La pandemia ha ocasionado que la industria audiovisual y artística de nuestro país (y el mundo) haya tenido que reestructurar y repensar sus formas de generar contenido. Podcasts, obras online, radioteatro, todo en forma remota. Pero hubo un grupo de alumnos del Duoc UC que se atrevieron, con todas las precauciones y medidas sanitarias, a echar a andar un proyecto que, además del esfuerzo debido al contexto, significa mucho, pues retrata en sí lo que algunos quieren ocultar. He ahí el nacimiento de “No se puede querer a un niño del Sename”.

“No se puede querer a un niño del Sename”, la pieza audiovisual realizada íntegramente por los estudiantes del centro de estudios, en guía de sus profesores, Vittorio Yaconi y Tito, concretado junto a los y las estudiantes Matías Serna, Javier Carrasco, Javiera Acuña, Sofía Díaz, Constanza Gin Alcarruz, Matías Bravo, Catherine Silva, Manuel Lobos, Claudio Pardo, Darío Matteucci, Carolina Rojas, Ignacio Guiñez, Araceli Molina, Camila Burgos, Dominique Encina, Nicolás Maturana y los directores Jeremy Gre (Dirección Audiovisual); Thomas Macguire (Dirección de arte); Josefa Ramos (dirección de dramaturgia)

El largometraje muestra a lo largo de su extensión (1:18 minutos) lo que hay detrás de las infancias que son colocadas en el Servicio Nacional de Menores (Sename). Niños, niñas y jóvenes que se escapan de los centros, traumas de las vivencias y las consecuencias sociales que, en la cultura chilena, conllevan un especial estigma, el que recae sobre los jóvenes que son salientes de la institución estatal.

Según su director, Nicolás Zambrano, el fin de realizar este docu-ficción se debió a a que “Como colectivo, nuestra principal misión y desafío fue construir una obra artística que dejará un mensaje profundo de reflexión que nos permita cuestionar el sistema que vivimos. Así mismo abordar temas como la falta de afecto y empatía que sufre actualmente nuestra sociedad”.

Un largometraje íntimo, preciso; una pieza audiovisual que, a pesar de las dificultades, logra transmitir con potencia el drama que significa, hoy por hoy, el haber estado relacionado con el SENAME. “No se puede querer a un niño del Sename” es una pieza que, contra todo pronóstico y dificultad logra muy bien su cometido: ponerte en el lugar del otro y tener empatía.

Desafíos de producir, grabar y hacer cine en pandemia

Las dificultades sanitarias ya son un problema a la hora de hacer la vida común y silvestre, pero esto se acrecienta aún más con un proyecto de este tamaño e importancia, sin embargo, el equipo realizador supo sortear los inconvenientes.

Nuevamente su director, Nicolás Zambrano, destacó lo realizado para poder llevar a cabo la planificación, producción y ejecución final del largometraje. “somos un colectivo de 20 personas, todxs estudiantes de actuación, construyendo un nuevo camino para nuestro oficio desde la virtualidad. Por lo mismo el proceso de creación y producción estuvo cargado de harto trabajo y búsqueda para encontrar nuevas maneras de comunicar y así poder coordinar lo mejor posible nuestro trabajo”, cerró.

Puedes ver el largometraje liberado recientemente el 2 de enero aquí: