“La Casa Lobo”, largometraje animado en stop-motion por los artistas visuales chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña es, antes que todo, una intensa e hipnótica experiencia visual, que puedes ver acá en Ondamedia. Pero… ¿de qué trata?
La película está inspirada en los horrores de Colonia Dignidad, un asentamiento alemán situado en Chile en los años 60’s, constituido por una macabra secta liderada por Paul Schäfer, que sirvió como centro de detención y tortura en la dictadura de Augusto Pinochet. El largometraje cuenta la historia de María, una chica que escapa de la Colonia, se interna en un bosque y para protegerse de un depredador lobo, se esconde en una casa abandonada que comparte con dos cerditos. Experiencia que terminará siendo una pesadilla.
“La Casa Lobo” está narrada como una fábula, un cuento de hadas. Eso sí, uno de terror, digno de los Hermanos Grimm. Esta es, sin duda, una animación oscura bajo una apariencia infantil. Asimismo,el imaginario y la creatividad de León y Cociña es desbordante. La visión con la que plasman es original y perturbadora.
Uno de los elementos que llaman la atención del largometraje es el punto de vista desde donde narran la historia. “La Casa Lobo” es una producción audiovisual, un video institucional de la misma Colonia.
A los directores una amiga que estaba trabajando en un documental de Colonia Dignidad, les contó que había un gran archivo fílmico de este sitio, al cual quisieron pero no pudieron acceder. Fue esa imposibilidad de no poder ver el archivo fílmico lo que gatilló su imaginación.
Cristóbal León, director del filme, en entrevista exclusiva con La Máquina, cuenta cómo fue el proceso de creación de “La Casa Lobo”, reflexionando: “¿Qué habrá ahí? Y nos imaginamos que quizás había una película de animación. Qué pasa si revisando ese archivo se encuentra la película de animación que dirigió Paul Schaffer, como si Paul Schaffer fuera un Walt Disney súper excéntrico. ¿Qué película habría hecho? ‘La Casa Lobo’ es la respuesta a eso”.
Sus directores son artistas visuales y en su película rodada en plano secuencia, siendo una particularidad de la misma, son los materiales quienes cuentan la historia. Animaciones dibujadas a mano, pintura, paredes, arcilla, colores, plástico, desechos, papel maché, masking tape, dan forma a los personajes y a la casa.
Así como había un guion narrativo, a su vez se encontraba un guion de los materiales. La escritura estuvo a cargo de la dupla León-Cociña y Alejandra Moffat, quien principalmente se encargó de los diálogos. Este fue redactado sobre la marcha, escribiendo y reescribiendo durante todo el proceso.
Alquimia
Cuando se piensa en “La Casa Lobo”, uno de los primeros conceptos que se viene a la cabeza es: Transformación. Las paredes, los materiales, los objetos se transforman y los personajes también lo hacen. Los habitantes de la casa, dibujados en la pared, adquieren tridimensionalidad, mutan en distintos materiales, cambian de tamaño. Las pezuñas de los cerditos se transforman en manos y pies, los cerditos pasan a ser humanos, ahora son Ana y Pedro. Construcción y destrucción. El largometraje nos remite a algo alquímico.
“Había un decálogo de reglas técnicas al comienzo y una de ellas era todo se puede transformar“, relata a La Máquina el director Joaquín Cociña. “Nosotros teníamos la idea que la película contara la historia de los materiales, la historia de las transformaciones materiales que ocurrieron en los distintos lugares que estuvimos y que ocurrió durante muchos años”, agrega.
“Esta idea de hacer obras o películas sobre transformaciones plásticas está en la base de nuestros trabajos”, complementa Cristóbal León. Asimismo, el cineasta afirma: “Entra caca y sale oro. El arte siempre debería ser alquímico. Cosas baratas, basura, papel, convertirlo en algo muy fino. Nosotros cocinamos con los ingredientes más rascas posible”.
Onírico
“La Casa Lobo” tiene un aire surreal, terrorífico, la atmósfera en la que te envuelve es densa, sombría y perturbadora. La película es una constante metamorfosis que navega entre lo onírico, lo simbólico, lo alucinatorio y lo macabro. La casa parece tragar a sus personajes, la sensación que transmite al espectador es asfixiante. Los tres habitantes, al acecho de ser devorados por el Lobo que merodea en el exterior, mantienen una relación familiar que luego se transforma en siniestra.
