Con cientos de eventos realizados, más de una veintena de giras internacionales y diversos reconocimientos que se le han entregado dentro y fuera de Chile, la cantautora Pascuala Ilabaca es innegablemente un símbolo vivo de la música nacional de raíz. Jazz, rock, pop y diversos estilos convergen en su música, sustentados por su característica forma de dar presencia a sonidos ligados a la tradición y al folklore, lo que denota su versatilidad y creatividad.
Actualmente, a falta de casi de un mes para el inicio de su gira por Estados Unidos junto a su banda, la icónica artista nacional lanzó su nuevo EP, que lleva como título “Alegriste”, por el contraste de emociones que presenta.
Bajo el contexto anterior, días antes del lanzamiento de su nuevo trabajo, Revista La Máquina pudo conversar en exclusiva con Pascuala Ilabaca, quien nos contó en detalle el sonido de su nuevo material y su visión del Folklore y la música nacional actual.
Misma esencia, nuevos elementos
Hace poco estrenaste “Estocolmo”, canción que habla de cambios y atreverse, y justamente es una canción en la que cambias tu sonido habitual y lo fusionas con elementos de la música urbana contemporánea, incluso reminiscentes al Jazz Rap. En ese sentido, ¿Cómo fue el proceso de juntar todos los elementos que buscaban y plasmarlos en esta idea?
En distintos discos ya he tenido algunos estilos así. Por ejemplo, en el disco “Rey Loj”, había harto de ese estilo. Hay un tema de ese álbum que se llama “Extintos”, que investigaba bastante ese sonido. Creo que tiene que ver con los gustos musicales como banda. Siempre nos ha gustado Erykah Badu y el Rock, entonces han habido distintos momentos en que eso confluye con un estado emocional íntimo, con un contexto político o con una canalización de la ira en la que el Rock se toma a Pascuala Ilabaca y Fauna y le roba el espacio a los ritmos folclóricos y a esa determinación que hemos tenido de estar investigando y promoviendo siempre los ritmos de raíz. Entonces, siento que eso paso en el EP “Alegristre”, que es un EP bastante bipolar, porque tiene una parte más rabiosa y otra parte muy tierna. Es un material bien íntimo y visceral, en el que surgieron estas canciones donde yo no toqué el acordeón, todas con Rhodes y piano eléctrico. Estuvimos buscando una nueva textura que mezcle este gusto por lo vintage que tiene la banda, con estos referentes más de cantautor, como lo son los últimos discos de John Lenon, la energía de Janis Joplin, pero pensando en ese sonido que nos ha ido encantando en este último tiempo, cómo ese Jazz Pop moderno que está sonando. Fue ir buscando un sonido con Jorge Abarca, sonidista de la banda, que me encanta como trabaja. Trabajó toda la vida con congreso, tiene un sonido super análogo y le gusta el Rock y el Blues. Siento que me pudo complementar super bien desde la producción del sonido mismo a la búsqueda de texturas que quería. También siento que pasa que se nos va metiendo en el cuerpo el sonido de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, me acostumbré mucho a grabar mi voz con el celular, entonces me acostumbré caleta a escuchar mi voz super comprimida y seca, y me gusta ese sonido. Creo que eso también le cambia la estética, que para este EP estaba bueno.
Sabemos que este mes se estrena tu EP, ¿Qué nos puedes contar de él, incluyendo acerca de las posibles colaboraciones?
No hay otra colaboración. La única colaboración es la del single de adelanto, junto a Redmist y Dania Neko, porque voy a sacar un disco en el segundo semestre y ahí hay muchas colaboraciones. Quise dejar este Ep como algo más de la banda, con el sonido que buscamos y todo, porque en el disco hay muchas colaboraciones, algunas internacionales y todo. En el EP quisimos colaborar con Dania, porque es una compañera de acá de Valparaíso, y queríamos hacer una colaboración más local antes de tirarnos con estos featuring que vienen el segundo semestre, que son más internacionales.
