Sin duda alguna, una de las familia animadas más reconocidas a nivel mundial son Los Simpson, la caricatura que lleva décadas en emisión que nace de la mente de Matt Groening, dibujante de la tira semanal Life In Hell y creador también de series como Futurama y Disenchantment.
La emisión de la serie por Canal 13 en Chile, llenó las mentes de más de una generación con frases y momentos inolvidables tales como “Plan Dental” y “A la grande le puse Cuca”. Pero si hay algo que recuerdo de mi niñez, eran esos capítulos que (en ese entonces) consideraba “fomes” y aburridos, además de tener una animación muy descuidada y desagradable para mi mente de niño, que se emocionaba con autos azules y colores brillantes.
Ya con el paso imparable del tiempo decidí volver a la serie que me entretuvo mañanas y tardes eternas cuando no tenía qué ver en la tele, días que recuerdo con cariño y nostalgia. Todos sabemos que los capítulos de antes son “los buenos” y que el show lleva mucho tiempo en decadencia debido a la sobreexplotación de sí mismo, los cambios de guionistas y otros factores adversos.
Así que decidí comenzar desde el principio (obvio), teniendo a modo de recuerdo, tal como mencioné, que eran capítulos que me aburrían, con animación un tanto desprolija y tramas poco atractivas. La única diferencia que creí que iba a percibir eran las voces, porque decidí verla en su idioma original. Lo que no me esperaba era la sorpresa que me llevé en mi viaje por los primeros trece capítulos de esta increíble serie, así que “puntazo por puntazo”, realizaré una pequeña “revisión” a esta primera temporada, la cual se dividirá en tres partes.
- The Simpsons Roasting on an Open Fire (Especial de Navidad de Los Simpson)
Originalmente, el show iba a comenzar con “Some Enchanted Evening”, que servía como el episodio que presentaría a los personajes principales, pero la animación era tan pobre que tenían que re-animar un 70% del capítulo.
Por consecuencia, el debut fue el especial navideño de la serie, donde la premisa era bastante sencilla: Marge repartía el dinero para los regalos a Bart y Lisa, por lo que iban a hacer compras de Navidad, con los cuales habían ahorrado para la temporada, pero la imprudencia de Bart, quien se hacía un tatuaje, llevaba a Marge a gastar los ahorros en quitárselo, con fe de que el bono navideño de Homer les iba a servir como piso para las fiestas. Sin embargo, el Sr. Burns le avisa a los trabajadores de la Planta Nuclear de Springfield que este año no recibirían una bonificación, lo que lleva a Homer a tomar un segundo trabajo como Santa de Mall.
El capítulo funciona muy bien, demostrando la tridimensionalidad de los personajes. Homer decide no contarle a su familia sobre la falta del bono y su segundo trabajo, porque no quiere arruinar las fiestas. Bart, en su papel de “niño rebelde”, termina descubriendo a su padre, apoyando su decisión. La sorpresa llega cuando Homer descubre que su remuneración por su segundo trabajo son 13 dólares, los cuales Barney va a ir a apostar a los galgos, dándole el dato a Homer para ganar dinero apostándolo todo a “Rayo”. Una vez en el galgódromo, un cambio de último minuto hace aparecer a “Santa’s Little Helper” (Ayudante de Santa) entre los competidores y Homer decide apostarlo todo a quien cree será el milagro que salvará la navidad de Los Simpson.
El perro ni siquiera cruza la línea de meta, provocando que su dueño lo deje en la calle. Ahí es cuando Bart le pide a Homer que lo adopten, quien dice: “Es un perdedor, es patético y es… un Simpson”. Esta frase ayuda a entender la percepción que tiene Homer de sí mismo, su complejo de inferioridad, su falta de dinero y su incompetencia al momento de seguir una corazonada en lugar de “el dato seguro” de Barney que podía salvar su navidad, desaparecen cuando toma al abandonado animal en sus brazos y decide llevarlo a casa.
Su familia, que espera su llegada le pregunta qué estuvo haciendo y cuando Homer decide confesar lo que sucedió, Bart lo interrumpe aclarando que “Tenemos un perro”, tomando la atención de todos y cerrando el capítulo en un final feliz, demostrando que al final, ese sí fue el “milagro navideño” de los Simpson.
- Bart the Genius (Bart, el Genio)
El segundo capítulo sirve para comprender la personalidad de Bart, quien aproblemado por no saber nada para un examen de conocimiento general, decide intercambiar sus respuestas con las de Martin Prince, el genio de la clase. Después de que se revisan los exámenes, el psiquiatra de la escuela cita a Homer y Marge para informarles que su hijo es una suerte de “genio incomprendido” y que su mal comportamiento se debe a que está limitado por el avance de su clase.
A lo largo del episodio, se nos da a entender que un problema de confianza enorme que posee Bart es el de su inteligencia y, a pesar de que al sentirse alienado por sus nuevos compañeros de clase, decide confesar lo que hizo a sus padres, el trato que recibe de Homer “ahora que es un genio” lo mantiene lejos de tomar esa decisión, ya que toda su vida ha querido ese afecto de parte de su padre y cuando lo recibe es por una mentira.
