Si hay un símbolo que se ha podido ver estas últimas semanas en las calles de Santiago y que ha pegado tan fuerte que incluso se trasladó hasta el metro de Nueva York, es la figura canina de un pañuelo rojo, fuerte, libre y estridente. Nada más y nada menos que el Negro Matapacos.
Para aquellos poco familiarizados con el término “pacos”, este se refiere a los funcionarios de Carabineros de Chile. ¿Por qué esta denominación? Algunos dicen que se debe a una sigla, otros a una palabra en lengua quechua.
Pero en lo respecta a este recordado animal canino, el nombre se lo ganó por allá en el año 2011, cuando seguían las manifestaciones que estallaron para la denominada Revolución Pingüina en 2006, buscando una mejor educación cuando comenzó a salir a la Alameda y a acompañar a los manifestantes quienes eran víctimas del actuar policial.
¿De dónde salió? Nadie lo sabe.
Por lo general, lo acogían principalmente en las diversas casas de estudio de las universidades cuyos estudiantes salían a gritar su descontento a las calles, acompañados de cánticos que atraían al quiltro (como se le llama a los perros de raza mestiza en el país), que según dicen aquellos que lo vieron en las calles, no se perdía ninguna marcha. Tuvo diversos cuidadores y muchos amigos que lo reconocían, le regalaban pañuelos y, en resumen, lo cuidaban y lo querían como a uno más de ellos.
A lo largo de la historia de las manifestaciones en Chile, siempre se ha visto a los caninos que sufren la suerte de ser “callejeros”, apoyando los movimientos sociales casi instintivamente, sabiendo diferenciar bien entre un organismo policial de los manifestantes.
Como si esa rabia, esa sensación de ser pasado a llevar y de ser abandonado o dejado de lado fuese tan familiar que se unieran juntos contra un enemigo común y es sabido que incluso en Grecia se vio el caso de Loukanikos, un perro que apoyó a los manifestantes en los movimentos de 2011.
Tras varios años, Matapacos falleció en agosto de 2017 por causas naturales, pero dejando, sin saberlo, un legado que hasta hoy, en pleno 2019, llena de orgullo a todos los manifestantes que salen a demostrar su descontento.
Para terminar, dejamos este breve documental hecho por estudiantes de la Universidad Santo Tomás de 2013 sobre la huella que dejó Matapacos en Chile y en sus habitantes.