Drácula reinterpreta al mítico vampiro en una historia de romance y tragedia dirigida por Luc Besson. Estreno en Chile el 14 de agosto. En La Máquina te contamos más.
Ya existen muchas interpretaciones del mítico monstruo en contra de Dios, comenzando por su novela original escrita en 1897. Desde entonces, su presencia en la cultura popular solo ha ido en ascenso, con múltiples adaptaciones en series, películas, más libros, cómics, animaciones, y mucho más. Ahora, en La Máquina, te contaremos sobre la más reciente hasta la fecha, Drácula: A Love Tale, cinta que llega el 14 de agosto a los cines chilenos.
La historia de Drácula
Muchos solo conocen al vampiro como un ser desagradable a la vista: una criatura que chupa sangre con sus colmillos y que vive en un castillo sombrío, sumido en el frío. Si bien esa parte es cierta, la novela siempre nos contó otra historia, mucho antes de que el personaje se hiciera famoso y previo al terrible pecado que cometió como hombre.
A pesar de existir tantas adaptaciones, siempre se miran desde puntos de vista distintos. Mis dos favoritas son: la serie animada Castlevania y el Drácula de la cinta Van Helsing. El de esta nueva película se asemeja al de Castlevania: nos muestra al humano que fue y al monstruo en el que se convirtió, además de sus motivos y, por supuesto, su amada arrebatada por una guerra innecesaria. Si bien la cinta abarca gran parte de la novela, se desvía para contar la historia desde otra perspectiva.
Dirección y guion
He de aclarar que, aunque esta cinta esté clasificada como fantasía, horror y romance, no tiene nada de horror. Incluso, en varias ocasiones, se siente como una comedia involuntaria. Y sí, esta cinta es un fanfic —entendido como una historia ficticia creada por una persona ajena al material original, donde generalmente se exploran romances entre dos o más personajes de la obra—. En este caso, Luc Besson fue el creador de esta versión.

Luc Besson dirige la nueva película de Drácula
Esta cinta, bajo la visión de Luc Besson, quien ha creado y dirigido obras destacables como El Quinto Elemento y otras no tanto como Lucy, provoca una sensación extraña. Como mencioné, no es horror; quizás tenga un toque gore, pero rozando el mínimo. En cambio, el romance abunda: vemos a alguien que mataría por su amada, alguien que quemaría el mundo entero si algo le pasara. Parecido al Drácula de Castlevania, aquí la historia es puro romance y tragedia.
Actuaciones
Caleb Landry Jones, quien ya trabajó con el director en Dogman —donde mostró su gran capacidad para generar incomodidad—, provoca algo similar en esta cinta. Como el conde Drácula, es incómodo, potenciado por un maquillaje muy logrado, algo que vale la pena destacar.
Zoe Sidel, interpretando al eterno amor de Drácula, es una elección interesante. Ella es hermosa, con un encanto difícil de describir, y su química con Caleb es única. Con su presencia, se refuerza que esta cinta sea básicamente una historia de romance, incluso utilizando el cliché de la chica comprometida a la que regresa su amado de otra vida para llevársela, algo que fácilmente podría verse en Vidas pasadas.

Solo como mención, en esta cinta aparece Christoph Waltz como Priest, quien cazará a Drácula e intentará evitar más muertes. Aunque este increíble actor no tiene demasiada presencia en pantalla, sí aporta carisma a su interpretación.
Drácula en simples palabras
Esta cinta cumple a medias lo que promete. Es adecuada en su duración, y en dos horas y nueve minutos la historia “abarca” la novela completa —y lo pongo entre comillas porque Luc Besson hizo lo que quiso—. Tiene mucho humor, que quiero creer que es voluntario. Lo que realmente salva la cinta es que es ligera y logra entretener. Con ciertos misterios, si no conoces la historia del conde Drácula, puede ser un buen punto de partida para leer la novela original o sumergirse en su evolución a lo largo de los años. En resumen, una película medianamente mala que se salva por poco.












