Justin Tipping, con la visión retorcida de Jordan Peele en la producción, convierte el relato de un joven talento del fútbol americano en un thriller perturbador que revela lo sectario de la devoción deportiva. Entérate en La Máquina sobre este estreno del 18 de septiembre.
Con Him: El elegido, Justin Tipping se atreve a deformar uno de los géneros más tradicionales y celebratorios del cine estadounidense como lo es el deportivo. Esto lo hace bajo la producción de Jordan Peele, con todo lo que eso significa. Un giro hacia lo oscuro, lo inquietante y la paranoia. No hay discursos sobre el esfuerzo colectivo o el compañerismo, solo la búsqueda de la gloria personal. Tipping (que debutó en 2016 con Kicks) propone un thriller psicológico donde el fútbol americano deja de ser superación y se convierte en terreno fértil para el sacrificio, la alienación y la construcción de identidades en torno a un culto deportivo.
La película, estrenada bajo el sello Monkeypaw Productions –la productora de Peele fundada en 2012 y responsable de Get Out (2017), Us (2019) y Nope (2022)–, trae esa misma preocupación por exponer lo que se oculta en los rituales cotidianos de la sociedad estadounidense. Si en el caso de Peele esas tensiones se manifestaban en el racismo estructural, el pánico social o la paranoia mediática, aquí lo hace a través del deporte más emblemático de Estados Unidos.
El protagonista es Cameron Cade (Tyriq Withers), joven promesa del fútbol americano, moldeado desde niño por la presión paterna y por la expectativa de convertirse en estrella. Tras un incidente con un fanático que pone en riesgo su futuro deportivo, Cameron recibe la invitación de su máximo ídolo, Isaiah White (Marlon Wayans), legendario quarterback con 20 años de trayectoria y 8 títulos. White lo acoge en su casa, aparentemente para entrenarlo y prepararlo como sucesor.
Lo que en un inicio parece un gesto generoso pronto se transforma en un descenso hacia lo siniestro. Entrenamientos abusivos, manipulación psicológica y un control absoluto sobre el joven. El carisma de White esconde algo más oscuro, la creación de un culto en torno a su figura. Una especie de secta que se perpetúa a través de la transmisión del rol de quarterback como si fuera un ritual de sucesión.
La relación maestro-discípulo se convierte así en un juego perverso de poder y sometimiento. La tensión estalla en escenas violentas y sangrientas que rompen cualquier expectativa de película deportiva.
Uno de los puntos más interesantes de Him: El elegido es cómo aborda la idea de identidad. Cameron Cade no es solo un jugador, sino un cuerpo moldeado para responder a la expectativa social de triunfo. Su yo está subordinado a convertirse en la próxima leyenda del deporte (o GOAT, como repiten más de una vez en la película). Un sacrificio a todas las esferas de su vida para ser el nuevo Isaiah White en una estructura que bordea la religión o la secta.
La dirección de Justin Tipping combina realismo deportivo con atmósferas de terror psicológico. Las secuencias de entrenamiento están rodadas con sudor, golpes, respiraciones entrecortadas. Pero pronto la cámara se desliza hacia lo inquietante. Los lugares cerrados, el culto a Isaiah White y el aislamiento del protagonista. El resultado es un híbrido, un thriller deportivo que sumerge a Withers en la desesperación.
Tyriq Withers, relativamente nuevo en el cine y que este año también pudimos ver en Sé lo que hiciste el verano pasado, sostiene con solidez el arco del protagonista, siendo uno de los puntos fuertes de la película, junto a Wayans. Del entusiasmo inicial a la paranoia y la desesperación. Interpreta a un Cameron dividido entre la devoción a su ídolo y la conciencia de que está atrapado en un juego perverso.
Marlon Wayans, conocido sobre todo por su faceta cómica en Scary Movie (también aparece en Requiem for a Dream de Darren Aronofsky), entrega aquí una de sus interpretaciones más perturbadoras. Como Isaiah White encarna el carisma del líder deportivo y, al mismo tiempo, la frialdad de un gurú manipulador. Su capacidad para ser la figura paternal y la amenaza refuerza la dimensión sectaria del relato. Por otro lado, Julia Fox (Uncut Gems) interpreta a la esposa de Isaiah White, en un papel discreto frente al protagonismo de ambos quarterbacks.
Him: El elegido desmonta uno de los pilares del imaginario estadounidense, la épica deportiva como camino de redención. Frente a las películas que celebran la unión del equipo, la superación personal y el patriotismo, esta cinta muestra el reverso. Somete al protagonista al aislamiento, la manipulación, la violencia y el delirio. Una propuesta interesante, pero que se aleja de ser perfecta, pese al auspicio de Jordan Peele.
Si bien Him: El elegido desarma los clichés del género deportivo y revela lo que se esconde tras la exagerada idolatría deportiva, no deja de ser una trama que a ratos es dispersa y confusa. El montaje, con algunos elementos que parecen sacados de TikTok, también empaña las buenas actuaciones en el ambicioso debut de Tipping en el terror.
