Journey y Deep Purple: Así se vivió el magnífico e histórico recital en Chile

El show de Journey y Deep Purple en Chile fue uno de los más grandes que se ha vivido en el último tiempo. Así fue el concierto.

El 17 de septiembre, en plena víspera de fiestas patrias, Chile sería testigo de un evento único: el esperado regreso de la banda estadounidense Journey y el retorno de Deep Purple, después de haber pisado el país a comienzos de 2023, en el marco del festival Masters of Rock.

Es importante tener en cuenta quiénes son los invitados que han llegado a tierras chilenas, ya que estamos frente a verdaderas leyendas del rock en todo sentido. Quien no conozca a Journey o Deep Purple, es porque definitivamente es alguien muy joven, criado con otro estilo de música, inmerso en una brecha generacional enorme o, simplemente, no conoce de música. Sin embargo, al igual que el fenómeno de Queen, todo el mundo conoce al menos una canción de estas exitosas bandas.

Por mi parte, siempre he sido alguien para quien la música está presente en la vida cotidiana; es un hermoso legado que mis padres me han dejado, el cual planeo que perdure con las siguientes generaciones. Haber presenciado el regreso de estos dioses del rock fue, en su esencia, maravilloso.

Por esto, en Revista La Máquina, te contaremos cómo fue el increíble concierto de Journey y Deep Purple.

La experiencia habla por sí sola

Durante todo este tiempo, los afiches nos mintieron: no era Journey y Deep Purple, sino Deep Purple y luego Journey. Fuera de la mala broma, aquel recital daría comienzo con Deep Purple, la aclamada banda británica de rock que, con casi seis décadas desde su creación, sigue intacta, sacando nuevos álbumes y tocando los instrumentos de una forma que los hace cobrar vida por sí solos. Ian Paice en la retumbante batería, Roger Glover con el imponente bajo, el perturbante teclado de Don Airey, la hipnotizante guitarra de Simon McBride y un Ian Gillan más vivo que nunca se presentaron en el Estadio Santa Laura.

Mención especial a los teloneros en esta ocasión, Aleste, una banda de rock chilena bastante querida por el público presente y muy reconocida en gran parte del país. Ellos tocaron aproximadamente media hora, calentando a la ferviente multitud.

Foto por Patricio Núñez para Revista La Máquina.

Sublime al morado profundo

De manera muy puntual, Deep Purple hizo su entrada a las 19:00 horas con “Highway Star”. Definitivamente, estaba en sus planes dejar todo en el escenario. Gillan mantuvo una voz excelente, y era cuestión de tiempo para que se dejara notar mientras pasaban a la siguiente canción, “A Bit on the Side”, una de sus nuevas composiciones que hizo vibrar al público. Es notable cómo, cuando Ian Gillan necesitaba descansar su voz, Simon McBride nos regalaba sorprendentes solos de guitarra, repitiéndose esta dinámica en varias ocasiones. Si no eres muy quisquilloso, esto pasa completamente desapercibido.

El show continuó con “Uncommon Man”, dando paso a otra canción de su último álbum, “Lazy Sod”. En este punto, solo podía admirar cómo, a más de 70 años de edad, los integrantes seguían componiendo, amando el mundo musical que crearon y resistiéndose a dejarlo morir fácilmente. Deep Purple ofreció un concierto impecable; quitarme el sombrero y hacerles una reverencia no sería suficiente ante tales leyendas. Todo culminó con “Black Night” en un espectáculo que duró una hora y media. Solo puedo decir que fue espectacular.

Foto: Miguel Fuentes

El renacer del fénix: Journey

Si bien Journey es algunos años más joven que Deep Purple, su historia se compone de diferentes factores. La banda fue creada en 1972, pero no sería hasta casi la aclamada década de los 80 cuando Steve Perry se uniría para dar una voz característica a la banda. Desde entonces, se dedicarían a sacar éxitos, como el famoso tema “Don’t Stop Believin’”, conocido por su presencia en películas retro. Sin embargo, tras varios conflictos con Perry, la banda sufrió una separación y posterior reconciliación, aunque parecía que no iba a durar.

