Se ha hablado mucho de Gabriela Mistral como poeta, educadora, ganadora del Premio Nobel de Literatura, diplomática, pero poco se ha hablado de la vida personal de la poeta, de ella como mujer, como amante, como madre.
Gabriela Mistral era una mujer más profunda que la imagen que se ha levantado de ella. Se ha tejido en torno a su persona la figura de una mujer seria, carente de sexualidad, apática, gris. Incluso en la enseñanza se ha relegado su figura a poemas escolares infantiles. Es necesario leer a la poeta más allá de “Piececitos de niño”, adentrarse a sus poemas de mayor complejidad, apreciar y sumergirse en la profundidad que habitaba en ella.
Es esta otra Gabriela, la que se deja ver en el documental “Locas Mujeres”. Me pregunto: ¿Habrá sido Gabriela Mistral la que mantuvo su vida privada y su relación con Doris Dana oculta? ¿O habrá sido una sociedad patriarcal, atada al moralismo, quien levantó una figura de ella a su modo y conveniencia?
Un mito en torno a su persona, una especie de retrato oficial, a imagen de lo que se esperaba de ella. Porque no era adecuado decir que una ganadora del Premio Nobel se había enamorado de una mujer. Doris Dana no era su secretaria, como muchos siguen refiriéndose a ella, Doris Dana era su amante. Una historia que Chile prefirió callar y que María Elena Wood, directora del documental, se atreve a contar con gran delicadeza.
Locas Mujeres: La otra vista de Gabriela Mistral
No por azar, el documental lleva el mismo nombre que una sección titulada “Locas Mujeres” de seis poemas de Gabriela Mistral, reunidos en el poemario “Lagar”.
Con el tiempo propio que caracteriza los documentales, “Locas mujeres” nos adentra a un registro íntimo y valiosísimo: grabaciones fílmicas, álbumes de fotos, cartas, telegramas, manuscritos de poemas y de conferencias, cuadernos, libros, objetos, incluso tierra del Valle del Elqui. Legado que hoy se encuentra en la Biblioteca Nacional, que fue organizado y etiquetado por Doris Dana y al cual María Elena Wood fue una de las primeras en acceder.
La directora viajó a Estados Unidos en el momento en que las toneladas de material estaban siendo empacados a Chile. Archivos a los cuales accedemos por Doris Atkinson, la sobrina de Doris Dana, quien guía el largometraje.
El documental es una historia de amor. De los dos amores que tuvo Gabriela: Doris Dana y su hijo adoptivo Yin Yin. “Es imposible entender la pasión de su poesía sin conocer las fuerzas internas que la movían”, afirma María Elena Wood, directora del documental.
Doris Dana
La relación de Gabriela Mistral y Doris Dana tiene un origen epistolar y se mantuvo hasta el día de su muerte. La profundidad de estas cartas hacen recordar la correspondencia que Anais Nin mantuvo con Henry Miller, o Franz Kafka con Felice Bauer.
En este caso, fue Doris Dana quien en 1948 dio el primer paso y le envió una carta a Gabriela, luego de asistir a una conferencia que Mistral ofreció en Nueva York. Impulsada por la admiración y la gratitud, que la presencia de la poeta le confirió.
Ambas mujeres entablaron una relación afectiva, que atestiguan sus cartas. Su correspondencia es un registro del amor que se profesaban, vive y se manifiesta en lo que para la poeta era la verdad: las letras. “Mi amor”, “chiquitita”, “cara mía”, así se refiere Gabriela a Doris.
Tú no me conoces todavía bien, mi amor. Tú ignoras la profundidad de mi vínculo contigo. Dame tiempo, dámelo, para hacerte un poco feliz. tenme paciencia, espera ver y OÍR lo que tú eres para mi
“NIÑA ERRANTE: CARTAS A DORIS DANA”. GABRIELA MISTRAL
En “Locas Mujeres” podemos acercarnos a la cotidianeidad de la poeta. Gabriela Mistral canta, dos gatos revolotean el lugar, nos encontramos con una Gabriela risueña, divertida, capaz de reírse de sí misma. Nos emocionamos al escuchar su voz y podemos apreciar la complicidad, el humor, la picardía que se hace presente en la relación de ambas mujeres.
“Me he dado cuenta”, oímos decir a Gabriela, “que soy mucho más criolla de lo que yo sé”.
“Eres una cazuela”, le responde Doris.
Ambas ríen. Cariño respira la atmósfera.
Doris Dana fue la compañera y el soporte de Mistral en sus últimos 10 años de vida. Su vínculo era tan profundo, que incluso en el documental podemos apreciar un objeto de un valor conmovedor, un collar en forma de corazón que se abre y donde Doris guardaba un pelo de la poeta.
Gabriela Mistral escribió a su querida Doris Dana: “Hay que cuidar esto Doris, es una cosa delicada el amor“.
La muerte de Yin Yin
Yin Yin (que en indio significa fiel) fue el otro amor de Gabriela Mistral, un sobrino que adoptó, luego que la madre de este muriera. La muerte de Yin Yin es el gran dolor de la vida de la poeta.
Al conocerse con Doris Dana, ambas habían vivido una muerte por suicidio, Gabriela la muerte de su hijo y Doris la muerte de su padre. La sobrina de Doris piensa que esto las unió profundamente, la sensación de pérdida.
La muerte de Yin Yin devastó a la poeta. En el documental podemos acceder a Gabriela como madre, adentrarnos al vínculo que mantenían, a cómo esta perdida remeció su vida, e incluso a la carta de despedida de Yin Yin.
La poeta le confesó al expresidente Eduardo Frei Montalva en una misiva: “Ay, amigo mío, de este destrozo íntimo yo no podré rehacerme: él era el aroma y, sin metáfora, la llama dulce de mi vida”.
Gabriela Mistral, como todos, no era una mujer unidimensional, ni la imagen que de ella han levantado. El documental “Locas Mujeres” y su valioso material, escrito, sonoro y visual, nos permite adentrarnos a ella, en sus diversas dimensiones y profundidades. El corazón de la poeta albergaba el amor, el dolor y la muerte. Habitaba la desolación y la alegría.
El documental está disponible de manera gratuita en la plataforma online Ondamedia.