Sobre el EP, que se llama “Alegristre”, son cinco canciones y hay unas bien duras y otras muy tiernas; ese es el contraste, por eso se llama “Alegristre”. Una de las canciones tiernas es una canción que le escribí a mi gata cuando era chiquitita y tiene grabaciones domésticas de la gata jugando con una pelota, tiene harto trabajo de paisaje sonoro. Ese tema está bien entretenido. No va a ser de los singles, pero creo que va a gustar, porque es bien tierno y divertido. Siento que eso lo empecé a investigar en el EP “Amatoria”, poner también un poco de humor en la música, porque siento que antes como cantautora asumía hablar de temas que me importaban y había cierta solemnidad a la hora de comunicar, que me impedía trabajar desde el humor, y siento que eso desde la pandemia lo he ido trabajando más. Hay canciones chistosas que han salido, cómo “Ranchera Antiposesiva” o “La Curiosidad”. Y el single que va a salir como track destacado del EP se llama “Año Nuevo”, y va a tener un videoclip super divertido que estamos grabando y lo hemos pasado increíble con la banda. Se viene un video muy distinto al de “Estocolmo”, que era más crítico, más denso y pesado; el de “Año Nuevo” es todo lo contrario, es muy hedonista, es como una fiesta para celebrar lo bonito que nos entrega la amistad en la vida cotidiana.
Crear desde la raíz: El sello de Pascuala Ilabaca
Se podría decir que en todos tus lanzamientos hemos podido ver elementos del folklore o la música de raíz, ¿En qué recae la importancia de rescatar aquellos sonidos?
O sea, no en todos, pero el último EP que lancé, que fue “Lucero”, era muy folclórico, porque justo en ese EP estaba hablando sobre cuál es la estrella que pone cada uno cuando el cielo está oscuro. Y reconozco la importancia que la cultura andina nos lega, centrada en la capacidad de relacionarnos como comunidad y reconectarnos como colectividad. En la cultura andina todos los ritos son colectivos, y siento que esa energía es muy importante de incorporar. En Valparaíso, que es una ciudad en que confluyen muchas personas aymaras y quechuas que vienen a estudiar a la universidad, se ha ido dando esta cultura andino-urbana que se expresa con mucha fuerza. (…) y siento que las personas que somos de esa ciudad entendemos eso, que la energía andina es la que nos enseña a vivir en comunidad. Entonces por eso a mi me interesa incluir la raíz, porque este mundo es tan individualista, competitivo; el mundo del capitalismo. Siento que es super importante recordar todo el tiempo este legado comunitario que es una sabiduría que es nuestra, que es ancestral, que tenemos que recordar y que, también, fruto de la discriminación, ha sido muy oculto, pero que haya sido oculto no significa que no exista. Es un rol de la generación de ahora empoderarnos con lo que sí somos, porque a veces se mal entienden estos discursos de apropiación cultural, como una forma de invalidar tu conexión con tu propia raíz, y creo que ese es un tema que a mi me llega y me importa mucho. Te pueden decir en juicio muy superficial “ay, tu te pusiste una tulma andina en el pelo y te estás apropiando de una cultura que no te pertenece”, pero, por otra parte, si una persona te ve vistiendo un Blue Jeans, no te van a decir que te estás apropiando de una cultura que no te pertenece o no te van a ver como que estás siendo apropiado por una cultura que no te pertenece; se va asumir que la moda que te presentan como tendencia en una multitienda es lo que te corresponde a ti. Entonces ¿Quién determina eso?. Es algo muy consumista y enajenado de la historia y memoria de la historia, las comunidades y las tradiciones. ¿Por qué a mi me va a ser más propio una ropa que la tendencia determinó y está en el retail que una ropa que tiene una memoria, historia y significado que para mi es importante de recuperar?. Ese es un tema importante, en el cual yo me siento sumamente convocada a recordar mi raíz y a hacer de eso un proceso colectivo a través de mi música.
Pasando a la actualidad de la música latinoamericana, ¿Cómo ves el panorama local actual para la música ligada al folklore y la música de raíz?
Estoy super contenta y esperanzada con la generación de músicas jóvenes de Chile. He conocido gente que es muy chica, que está tocando muy bien instrumentos y que está recopilando el Folklore. En este momento hay una cantidad de jóvenes cantantes de Boleros y guitarristas de boleros buenísimos. Estoy trabajando en el disco que voy a sacar el segundo semestre, que es super porteño, como un homenaje a la música de Valparaíso, y he estado trabajando con puros músicos jóvenes, invitándolos en su expertis, como estoy trabajando en ritmos de boleros o cueca. Entonces he estado buscando gente que está tocando ahora, para invitarla, y la verdad es que estoy muy maravillada con la juventud. El otro día, por ejemplo, fui a una tocata en un club de Jazz en Valparaíso, y había un proyecto de saxofón con cuatro guitarrones chilenos. ¡Nunca había escuchado unos guitarrones chilenos tan afinados y tan bien tocados!, y eran tocados por cabros jóvenes que lo están haciendo con mucho respeto, pero con otra técnica, otra oreja y otra mentalidad. Me gusta mucho lo que está pasando hoy en día con el Folklore en Chile.