Ese malestar por no cumplir las expectativas de su padre, sentirse menos debido a que sus compañeros de clase son más inteligentes, el ser alienado por sus amigos ya que ahora “es un genio”, son sentimientos que pegan muy duro cuando miro en retrospectiva a mis años de enseñanza básica. Ese miedo a no ser lo que los demás esperan y la dificultad al aprender se convierten en problemas tremendos cuando uno está en esa etapa de predesarrollo, dándole un peso especial a este capítulo, que a través de la comedia repasa un proceso por el que muchos pasamos, pero que pocos admiten y dimensionan el peso que tuvo en ellos como personas.
- Homer’s Odyssey (La Odisea de Homero)
La Escuela Primaria de Springfield lleva al curso de Bart a un paseo por la Planta Nuclear y Homer en un intento desesperado por aparentar que está trabajando choca un vehículo provocando un accidente, esto lleva a que lo despidan.
La necesidad de un sustento lo lleva a buscar trabajo, mientras Marge vuelve a su antiguo trabajo como mesera en patines. El hecho de que nadie quiera contratar a Homer y el ver como su esposa está en un trabajo que le demanda mucho, lo lleva a caer lentamente en una depresión.
Mientras ve un comercial de cerveza, Homer decide robar la alcancía de Bart para sustraer sus ahorros y comprar una cerveza, sin embargo tras notar que tenía apenas unas monedas, se percata de los extremos que está llegando por no tener un trabajo, deprimido por esto y sintiéndose una carga, Homer escribe una nota de despedida y decide suicidarse atando una roca a su cintura y arrojándola desde un puente.
La nota es descubierta a tiempo por su familia, quienes en mitad de la noche sale corriendo detrás de Homer para evitar lo peor, pero cuando atraviesan un cruce no señalizado, son salvados por él mismo, quien se queja por la falta de una señal que avise a los conductores que por ahí pasa gente. Habiendo salvado a su familia, Homer descubre una razón para vivir, exigir que se señalicen las cosas para que el mundo sea un lugar más seguro, acto que termina con una protesta afuera del lugar más peligroso de la ciudad, la Planta Nuclear.
Este capítulo me sorprendió mucho ya que no lo recordaba, que se toquen temas como la depresión y el suicidio en una serie (que yo consideraba para niños) de comedia es algo que no deja de sorprender, la desesperanza y el sentimiento de carga al no poder ser un aporte a su familia son sentimientos con los que si bien no estoy familiarizado, no podría imaginar lo terrible que deben golpear a las personas.
Más sorprendente aún es la decisión que toma Homer al final del capítulo, cuando el Sr. Burns en un intento por detener las protestas, le ofrece el trabajo de Inspector de Seguridad de la Planta, un cargo mejor al que tenía, el cual está mejor remunerado. Sin pensarlo dos veces, Homer decide tomar la oferta, porque a pesar de que iba en contra de sus nuevos ideales, era el sustento económico que su familia necesitaba.
- There’s No Disgrace Like Home (No Hay Desgracia Como el Hogar)
El Sr. Burns invita a todos sus empleados y sus familias a un picnic de la Planta en su propia mansión, entonces, buscando generar una buena impresión en su jefe, Homer le pide a toda su familia que lo ayuden a proyectar una buena imagen, ya que Burns parece sentir agrado de saludar a las familias más “amorosas” y cálidas, pero su intento no sirve de mucho cuando Bart y Lisa lo avergüenzan frente a Burns.
El día de picnic se ve cada vez más interrumpido por el actuar de su familia, llevando a Marge a beber algo más que un poco de Ponche mientras disfruta con las otras madres que asistieron al picnic. Al final del evento, Homer mira a su familia y se cuestiona por qué son tan disfuncionales y por qué les cuesta tanto ser normales, incluso “demonizando” a sus hijos y esposa.
Pero al igual como sucede en Los Simpson, la aparente solución llega a través de la televisión, cuando el centro de terapia del Dr. Marvin Monroe garantiza que puede solucionar cualquier problema de disfuncionalidad en una familia. Decidido a cambiar a su familia para bien, Homer los lleva al centro de terapia, deseoso de ver un cambio y ver a su familia con el aura angelical y la tranquilidad con la que ve a otras.
Cuando la terapia convencional no demuestra resultado alguno, el doctor decide usar métodos más experimentales, sometiéndolos a una terapia de shock donde pueden darse choques eléctricos los unos a los otros para expresar su descontento con los demás miembros de la familia. La terapia termina con la ciudad sufriendo una baja de energía notoria por la cantidad de electricidad que consumen entre ellos.
Este episodio recuerda el cómo nacieron los Simpson. En un tiempo en el que las sitcoms dominaban el mercado televisivo, la familia amarilla se convirtió en contracultura. Rompían el molde de las típicas familias americanas que tenían problemas típicos que solucionaban con apoyo familiar y una cena al final del día. Ese modelo de familia perfecta que series como Married With Children destrozaron antes de la llegada de Los Simpson y que consiguieron una representación aún más cercana a esa “clase media” con la aparición de Malcolm In The Middle en los 2000.
Cabe destacar que Los Simpson llegaron al fin de los 80s a la televisión americana, por lo cual el arribo de una nueva década también traía consigo la llegada de nuevas modas y cambios sociales.
Con este salto al tiburón, Los Simpson comenzaban a convertirse en parte de la identidad de una nación, la “fiebre amarilla” no tardaría en traspasar fronteras y llegar a la fama mundial, convirtiéndose en un producto que sería el reflejo de una sociedad que era disfuncional, aproblemada y algo alterada, pero que a pesar de todo, era un público que tenía su identidad ligeramente basada en personajes de color amarillo.