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Fotos + Reseña | Miranda! en Chile: La iglesia del pop en su máxima expresión

Miranda! se superó a sí mismo con un espectáculo tan sorprendente no solo en lo musical, sino también en lo performático que, desde el primer minuto, rompió con la tradición de un clásico concierto del género pop.

Primeros pasos en las vísceras del siempre bien ponderado Movistar Arena. Carteles multicolor, sonrisas incesantes, conversaciones repletas de expectación y un irrestricto fanatismo por uno de los grupos argentinos que, sin lugar a dudas, es un plato seguro en cualquier latitud de Latinoamérica, fue parte de lo que se observó apenas los segundos corrían previo al primero de los tres conciertos (totalmente vendidos) de Miranda! en tierras chilenas.

Ale Sergi y Juliana Gattas son dos nombres que reúnen dos elementos sustanciales: pleitesía y fábula pop. El dúo trasandino, con varios años de carrera, presentaron, en un recinto absolutamente lleno, su nueva propuesta musical bajo el nombre de su último disco Hotel Miranda!, que incluye colaboraciones con artistas de renombre como María Becerra y la chilena Francisca Valenzuela, con el cual, asimismo, estuvo presente en la reciente edición del Festival de Viña del Mar en 2024.

**Créditos: Revista La Máquina / Fotógrafa: Catalina Navarro (@thewitchphotos).**

Increíblemente, Miranda! se superó a sí mismo con un espectáculo tan sorprendente no solo en lo musical, sino también en lo performático que, desde el primer minuto, rompió con la tradición de un clásico concierto del género pop: el escenario, paradójicamente, no fue el centro de atención; un cisne gigante que acarreó a la dupla desde la zona posterior del lugar y un revulsivo primer hit Ya lo sabía a modo de puntapié inicial en un caluroso jueves 26 de septiembre, los autores de Don iniciaron la misa multicolor de la iglesia del pop en su máximo esplendor.

¿Cómo se vivió el recital de Miranda!? Acá te lo contamos.

Como mencioné, Ya lo sabía fue la acompañante de un viaje extremadamente perfecto para quienes disfrutan este género musical: parafernalia, creatividad y algunas pizcas de audacia performática. Con las ya míticas voces de Sergi y Juliana, muy arraigadas al gusto colectivo de la generación post años 2000, el Movistar Arena empezó la velada con una energía que solo la dupla puede implantar en las mentes de las y los asistentes. ¿Fue un acierto? Absolutamente. ¿Fue arriesgado? Totalmente (y gracias por ello).

Luego, sin ningún tipo de bajón anímico, los sencillos Nadie como tú, Lo que siento por ti o Cálido y rojo, dieron rienda suelta a una fiesta electropop que pocas veces se observa (y vive) en la actualidad, máxime con la oleada incombustible del género urbano y, en pocas ocasiones, del pop industrial moderno.

El coro generalizado se entremezclaba con un elenco de danza muy afiatado con Miranda!, quienes, en diferentes momentos de la presentación, brillaron como acompañantes de las teatrales y faraónicas propuestas musicales que, seguramente, largos días de planificación tuvieron.

Con la ya característica simpatía y desplante de Sergi y los particulares bailes y vibrato de Juliana, Miranda! siguió impartiendo cátedra de cómo entregar un sermón del pop con los evangelios de la sensualidad y el goce. Sermones que brindaron algunos de los hits más imborrables de los argentinos, como Perfecta, Para olvidar tu amor o la siempre fiestera Hola, que incluso se percibió como uno de los instantes más prolíficos en la imparable eucaristía.

Sin embargo, también los momentos de intimidad fueron caldillo para los más hambrientos de amor. Las canciones Lejos de vos y Hasta hoy quebraron con la algarabía, en compañía de melodías absolutamente bien unificadas, denotando la experiencia y conocimiento mutuo de Sergi y Juliana. Las luces de los imperdibles teléfonos iluminaron uno de los momentos mejor logrados de la jornada.

Tras los minutos de una acústica sesión, la misa electropop encendió una vez más al Movistar Arena, en especial con la llegada de uno de los temas enmarcados en los corazones de los y las fanáticas: Yo te diré. Debo confesar que desde esta melodía en adelante, el coro y los decibeles se hicieron inquebrantables, con un in crescendo digno de respeto.

Lo anterior exaltó aún más el ambiente cuando Traición, Me gustas tanto o Mentía retumbaron los rincones más lúgubres del recinto. Un cóctel de la mejor hostia que un feligrés mirandero puede integrar en su sistema nervioso.

Evidentemente, Miranda! no podía finalizar su sorpresivo gran show sin antes corear tres de sus más grandes canciones: Enamorada, El profe y, por supuesto, Don que, como ya bien se conoce, se ensucia con una polémica un tanto ya tomada como humor por el dúo trasandino y, claro, su fanaticada más acérrima. “Es la guitarra de…”; se deja a criterio.

¿Miranda! puede ser considerada la agrupación por excelencia del neopop latinoamericano? Pretencioso sería asegurar eso cuando la industria pasa por momentos de altos y bajos. No obstante, la imperecedera energía, la batería de éxitos sin freno y un carisma auténtico, orientan la respuesta más allá de un volátil (e innecesario) ranking: Miranda! es la iglesia del pop, y punto.