Pómulos marcados, flequillo inconfundible, resuelta y con una voz única, Deborah/Debbie Harry se transformó en un ícono de la industria musical, inspirando generaciones a otros “grandes” con su talento e irreverencia.
Hace pocos días, cumplió nada menos que 75 años y cómo no rendirle tributo si hasta hoy se mantiene vigente, como artista en solitario y con la banda que la catapultara al estrellato.
En esta versión de ‘El Casete’, traemos de vuelta lo mejor de la incombustible vocalista de Blondie, Debbie Harry.
Desde una vida desligada de la música a Blondie
Debbie Harry pasó por varias facetas antes de dedicarse enteramente a la música y, cuando por fin lo hizo, ni siquiera tenía algún estudio en particular relacionado a ello, solo un grado relacionado a las artes cuando tenía poco más de 20 años. Una vez que lo logró, no se bajó más de ese vagón; muy por el contrario, agarró más velocidad cuando conoció al guitarrista Chris Stein y formaron el proyecto que tendría nombre de cabellera rubia – literalmente-.
Sin embargo, tuvieron que pasar varios años y dos álbumes para salir de la arista under y lograr el éxito merecido, aunque nadie pudo quitarles el podio de ser referentes del new wave y punk rock de la época. La conquista definitiva del mercado estadounidense vendría con el aclamado “Parallel Lines” en 1978 – que días atrás cumplió 41 años de haber obtenido disco de platino –, el cual entregó las joyas más importantes de la banda.
Bien se podría haber dedicado El Casete únicamente a esta pieza, pero nos habríamos perdido 40 años de material. Y a mí no me gusta perder.
“One Way Or Another” y “Heart Of Glass” suenan en las radioemisoras hasta la actualidad y no hay quién no escuchase ambos temas en algún momento de su vida, puesto que son parte de las playlist de grandes y chicos y nunca se irán. Pero también tenemos a “Hanging On The Telephone” y “Sunday Girl”, porque este disco es simplemente el mejor. Experimentaron todo lo que pudieron, lograron lo que quisieron.
Luego vendría el álbum “Eat To The Beat” con singles como “Dreaming”, “Union City Blue” y “Atomic”. Rápidamente, aparece “Call Me” y prontamente el controversial “Autoamerican”, que aportó sonidos y estilos distintos a los acostumbrados por la banda, pasando por el jazz, reggae, y el rap. ¿Rap? Sí, en “Rapture”, primera canción rap en llegar a los rankings norteamericanos en ser interpretada por una mujer blanca. Todo esto, en un lapso de muy pocos años.
Dicho esto, no nos detengamos mucho más por aquí. Porque así como un día estás en el top y tu música suena imparable en las pistas de baile de la época, al otro día se acaba la gloria y se acaba tu banda también. Blondie terminó – un rato-, pero Debbie siguió. Y le fue bien, en general.
En su carrera solista, grabó 5 álbumes de estudio y 4 compilaciones; colaboró con más de 15 músicos y bandas; participó en más de 60 películas y programas de televisión; llegó a formar parte del listado de las 100 mujeres más importantes del Rock & Roll; llegó varias veces a los primeros lugares de las listas en distintos géneros; salió de gira con destacados artistas; se convirtió en un ícono de moda; se dedicó a la filantropía orientada a combatir enfermedades como el cáncer y la endometriosis; sacó una autobiografía. Me cansé de contar.
A veces exitosa, otras no tanto, hay que ser honestos. Pero permaneció indudablemente vigente e inspiradora.
Y varios singles dejó regados en el universo del pop/rock. “French Kissin’ In The USA”, “In Love With Love”, “I Want That Man”, fueron algunos de ellos. Pero digámoslo, a todos nos gustan los finales felices y nadie dura toda una vida enojado. Afortunadamente, Blondie se reunió después de superar años de desencuentros, peleas, juicios y acciones legales, drogas y desenfreno, para entregarnos “Maria”, convirtiendo a nuestra Debbie en la primera mujer con más edad en alcanzar un número 1 en los charts, adjudicándose una entrada en el Libro de los premios Guinness.
Y nos siguieron regalando nuevos discos y siguieron inspirando y componiendo con libertad, sin restricciones. Pero sobre todo, nos demostraron que tienen a la cabeza una artista sin igual.
Debbie Harry es, indudablemente, un diamante difícil de comparar e imposible de imitar. Con un talento y versatilidad únicos en su clase. No se quedó atrás con ningún estilo, logrando que diversos artistas la mencionaran como referente e inspiración. Por esto que es que seleccioné 17 tracks en orden cronológico para repasar su carrera, que la convirtió en una de las mujeres clave en la historia del rock internacional.