Tradición con pasado, presente y futuro
Dicen que la música se adapta a los tiempos, y en ese sentido, creo que eres una prueba viviente de que los elementos más tradicionales pueden fusionarse muy bien con algunos actuales. En el mismo hilo, ¿Crees que la música local, en especial la ligada a la raíz y el Folklore, a veces puede ser muy hermética en su sonido?
Siento que lo que es hermético es nuestra cabeza, no la música. Tenemos como una estructura mental, culturalmente muy arraigada, de defender cosas. Entonces está esa cosa peleadora, que yo como porteña siento que aprendí, y tengo que bajar la guardia, no estar a la defensiva con esto, porque, en el fondo, muchas veces me ha tocado defender mi postura, defender que se puede cambiar la forma de algo, que si ya estudiaste cueca puedes hacer una variación. Por eso siento que Violeta Parra es tan importante para nuestra generación, porque nos enseñó que se puede recopilar Folklore, con mucho cariño y respeto, y que a la vez se puede innovar y proponer. Si te quedan chicas las décimas, centésimas; millonésimas quería escribir Violeta Parra. En el fondo, poder verter la creatividad en el rescate de la raíz y que una cosa no sea la antítesis de lo otro, pero claro, cuando una empieza a aprender Folklore, el Folklore, justamente, es un set de normas para llegar a una composición en el estilo, entonces cuando la empiezas a transformar hay mucha gente que se ofende, porque son los que está defendiendo ese legado. Aunque a mi me gusta mucho poner en valor de que siempre, en toda la historia del arte, han existido las personas que tienen que conservar algo para que se mantenga puro y las personas que van innovando para que eso se vaya comunicando en el futuro, y esas dos energías son muy necesarias. Esa energía de hacer puente, como lo hizo Violeta, y la de registrar, como lo hizo Margot, por ejemplo. Yo espero que haya una mirada más conciliadora de esas dos energías al abordar la raíz. Entiendo que como viene de la lucha, es algo que cuesta dejar que se transforme. Por ejemplo, con Vanessa González, que es la compañera aymara con la que trabajé la investigación para escribir el EP “Lucero”, debatimos un montón sobre eso, porque claro, como ella es aymara de Visviri, viene de Arica, baila desde los tres años en La Tirana, sabe cuales son los trajes para cada baile y tiene muy integrado el sentido de cada cosa, llega a Valparaíso y a veces no entiende personajes nuevos que salen en las comparsas o por qué en Valparaíso hay veces que el carnaval se hace en otras fechas. Entonces, pasa eso que se rompen tradiciones, pero se rompen desde la necesidad de conectarse con la raíz desde lo urbano y de verse autorepresentadas, y eso igual tiene un valor, que yo defiendo. Me interesa ese debate. Por ejemplo, si uno se mete en YouTube a ver nuestro videoclip El Baile de Kkoyaruna, tiene una cantidad de debate entre gente de Bolivia, Ecuador o Perú, y todos comentan sobre si es que Chile es andino o no, y salen los pesados diciendo “¿De dónde es el pisco?” y toda la wea jajaja. Por ejemplo, nosotros somos latinoamericanos, y a nadie en el resto del mundo se le ocurriría dudar nuestra latinoamericanidad jajaja, seria absurdo, pero dentro de latinoamérica si nos auto-cuestionamos todo el tiempo y nos restamos valor en torno a cuán latinoamericanos somos. Mientras uno venga de un pueblo más tradicional y conservador, más expuesto a ese tipo de críticas uno está.
¿Sientes que en Chile los festivales y eventos en general están muy concentrados en llevar artistas que podrían considerarse “mainstream” y dejan de lado proyectos que rescatan lo local?
