La parte final de la década de los 90 presentaba grandes desafíos para la industria de las teleseries en Chile, el principal era mantener al formato en un alto sitial y eso se logró, en parte, por una camada especial de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica, de la cual salió la que es, a mi juicio, la mejor actriz y la más completa de aquellos últimos años noventeros y primeros años de este alocado nuevo milenio: Blanca Lewin Gajardo (46).
Versátil, estudiosa y con un ángel especial que la llevó a ser tempranamente reconocida, Blanca Lewin ha impuesto siempre su talento en cualquiera de las producciones en que ha participado, desde la icónica Romané (TVN, 2000), pasando por filmes de todo género como “Bombal”, “Sangre eterna”, de Jorge Olguín, o “En la cama” (Matías Bize), hasta lo más reciente e impactante como fue Pacto de sangre (2018-2019, Canal 13).
Como se mencionó, la ganadora de los premios Apes, Altazor y Pedro Sienna, es una actriz versátil, rigurosa y que ha logrado permanencia especial, pues su carrera escasamente ha estado marcada por escándalos o hechos extra televisivos.
Blanca Lewin demuestra que a punta de trabajo arduo y dedicación es posible ganarse un espacio en el cerrado mundo de la televisión. De actriz ícono de Vicente Sabatini a ser una de las más consagradas actrices que hoy está con cierta estabilidad y permanencia en televisión y que está llamada, creo, a ser una de las guías más importantes de los nuevos talentos.
Su capacidad y experiencia la han puesto en la actualidad en un lugar importante, consagrándose como una de las mejores actrices del momento.
Blanca Lewin ha logrado trazar una carrera sólida, de prestigio –muestra de ello son los 13 premios, entre ellos dos Altazor, que ha recibido-. Su permanencia constante tanto en cine como en televisión, contando entre ellos varios éxitos (Romané, Lola, En la cama, La vida de los peces y Pacto de Sangre), la han hecho presente en la consideración pública, ganándose con largueza el cariño del público por su trabajo, el cual además de ser de alto calibre técnico, cuenta con gran proyección de simpatía, calidez y afabilidad.
La actuación, las tablas, la televisión y el cine pueden estar tranquilos, porque en Blanca Lewin se ha encontrado y encontrará por mucho tiempo más una actriz competente, profesional, seria pero también cercana, donde la rigurosidad, el aporte y trabajo colaborativo para la correcta construcción de un personaje determinado –en función de la historia- están garantizados.
Siempre centrada en su carrera, Lewin cuenta a sus espaldas con la experiencia de los años, de las horas de tablas y de grabación, sin embargo también con el tiempo suficiente para ser un agente más, por mucho tiempo, de emociones, dramas y también comedia; su gran capacidad de adaptación y versatilidad le permiten ser Chantal Chávez (Matriarcas, TVN) o la incisiva y rigurosa periodista Maite Altamirano (Pacto de Sangre, Canal 13).
Es de esperar que el tiempo y las producciones le den a Blanca Lewin el sitial que le corresponde en la historia moderna de las artes escénicas de nuestro país.