La noche del 16 de agosto en el Teatro Coliseo de Santiago se vivió una jornada llena de virtuosismo, talento y carisma. Todo bajo el sello musical de un músico considerado, por sus pares, como uno de los mejores en su instrumento: Thundercat.
Habían pasado 7 años desde la última vez que el músico estadounidense pisó Chile por última vez y las ansias de los fans estaban por las nubes. Es así como estuvimos en un concierto que por momentos parecía un viaje íntimo, con pasajes explosivos de energía y juego constante entre el virtuosismo, improvisación y precisión. Allí, el bajista angelino demostró por qué es una de las figuras más influyentes del funk y el jazz contemporáneo.
Un espectáculo donde el frontman se mostró relajado, cercano e incluso regaló momentos de humor y complicidad en cada interacción con el público. Todo esto fue guiado por su bajo de seis cuerdas, Ibanez TCB1006AL-BKF de la serie Signature Thundercat cuyo cuerpo, de color rojo, está customizado con una imagen de Asuka, la icónica piloto de Neon Genesis Evangelion.
En La Máquina te contamos cómo lo vivimos.

Thundercat, el genio del bajo
Por si no conocen de quién hablamos, les contamos que Stephen Lee Bruner, más conocido como Thundercat, es un bajista, cantante y compositor estadounidense nacido en Los Ángeles en 1984. Desde sus inicios en bandas como Suicidal Tendencies, ha transitado por géneros que van del jazz fusión al funk, R&B progresivo y electrónica, consolidándose como uno de los músicos más creativos y versátiles de su generación.
Ha trabajado con artistas como Kendrick Lamar, Erykah Badu, Snoop Dogg, Mac Miller y Flying Lotus. Además ha sido reconocido con dos premios Grammy, incluyendo Mejor Álbum de R&B Progresivo por It Is What It Is (2020).
Conocido por su virtuosismo en el bajo y su estilo excéntrico que mezcla moda, anime y humor, Thundercat convierte cada concierto en un viaje sonoro impredecible.

Dando vueltas este 2025
Thundercat regresó a Chile como parte de su gira internacional 2025, que lo ha llevado por escenarios de Norteamérica, Europa y Latinoamérica. El tramo sudamericano incluyó fechas en Ciudad de México, Santiago y Buenos Aires, con un repertorio centrado en It Is What It Is y clásicos de su discografía.
Su regreso al Teatro Coliseo confirmó la fuerte conexión con sus fans en la región, que esperaban corear himnos como Dragonball Durag y Them Changes.
Así se vivió el concierto de Thundercat
Comenzando a las 21:10, tras el preámbulo en el que la expectación del público era evidente. Mayoritariamente jóvenes y jóvenes adultos aguardaban entre silbidos y cantos, algo ansiosos, el comienzo del concierto.
Es así, como a la hora indicada, el trío salió al escenario: Thundercat en el bajo y voz acompañado solamente por Dennis Hamm al teclado y Justin Brown a cargo de la batería. La reacción del público, al contrario de lo que se podía esperar, fue de atención. Miradas y oídos atentos, enfocados en lo que los músicos estaban ofreciéndoles con los primeros redobles y punteos. La voz de Thundercat al entonar las primeras notas, se sentía cristalina, como si un chaman estuviera lanzando un hechizo a los presentes. Y este hizo efecto, ya que lentamente el público pasó de la atención, a la acción. Gritos y bailes provenientes desde las notas musicales, poseyeron los cuerpos que comenzaron a moverse y a dejarse llevar por un artista que con su look y presencia, tenía en control cada situación desde el escenario.
Como era de esperar, el virtuosismo dominó la escena y con un desplante digno de maestros en su instrumentos, improvisaron y extendieron canciones con solos – sobre todo, claro de la estrella de la noche – en sus instrumentos, con tal prolijidad que es una apuesta perdida intentar identificar una nota o un golpe fuera de lugar.
Durante el concierto, se vivieron momentos emotivos, donde el bajista le dedicó homenajes a Mac Miller, Louis Cole y Ozzy Osbourne.
Tratar de señalar un solo tema como el “punto alto” sería injusto. La música de Thundercat es profundamente personal, y en este show cada asistente la vivió de manera distinta. Fue un ritual íntimo y colectivo a la vez.
Un Show impecable
El concierto de Thundercat en el Teatro Coliseo fue hipnótico. Una muestra de por qué el bajista angelino se ha convertido en una figura única dentro del funk y el jazz contemporáneo. Con un set que combinó virtuosismo, humor y cercanía, confirmó que su música trasciende la técnica para convertirse en experiencia colectiva.
Más que un repaso de su discografía, lo de anoche fue un ritual sonoro, donde cada acorde y cada nota construyeron un puente directo entre artista y público.
A continuación te dejo el setlist del show.
- Isn’t It Strange
- Walking On the Moon
- Existential Dread
- Durag
- Children of the Baked Potato
- Great Scott / Innerstellar Love
- Show You the Way
- Heartbreaks + Setbacks / Friend Zone
- Funny Thing
- Them Changes
Encore
- Tron Song
- Lotus And The Jondy