Una década después, la banda encontraría una nueva voz en Steve Augeri, quien duró varios años en el grupo, pero no era lo mismo. En 2007 surgieron rumores de un aparente imitador de Perry: Arnel Pineda, un diamante en bruto que la banda necesitaba. En 2008, Journey se presentó en el Festival de Viña del Mar en Chile, lo que significó un salto gigante para que el público comenzara a apreciar a Pineda, quien hasta hoy sigue siendo la voz de Journey. Después de 13 años, el ave fénix volvió a Chile.

Foto por Patricio Núñez para Revista La Máquina.

Un concierto agotador… ¡en el buen sentido!

Después de casi seis horas, Journey se presentó en el Estadio Santa Laura. Pero, siendo honestos, el público ya estaba algo agotado. En su mayoría, personas de entre 40 y 50 años, seis horas es mucho tiempo, y aunque el retraso fue solo de dos minutos desde el horario programado, la gente ya estaba impaciente. “Only the Young” fue la canción seleccionada para iniciar. A las 21:02, con una luna llena sobresaliendo por el costado del estadio, no había mucha emoción aún. El micrófono de Jonathan Cain parecía estar desconectado, y durante “Stone in Love” se escuchaba un molesto pitido que irritaba al público.

No obstante, Journey logró levantar el ánimo de los presentes con “Keep On Runnin’”. No por nada su nombre resuena tanto. Continuaron con “Lights”, interpretada por Deen Castronovo, el baterista de la banda en esta ocasión.

Debo admitir que Arnel Pineda tiene una voz increíble. En varias ocasiones escuché al público preguntarse si hacía playback, ya que su voz es muy parecida a la de Steve Perry, pero genuinamente era Arnel quien estaba cantando. Su interpretación de “Who’s Crying Now” fue sublime; aún recuerdo su voz al entonar esa canción. “Dead or Alive” comenzó a sonar, y todo el estadio encendió sus linternas, brillando como un cielo estrellado.

Para dar fin a este evento tan especial, Journey culminó con “Separate Ways”, “Don’t Stop Believin’” y, finalmente, “Any Way You Want It”, en un concierto que duró una hora y cincuenta y nueve minutos.

Foto por Patricio Núñez para Revista La Máquina.

Journey y Deep Purple en pocas palabras

Seré breve: un evento de este calibre debe estar a la altura, y lo estuvo. No hubo mayores inconvenientes más allá de las largas horas de espera. Fueron casi siete horas de espectáculo que valieron totalmente la pena. Sin duda, algo que recordaremos por muchos años. Deep Purple, impecable y magnífico; Journey, sobresaliente, a pesar de algunos contratiempos.

Galeria de Journey y Deep Purple en Chile:

Setlist Deep Purple:

1-Highway Star
2-A Bit on the Side
3-Into the Fire
4-Guitar Solo
5-Uncommon Man
6-Lazy Sod
7-Keyboard Solo
8-Lazy
9-When a Blind Man Cries
10-Portable Door
11-Anya
12-Bleeding Obvious
13-Space Truckin’
14-Smoke on the Water
15-Hush (Joe South cover)
16-Black Night

Setlist Journey:

1-Only the Young
2-Be Good to Yourself
3-Solo de guitarra
4-Stone in Love
5-Keep On Runnin’
6-Escape
7-Ask the Lonely
8-Chain Reaction
9-Lights (Deen Castronovo como voz principal)
10-Still They Ride (Tour debut)
11-Girl Can’t Help It (Jason Derlatka cantando; tour debut)
12-Send Her My Love
13-Who’s Crying Now
14-Lovin’, Touchin’, Squeezin’
15-Piano Solo
16-Open Arms
17-Faithfully
18-Line of Fire
19-Dead or Alive
20-Solo de guitarra (Neal Schon)
21-Wheel in the Sky
22-Separate Ways (Worlds Apart)
23-Don’t Stop Believin’
24-Any Way You Want It

También podría gustarte