Bring Me The Horizon no ofreció un concierto, ofreció una experiencia. Fue un espectáculo que rompió las barreras del género.
El lunes 2 de diciembre, el Movistar Arena se transformó en un santuario sonoro donde Bring Me The Horizon selló un pacto inquebrantable con su devoto público chileno. Con una puesta en escena que fusionó el caos visceral del deathcore y la sofisticación visual de su última era musical, la banda británica ofreció un espectáculo que no solo reventó los tímpanos, sino que dejó huellas en el alma de los asistentes, bajo la producción de Fénix Entertainment.
¿Cómo se vivió uno de los recitales más potentes del año? En Revista La Máquina te lo contamos.
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Un preludio que marcó el tono
Aunque el espectáculo comenzó con un retraso de casi media hora y una avalancha de gente aún ingresando al recinto, la espera solo avivó las ansias del público. La introducción, un homenaje a la estética retro de los videojuegos de PlayStation 1 y 2, fue un guiño perfecto a los nostálgicos, mientras que los primeros acordes de DarkSide rompieron el silencio como una explosión cargada de adrenalina. Desde ese instante, el Movistar Arena fue un caldero de emociones en ebullición.
El inicio, con Mantra y Happy Song, fue un despliegue de poder absoluto. Las luces, mayormente teñidas de un rojo intenso que bañaba el escenario como si se tratara de una escena sacada de una película gótica, crearon el ambiente perfecto para lo que sería una misa en honor al deathcore, con Oliver Sykes como el predicador principal. Cabe resaltar que Sykes se consolida cada vez más como uno de los vocalistas del metal actual más potentes y con una reputación digna de ser memorable.
Un setlist de culto
El recorrido musical fue una montaña rusa que abarcó todas las etapas de Bring Me The Horizon. Desde los guturales más crudos de su era Count Your Blessings hasta los matices electrónicos y melódicos de Post Human: NeX Gen, el setlist no dejó ningún rincón de su trayectoria sin explorar. Clásicos como Shadow Moses y Can You Feel My Heart se entrelazaron con nuevas joyas como Amen! y Kool-Aid, creando una narrativa que cautivó tanto a los puristas del deathcore como a los fanáticos más recientes.
Los momentos interludios, que mezclaban sonidos ambientales y visuales inmersivos, sirvieron como una pausa inquietante que preparaba al público para cada nuevo asalto sonoro. Estos detalles no solo mantuvieron la energía en su punto máximo, sino que contribuyeron a la sensación de estar participando en un ritual cuidadosamente diseñado.
Un espectáculo multisensorial
El espectáculo no fue solo música; fue una experiencia que involucró todos los sentidos. Cada nota, cada screamer de Sykes y cada riff demoledor de Lee Malia se sintieron como golpes en el pecho, mientras los visuales hipnóticos y las luces pulsantes parecían sincronizarse con los latidos del corazón del público.
La ambientación gótica del escenario, con su atmósfera casi ceremonial, sumada a los tonos rojizos y negros que lo dominaban, evocaron una iglesia profana donde los fieles se entregaron sin reservas. Los moshpits eran verdaderos torbellinos humanos, y la intensidad fue tal que varios asistentes acabaron desmayados, prueba de la fuerza avasalladora de BMTH en vivo.
Oliver Sykes y la alquimia del espectáculo
Oliver Sykes demostró una vez más por qué es uno de los frontmen más carismáticos de la escena actual. Su dominio del escenario fue absoluto, guiando al público con una mezcla de agresividad y emotividad que resonó en cada rincón del recinto. Desde sus desgarradores screamers hasta su conexión casi espiritual con los asistentes, Sykes no dejó espacio para la indiferencia.
El resto de la banda tampoco se quedó atrás. Matt Nicholls en la batería y Matt Kean en el bajo formaron una base rítmica demoledora, mientras que Lee Malia desplegó riffs tan precisos como brutales. Cada integrante estuvo en la cima de su juego, contribuyendo a un sonido que oscilaba entre lo técnico y lo apocalíptico.
Una noche para el recuerdo con Bring Me The Horizon
Bring Me The Horizon no ofreció un concierto, ofreció una experiencia. Fue un espectáculo que rompió las barreras del género, combinando brutalidad, melodía y una producción escénica digna de los mejores espectáculos del mundo.
La noche del 2 de diciembre, Santiago no fue solo una parada más en su gira, sino el epicentro de una “boda roja” donde el deathcore, el hyperpop y el espíritu indomable de BMTH se unieron para crear algo verdaderamente inolvidable. Un concierto que dejó a los escépticos rendidos, a los fanáticos en éxtasis y a todos con la certeza de haber presenciado una de las mejores presentaciones del año.
Setlist de Bring Me The Horizon en el Movistar Arena, Chile
Intro:
- Prelude (Final Fantasy Series)
- NEX GEN Research Program Introduction (video interlude introduciendo a E.V.E)
Show:
- DArkSide
- MANTRA
- Happy Song
- Teardrops
- AmEN! (intro extendido)
- PROJECT @NGELDU$T (video interludio)
- Kool-Aid (sin outro)
- Shadow Moses (intro extendido)
- Lesser Banishing Ritual of the Pentagram (video interlude)
- n/A
- Sleepwalking (intro de piano extendido)
- Rebellion’s Cyber Attack (video interludio)
- Itch for the Cure (When Will We Be Free?) (“Project: Kingslayer” version)
- Kingslayer
- Parasite Eve (intro extendido)
- Scream Star Application (video interlude con fragmentos de Medicine, Oh No, True Friends, The House of Wolves y Pray for Plagues)
- Antivist (con un fan cantando en el escenario)
- Follow You
- LosT
- Can You Feel My Heart
Encore:
21. Overture (con intro de E.V.E)
22. Doomed
23. 9000-X Quantum Edition Pro Max Lite Special U2 Red Version (video interludio)
24. Drown
25. Throne
Cierre:
- Extinction Sequence (video outro)
- Avalanche (canción reproducida en cinta)