicidios y de violencia de género aumentaron significativamente, ¿crees que La Jauría llegó en el mejor momento?, ¿hay una crítica de la serie desde su escritura y puesta en escena hacia las medidas adoptadas por nuestras autoridades y la poca reflexión real de la gente?
Nosotros grabamos la serie hace aproximadamente un año y medio y es muy doloroso que la serie llegue en un momento tan contingente porque, como bien dices, la violencia contra la mujer ha aumentado durante la pandemia. Esto es horroroso, porque significa que muchas mujeres viven con su abusador. Creo que el Gobierno no ha actuado a la altura del problema, la violencia de género debería ser prioridad.
Cuando Paula Luchsinger recibió el guion y conoció el papel a interpretar, se sintió “honrada de poder hacer un personaje tan complejo, con una historia tan potente, con contradicciones también porque, si bien Celeste es muy valiente, ella también tiene miedo”, comenta la actriz. Asimismo, percibió esta experiencia como un desafío: “Quería que la gente empatizara conmigo, pero que también fuera un personaje movilizador; no caer en la pena absoluta ni en la rabia absoluta”.
Hubo escenas en que Celeste se enfrentó a distintos tipos de “jaurías”, como los neonazis, los drogadictos o hackers. ¿Cuál fue la intención de esto según tu perspectiva?, ¿demostrar que los violadores, machistas y misóginos están esparcidos por toda la sociedad, sin importar por dónde transiten?
Sí, efectivamente, están en todas las esferas sin distinción. Hay una escena en particular donde Celeste va a conocer a la jauría que le tocó, como Alex, y allí la están esperando tres hombres completamente normales. En esa escena Celeste entiende lo perverso y lo amplio del juego de “La Jauría”, que están en todas partes escondidos, esperando para atacar y es imposible saber quiénes son.
En todas las historias que se proyectan en la serie, se demuestra la ineficiencia y despreocupación de los padres por sus hijos. Lo mismo pasó con Celeste, sobre todo cuando se embarcó en una búsqueda personal para hallar a su hermana. ¿Es una suerte de crítica también a quienes guardan una especie de culpa ante los casos de abusos?
Yo creo que es muy difícil ser padre y madre en esta época donde la tecnología es parte tan fundamental de nuestras vidas. Lxs adolescentes están expuestos a un montón de cosas que uno no puede prever: ciberbullying, grooming, amenazas, juegos, etc. En este sentido, la violencia histórica que ha existido contra la mujer muta y se mete en cada nuevo recoveco y la tecnología y redes sociables no son la excepción.
Es importante decir que aunque hay personas que no ejercen la violencia físicamente, sí la permiten y la toleran compartiendo videos, fotos e información y eso también debería ser castigado.
¿Qué es lo que más rescatas de haber interpretado a Celeste Ibarra?, ¿buscas que las mujeres puedan tener la misma entereza y audacia que tu rol?, ¿te inspiraste en alguien?
Lo que más rescato fue lo sanador e inspirador que fue para mí hacer un personaje así. Yo me enamoré de Celeste, de su valentía, de su fuerza, de su determinación, de su fragilidad, de su miedo. Me encantaría poder hacer y mostrar más personajes así, creo que es necesario para crear nuevos cánones de género y derribar estereotipos.
Siempre cuando trabajo busco referentes en el cine, series, libros, música, fotos, etc., y luego con toda esa información voy creando y entendiendo a los personajes. Para Celeste vi series policiales como The Killing y Sharp Objects; para el mundo hacker vi “Mr. Robot“, “La chica del Dragón Tatuado” y también me reuní con hackers éticos y vi documentales de la deep web. Para la valentía observé personajes femeninos fuertes como Khalessi en “Game of Thrones“, Laegerta en “Vikings” y “La Princesa Mononoke”. En la vida real me inspiré en la resistencia de las mujeres kurdas que luchan contra el Isis, ellas son heroínas que sacrifican su vida.
Tu relación con el papel de Mariana di Girolamo también es una bandera de visibilidad a la libertad en la orientación sexual, algo similar a lo mostrado en “Ema” y “Yo soy Lorenzo”. En ese sentido, ¿crees que falta interpretarlo más aún en la pantalla chica y grande en nuestro país?
Sí, creo que hay que dar espacio a todas las disidencias en la industria audiovisual, creo que la TV y el cine son muy importantes en la creación de nuevos cánones. Las disidencias siempre han sido subrepresentadas en la industria y eso debe cambiar. Debe haber más protagonistas mujeres y más protagonistas LGBT.
Creo en un mundo donde todxs seamos respetados y valorados en nuestras diferencias, sin importar nuestro género, orientación sexual, país de procedencia, color de piel, etc.
¿Este es, sin dudas, tu papel más importante? ¿Por qué?
Definitivamente ha sido mi papel más importante, primero por lo desafiante que fue, lo mucho que lo quise y porque las temáticas que aborda son muy necesarias y contingentes.
¿Qué crítica le harías al Gobierno o, más específicamente, al Ministerio de la Mujer en cuanto a la reacción y proactividad para disminuir la cifra que atenta contra la vida de las mujeres?, ¿crees que es solo un problema estatal?
Creo que el manejo del Ministerio de la Mujer ha sido vergonzoso. Yo no me imagino que en el Ministerio de Hacienda nombraran a una persona que no tiene estudios ni especialización en el tema, ¿por qué en el Ministerio de la Mujer sí? En este tipo de decisiones se evidencia que para el Gobierno este Ministerio es uno de segunda categoría y eso me parece inaceptable. Hay mujeres que han sido violadas, asesinadas, cegadas, quemadas y eso tiene que parar.
Creo que es un problema de la estructura patriarcal en que vivimos, con instituciones creadas por hombres y hechas para hombres. Todo lo que las mujeres tenemos, lo hemos tenido que pelear, que exigir. Debemos plantearnos otro mundo donde ni la mujer ni la tierra sean territorios de conquista.