“Hay cosas que tienen que ver mucho con los sueños, con la materia de los sueños. Nosotros pensamos mucho nuestras películas como sueños o pesadillas. Pensamos que las cosas se tienen que transformar de esa manera. Por ejemplo, que tu mamá se transforme en una mesa“, confirma el creador de la cinta, Cristóbal León.
Y agrega: “Pienso La Casa Lobo, como un sueño que está adentro de la cabeza, pero también algo que está al interior del estómago, que es muy obvio porque se llama ‘La Casa Lobo’, como una especie de casa que te comió y pensando en lo que tú dices de la alquimia, pienso que también es una especie de metabolismo, de digestión. Con ‘La Casa Lobo’, lo que tratamos de hacer, fue metabolizar nuestras influencias artística, metabolizar nuestras influencias políticas, esos universos simbólicos y devolver una especie de imagen deformada de eso y lo mismo con los materiales. Es una especie de revoltijo, donde todo se confunde, una juguera”.
Velas incendian “La Casa Lobo”, llamas la sacuden, traumas se reviven. La materia se tiñe de negro, de cenizas. La experiencia es un flujo, un río de materia. No sabemos si lo que vemos es real o una pesadilla, una materialización de los miedos de María. Mientras El Lobo le recalca: “No sabes cuidar una casa. Yo sé. Crees que puedes sola”.
El lobo funciona metafóricamente como el líder de la secta de la cual María escapó. Su voz suena constante como una presencia, un susurro de la consciencia o una alucinación que constantemente increpa a María.
“Quizás el lobo tiene razón, la casa no es segura. Lobo, ayúdame”, escuchamos decir a María. Como un cuento, la película tiene una moraleja: La Colonia era mejor que la casa.
Rodaje
El proceso de producción de la película también destaca y es que el largometraje fue rodado en diversos museos alrededor del mundo (Santiago, Buenos Aires, México, Ámsterdam, Hamburgo) durante cinco años. Los artistas trasladaron su taller al lugar de exhibición. Todo fue hecho a escala real. Y el largometraje fue rodado frente a la audiencia.
Joaquín Cociña relata esta experiencia: “Se sumaron varios factores. Cuando empezamos a trabajar, cachamos (sic) que íbamos a estar un tiempo encerrados, no cachamos (sic) que iba a ser tanto, teníamos dos opciones o nos alejábamos del mundo de las exposiciones o incluíamos las exposiciones en la producción, no había alternativa posible. Sumado a la opinión que tenemos de las instituciones culturales como espacios más vivos, nos pareció coherente hacer la película en los lugares de exhibición. También lo hicimos porque estamos muy enamorados de nuestro taller, tenemos la capacidad de destruir lugares con mucha facilidad. Sumado también a nuestro placer de mostrar los huesos de nuestro trabajo, por obras que sean generosa en mostrar todas sus capas”.
El mundo sonoro del largometraje mezcla relatos y cantos en alemán y español. La actriz chilena Amalia Kassai (Helga y Flora), interpreta la voz no solo de María, su protagonista, sino también la de Ana y Pedro. La voz del lobo la realiza Rainer Krausse.
“Nunca antes había trabajado en locución o doblaje. Llegué a interpretar a María por un proceso de casting vocal que hicimos remotamente, ya que yo vivía en Alemania. Finalmente encontramos la voz de la protagonista, su acento, su registro. Además de poder explorar vocalmente y crear en conjunto a ellos el mundo sonoro, me dieron mucha libertad, pude proponer canciones que me sabía, etc. Sirvió mucho para el personaje que yo fuera cantante y que tuviera conocimientos musicales. El proceso creativo fue distinto al de creación de un personaje de ficción, pero igual de desafiante“, aseveró Amalia Kassai.
La cinta que se estrenó en 2018 en la Berlinale, ganó el Premio Caligari Film a la mejor película de la sección Forum del Festival Internacional de Cine de Berlín, ha tenido una gran recepción internacional, giró por diversos festivales del mundo, recibiendo distinciones y muy buenas críticas.
“La Casa Lobo” es una obra maestra de la animación. Brillante en su forma, original e inquietante. Una experiencia que queda resonando en el interior luego de su visualización.
El largometraje está disponible de manera gratuita en la plataforma Ondamedia.