Lamp en Chile: Los referentes del soft pop japonés deslumbraron en su debut en el país con un repleto Teatro Caupolicán

La presentación de Lamp en Chile fue mucho más que un simple debut, fue una muestra clara de por qué su música ha logrado cruzar fronteras.

La espera llegó a su fin. La banda japonesa Lamp aterrizó por primera vez en Chile como parte de su gira Future Behind Me, presentándose ante un Teatro Caupolicán repleto de fanáticos que, entre emoción y asombro, presenciaron un show impecable y profundamente emotivo.

El concierto originalmente estaba programado para realizarse en el Teatro Coliseo, pero el furor provocó que todas las entradas se agotaran en menos de una hora. Ante la demanda, la producción decidió trasladar el evento al Teatro Caupolicán, un espacio de mayor capacidad, para permitir que más personas fueran parte de este esperado debut.

En La Máquina estuvimos presentes y así lo vivimos.

Un recorrido musical que trasciende fronteras

Formada en Tokio en el año 2000 por Taiyo Someya, Yusuke Nagai y Kaori Sakakibara, Lamp comenzó su camino musical inspirándose en la calidez del pop japonés de los años 70, el bossa nova brasileño y el jazz urbano, desarrollando con el tiempo un estilo único que combina sofisticación melódica y una profunda carga nostálgica. Su álbum debut, Soyokaze Apartment Room 201 (2003), se convirtió en una obra de culto gracias a su sonido delicado y cinematográfico, abriéndoles las puertas a una base de seguidores que creció de manera orgánica, primero en Japón y luego en el extranjero.

A lo largo de más de dos décadas de trayectoria, la banda ha lanzado múltiples discos aclamados, destacando títulos como For Lovers (2004), Tokyo Utopia Tsuushin (2018) y su último trabajo reciente, Dusk to Dawn (2023), consolidando una discografía coherente y en constante evolución. Aunque Lamp ha mantenido un perfil discreto, su música trascendió fronteras gracias a plataformas digitales, donde han alcanzado a nuevas audiencias alrededor del mundo, convirtiéndose en una de las bandas japonesas indie más reconocidas.

Su presentación en Santiago sin dudas marca un hito dentro de esta expansión, es su primera visita al país, y la respuesta del público chileno confirmó que el vínculo ya estaba tejido mucho antes de subir al escenario.

Un Caupolicán convertido en atmósfera onírica

La banda abrió con “Hatachi No Koi”, uno de sus temas con más reconocimiento y queridos, el público respondió con una euforia inmediata coros espontáneos, brazos en alto y una energía que pareció envolver a la agrupación desde el primer acorde. A partir de ahí, el concierto se desplegó como un viaje cuidadosamente construido.

El grupo recorrió su catálogo con equilibrio, alternando joyas de antaño como “For Lovers”, “Sachiko” y “Telephone Call” con piezas más recientes como “Raindrop City”, “Yokaze” y “The Night Squall”, donde se percibe claramente su evolución hacia un sonido más etéreo y cinematográfico. Cada transición fue fluida, manteniendo al público en un vaivén emocional constante, entre la nostalgia y la novedad.

Un cierre que dejó huella

Tras una breve pausa, la banda regresó al escenario para ofrecer un encore que fue recibido con total entusiasmo por el público. Con la misma precisión y calidez que caracterizó todo el concierto, cerrando con “Last Train at 25 O’clock”, un tema que condensó a la perfección su propuesta sonora, delicadeza melódica, precisión instrumental y una atmósfera envolvente.

Con luces suaves y coros que se desvanecían lentamente, el grupo puso punto final a su presentación. Los músicos, visiblemente agradecidos por la recepción chilena, se despidieron entre prolongados aplausos y ovaciones que llenaron el Caupolicán. La conexión con el público fue evidente, dejando abierta la puerta para un futuro regreso.

Con un sonido sólido y una puesta en escena cuidada, Lamp debutó en Chile con una presentación que combinó emoción, técnica y elegancia, marcando un hito en su historia con el público latinoamericano.

Lamp en pocas palabras

La presentación de Lamp en Santiago fue mucho más que un simple debut, fue una muestra clara de por qué su música ha logrado cruzar fronteras sin grandes campañas ni artificios. Con un show cuidado y lleno de matices, la banda logró equilibrar lo íntimo con lo grandioso, conectando profundamente con el público chileno.

Setlist:

  1. Hatachi No Koi

  2. Telephone Call

  3. Kimi Ga Nakunara

  4. HIROGARU-NAMIDA

  5. Raindrop City

  6. Windy Afternoon

  7. Moon Ride

  8. Yokaze

  9. Hisoyakani

  10. The Night Squall

  11. Autumn in City “A”

  12. Sachiko

  13. From the Window

  14. For Lovers

  15. Chilly Spectacle

  16. The Other Side of a Rainy Night

Encore:

17. Drum Solo 
18. Last Train at 25 O’clock

Galería de fotos por Patricio Núñez para Revista La Máquina:

También podría gustarte