Polvo Serán es una gran película. Un viaje que, aunque a veces se sienta lento y contemplativo, termina arrasando con todo. En La Máquina te contamos todo.
Gracias a SANFIC 21 y debido a que en La Máquina somos media partner del Festival, asistimos a una función especial de la cinta Polvo Serán, perteneciente a la categoría de la Competencia Internacional del certamen y que fue multipremiada en los Premios Gaudí.
La cinta nos muestra al matrimonio de Claudia y Flavio, pareja de actores que lleva más de 40 años juntos. Ahora, Claudia enfrenta una enfermedad terminal y decide emprender un viaje a Suiza para someterse a la eutanasia. Lo sorprendente es que Flavio, su compañero de toda la vida, decide acompañarla y también someterse al mismo procedimiento. Cuando sus hijos se enteran de la noticia, se desata un verdadero terremoto familiar.
La película combina números musicales, un guion potente, actuaciones profundas, aunque presenta algunas deficiencias en el ritmo narrativo. Aun así, se trata de una obra muy valiosa, que coloca sobre la mesa un tema tan complejo como divisivo.
UNA MARAVILLOSA CINEMATOGRAFÍA
La cinta está dirigida por Carlos Marqués-Marcet, cineasta español conocido principalmente por su ópera prima 10.000 km. En esta ocasión, nos entrega una película cargada de drama, ironía y momentos musicales inesperados.
El montaje y la fotografía son impecables: planos generales que se funden de manera magistral con otros más íntimos, además de un timing preciso en las escenas musicales, donde las coreografías se ejecutan con gran exactitud. La paleta de colores, en la que predominan los tonos pasteles e intensos, está tan bien lograda que, en ocasiones, la imagen parece una pintura viviente. El diseño de vestuario también brilla, en especial durante los segmentos musicales.
El guion es notable, aunque presenta ciertos baches de ritmo. Se trata de un relato lineal y aristotélico, que se permite rupturas en los números musicales, donde adquiere un tono más onírico. La historia comienza con un ataque de Claudia, introduciendo de inmediato su lucha contra una enfermedad incurable. Posteriormente, conocemos a su esposo y a su hija menor, quienes actúan como sus cuidadores.
La trama se centra en la decisión de la pareja de poner fin a sus vidas en Suiza. Cuando los hijos lo descubren, todo comienza a desmoronarse, aunque la pareja se mantiene férrea en su resolución hasta el final. La película se divide en tres actos: aunque decae en ritmo hacia el final, logra recuperarlo y mantenernos atentos a la decisión definitiva. Los números musicales están justificados narrativamente, ya que aparecen en momentos de crisis de Claudia, reforzando la fuerza dramática.
ACTUACIONES PROFUNDAS
Ángela Molina, brillante actriz española, interpreta a Claudia, una actriz de teatro con una enfermedad terminal que decide terminar con su vida voluntariamente en Suiza. Su actuación es exquisita, en especial durante las crisis de su enfermedad. Con gran profundidad, sin caer en exageraciones, transmite intensidad, silencios y miradas que estremecen. Un vaivén de emociones que maneja a la perfección. Sublime.
Por su parte, Alfredo Castro, uno de los actores chilenos más destacados de habla hispana, encarna a Claudio, esposo de Claudia, quien también decide acabar con su vida. Castro entrega un personaje lleno de vulnerabilidad, calma y silencios, pero con un carácter férreo que nunca titubea en su decisión. Aunque se sugieren dudas, Claudio asume que sin su compañera poco sentido tendría su vida, y desea tomarle la mano hasta el último instante. Una interpretación profunda y contenida que Castro ejecuta con maestría.
Mónica Almirall da vida a Valeria, la hija menor que convive con sus padres. Es la primera en enterarse de la situación y, sobrepasada, decide revelarla durante una fiesta familiar, sin autorización de Claudia y Flavio. Su personaje transita por un viaje emocional intenso, que va desde la negación hasta la comprensión plena. Su actuación es sincera, angustiante y conmovedora.
POLVO SERÁN EN PALABRAS SIMPLES…
Polvo Serán es una gran película. Un viaje que, aunque a veces se sienta lento y contemplativo, termina arrasando con todo. Con actuaciones sobresalientes y momentos musicales brillantes, reafirma la idea de que la muerte debe ser una opción y que la dignidad jamás debe ser arrebatada, incluso en el último lecho.