Gracias a los amigos de BF Distribution, pudimos ver La Hermanastra Fea, película noruega que causó sensación en el Festival de Cine de Sundance y que ofrece una relectura del clásico cuento de La Cenicienta. La cinta nos muestra la historia de Elvira, una joven que decide luchar por el amor del príncipe y competir con su bella hermanastra. Es por eso que la chica llegará hasta las últimas consecuencias, porque ese zapato de cristal le va a quedar a como dé lugar.
El filme pertenece al subgénero del Body Horror, y con sus escenas grotescas y explícitas pretende ser una de las apuestas más arriesgadas del año. Sin embargo, falla en su intento. Lamentablemente, el marketing le hizo un flaco favor, ya que la película no tiene el impacto que promete. En otras palabras, el zapato queda un poco suelto.
En La Máquina te contamos qué nos pareció esta película que ya está disponible en salas de cine desde este jueves 9 de octubre.
UNA BUENA CINEMATOGRAFÍA
La silla de dirección está ocupada por Emilie Blichfeldt, directora noruega que ha realizado otros trabajos audiovisuales, pero La Hermanastra Fea es, sin duda, su obra de mayor renombre. Tanto así, que arrasó con su propuesta en el Festival de Sundance y también en el de Berlín.
Aquí observamos una cinematografía de época o histórica, que nos traslada a un mundo casi medieval en donde las princesas compiten entre sí por el amor y el dinero del príncipe. La película nos ofrece primeros planos y planos americanos con un profundo subtexto detrás, además de una paleta de colores cargada a los tonos pasteles y negros.
De igual manera, la directora construye escenas de “sueño” o “imaginario”, en las que se muestra “cómo debería ser” el mundo perfecto que la protagonista desea alcanzar. El montaje, en esos momentos, evoca el estilo de una princesa Disney, con un entorno idealizado que jamás llegará a concretarse. Con sus escenas grotescas, explícitas y extremas, la cinta honra el subgénero al que pertenece, siendo un buen exponente del horror corporal. En definitiva, un buen montaje.
El guion, también a cargo de la directora, presenta una historia inspirada en el cuento de La Cenicienta, pero con una mirada profunda y crítica hacia ciertos temas contemporáneos. Es una historia lineal que nos muestra a una joven dispuesta a hacer todo lo posible por ganar el amor de su amado, compitiendo con su bella hermanastra por un amor no correspondido.
A lo largo del relato, vemos una madre controladora y abusiva, así como el viaje emocional de Elvira, quien deberá descubrir si todo su sacrificio ha valido la pena. Pero el guion ofrece más lecturas que una simple película de terror: nos habla sobre la inseguridad, la baja autoestima y la falta de valoración personal. También aborda cómo las personas pueden transformarse completamente en busca de aprobación, hasta el punto de desconocerse a sí mismas. Además, plantea la eterna comparación y competencia entre mujeres por la atención y el amor de un hombre. En resumen, una mirada profunda y moderna sobre este clásico cuento.
No obstante, la estrategia de marketing le jugó una mala pasada a nuestra querida hermanastra. La cinta se promocionó como una de las mejores del año, incluso comparándola con La Sustancia, una de las producciones más importantes del subgénero. Pero lamentablemente, la película decae en ritmo y, aunque tiene una duración aceptable, se siente lenta y pesada, perdiendo tensión e interés en el desarrollo de la historia. Un detalle que hace que la cinta se desinfle por completo.

ACTUACIONES SOBRESALIENTES
Tenemos que hablar de la gran protagonista: Lea Myren interpreta a Elvira, nuestra hermanastra fea. La actriz había participado en series, pero ahora da el gran salto en esta producción que descansa completamente en sus hombros. Su trabajo es sensacional: vemos un viaje de personaje impresionante, desde la tímida y retraída hermanastra hasta su descenso total hacia la locura.
El espectador sufre y empatiza con su dolor, porque poco a poco Elvira comienza a aceptar que no será elegida, incluso después de cambiar toda su apariencia. Myren transmite con intensidad el dolor físico y también una gran sensibilidad en los momentos de enfrentamiento con su controladora madre. En resumen, un excelente trabajo actoral.
Thea Sophie personifica a Agnes, la rival de Elvira. Ella también lucha por el amor del príncipe y es bella como ninguna, pero su personaje no es una villana. Más bien, bordeando la empatía, en algunos casos llega a sentir lástima por su hermanastra. Sin embargo, no permitirá que Elvira se salga con la suya, dando paso a la manipulación y la crueldad. Muy buen trabajo interpretativo.
Pero si hay una villana, esa es Ane Dahl, como la madre de Elvira: una mujer sin escrúpulos, carente de afecto, que empuja a su hija al borde del abismo. Siempre buscando la aprobación masculina, la madre cruel hará lo que sea necesario para que su hija conquiste al príncipe y así quedarse con el dinero. Es una villana que, incluso, provoca lástima por la soledad que la consume. La mujer objeto hecha personaje. Muy bien lograda.

“LA HERMANASTRA FEA” EN PALABRAS SIMPLES…
La Hermanastra Fea es una película interesante y provocadora, con una lectura profunda sobre el amor propio y la valoración personal. Grotesca y explícita por momentos, el filme llega demasiado inflado por la promoción, por lo que conviene bajar las expectativas. Porque, finalmente, el zapato le quedó un poco grande… por no decir bastante.