Siento que a la industria musical chilena le ha faltado esa conciencia de hacer audiencia. En general, los productores tratan de que el evento sea más lucrativo, entonces al final siempre se va concentrando en la tendencia. Por ejemplo, ahora con la música urbana, las productoras saben que pueden sacar dinero de ahí. Me gustaría que hubiera un poco más de diversidad en las parrillas. El otro día, por ejemplo, toqué en la fiesta mechona de la FECH, y estaba buena la combinación. Había uno de urbano, nosotros con la música de raíz, estaba Juanito Ayala y una banda más experimental, y me gustó ver el momento en el que una persona de 18 años descubre una música más alternativa, más extraña, que a lo mejor será un momento en el que no van a estar todos saltando, pero si van a estar saltando las neuronas dentro de su cabeza, que también es importante. Entonces, en el fondo, esa consciencia de la curatoría la FECH la tuvo, porque igual, me imagino, deben tener una visión más política de abrir mundo a los estudiantes y mostrar que también un discurso que tenga que ver con un contexto político, etcétera. En ese sentido, sí rescato la visión que ha tenido Lollapalooza, que le tiran demasiadas piedras, y en verdad están haciendo algo que influye positivamente en la industria musical chilena, porque nos da a los músicos un escenario profesional y experiencia profesional donde ponernos. Un desafío profesional. Para mí, las veces en las que he estado en Lollapalooza, siempre han sido un desafío profesional y me ha preparado para cuando voy a otro país a un gran festival. En ese sentido, yo valoro la intención de Lollapalooza de meter tanto artista chileno. Es un desafío, porque están en el mismo horario que algunos artistas internacionales y el público obviamente quiere ver algo que no ha visto y que no vaya a poder ver otro fin de semana. Entonces ahí si veo una inversión de Lollapalooza que ha hecho históricamente, de ir abriendo estos espacios. Ahora hay muchos más espacios desde que partió. Yo fui súper crítica la primera vez que participé en Lollapalooza, porque el trato con los artistas nacionales era realmente malo, pero la última vez que toqué ahí me sentí muy bien tratada. Creo que se ha ido ampliando la mirada, y reconozco a Lollapalooza esa intención de generar una profesionalización de la industria nacional, y lo valoro como un espacio; le veo la importancia. Creo que el estado y los municipios deberían colaborar para que ese tipo de festivales si se pueda dar en Chile, porque requiere varios esfuerzos mancomunados hacer festivales grandes, queda “la cagá”, (…) es un tema político bien importante, porque los políticos tratan de dejar contenta a la gente en temas como seguridad ciudadana y de orden, pero también las ciudades necesitan hitos culturales, poder convocar a la ciudadanía y hacerse cargo del aseo y seguridad. Son desafíos que están bien poco profesionales entre las instituciones chilenas.
Ya para cerrar. Hace poco, en una entrevista que realizamos a la intérprete nacional Fran Quintero, nos comentó “Es súper triste eso de irse de tu país para lograr la fama”. Y, además de preguntarte si estás de acuerdo con aquella frase, me gustaría saber, desde tu punto de vista, ¿Crees que el panorama musical chileno ha cambiado lo suficiente como para que los músicos no tengan que salir del país para establecerse en la música?
Creo que todo depende del estilo musical que tú hagas, porque, en el fondo, hay músicos que no han necesitado salir del país para hacerse famosos. Por ejemplo, Los Vásquez. Los Vásquez no son una banda que haga giras internacionales ni que esté en esa búsqueda, pero en el caso de nosotros, como Pascuala Ilabaca Y Fauna, que llevamos 13 años y hemos hecho 22 giras internacionales, ha sido la médula de nuestro desarrollo musical, porque el género que nosotros hacemos se da más en otros países, que es el World Music, “La Música del Mundo”. Entonces, en otros países hay festivales de World Music, en otros países es donde nos podemos encontrar con los músicos del mundo. O sea, ese intercambio cultural que exige este género musical, se da justamente en viajes, porque es la música más nomade del repertorio musical. Entonces, en ese sentido, encuentro que es importante como música hacer el esfuerzo y el riesgo de salir con la banda, junto con la inversión, a descubrir el mundo para poder profesionalizar tu trabajo cuando haces un género que es internacional. Por ejemplo, los músicos de Jazz chileno obviamente deben salir, porque el Jazz no es algo nacional, entonces si ellos quieren profesionalizarse más y vincularse con la industria internacional, justamente lo que tienen que hacer es salir. Hay ciudades del mundo que son capitales de lo que está pasando en términos musicales, como pueden ser Nueva York o Londres, y sería maravilloso que más bandas chilenas tengan la oportunidad de conectarse con esos músicos internacionales, de ver esas escenas y ver nuevas ideas. Por ejemplo, en Alemania se autogestionan muchas fiestas, y son gestionadas de manera increíble, con sistemas de cooperación, solidarias y cosas muy populares, y es importante ver esos ejemplos, el cómo se puede organizar la ciudadanía para crear sus propios festivales. Siempre el intercambio cultural lo veo como algo muy positivo. Otra cosa es lo que te digo de la formación de audiencias. La gente chilena debe aprender a pagar una entrada para ver a un artista nacional, y eso ya es un tema que va en paralelo, no tiene que ver con no necesitar salir. A mi me gusta que la gente salga, sobre todo si el género musical que hace está muy explotado en otros lugares. Me gusta que el estado apoye giras. Me gustaría que hubieran más recursos para internacionalizar la música chilena, porque hay muy buena calidad, y si hay mayor inversión para internacionalización vamos a poder mejorar mucho más la escena.