Crítica de “Código Negro”: Michael Fassbender y Cate Blanchett brillan en una soberbia e intrigante película de espionaje

Código Negro es entretenida y vertiginosa, con un Soderbergh en estado de gracia y una pareja protagónica cuya química explota en pantalla.

Hace algunos días, y gracias a los amigos de Andes Films, fuimos a una función especial de Código Negro, la nueva cinta de suspenso y espionaje que ya esté en las salas de cine. La película trata sobre un matrimonio de espías que ha logrado un equilibrio entre el trabajo y el amor. Sin embargo, tras un importante robo, comienzan las desconfianzas, especialmente cuando la esposa es sospechosa de traición. Ambos entran en un juego del gato y el ratón, donde pondrán a prueba toda su experiencia para resolver el misterio, descubrir al traidor y, sobre todo, salvar su matrimonio.

Steven Soderbergh nos entrega una verdadera lección de dirección con esta cinta. Nos mantiene intrigados hasta el último minuto y, con un guion soberbio, nos demuestra que este género aún tiene mucho que ofrecer. Entretenida y atrapante.

En Revista La Máquina te contamos más sobre este filme.

UNA CINEMATOGRAFÍA SOBERBIA

Steven Soderbergh. No necesita presentación. Y, aunque todos conocemos algún trabajo suyo, aún se siente como un cineasta infravalorado. En esta ocasión, se adentra en el género del thriller, suspenso y espionaje, un terreno que no le es ajeno. Hace gala de toda su experiencia y logra una dirección que nos mantiene anclados a la pantalla. Con una combinación de planos americanos, primeros planos y secuencias rápidas e intrigantes, consigue que la película sea fascinante. Además, posee un halo de elegancia y sensualidad que la hace aún más atractiva. Muy bien, Soderbergh. Casi nunca decepciona.

En una película de thriller y suspenso, el guion debe ser el gran motor, ya que no puede decaer ni un segundo. La historia es clara: matrimonio de espías, algo sale mal, la esposa es sospechosa y hay que descubrir al traidor, revelando importantes secretos en el camino. La clave de este tipo de relatos es que sean vertiginosos, inteligentes, con giros inesperados y sin adelantar el final. Esta cinta cumple con todos esos principios, lo que la hace bastante más que correcta. Aunque en algunos momentos cae en el ritmo, lo recupera rápidamente y nos entrega un final inesperado. Buen guion.

UN ELENCO CONECTADO Y SOBRESALIENTE EN CÓDIGO NEGRO

Michael Fassbender. El actor nominado al Óscar regresa a las grandes ligas del cine tras un período de ausencia, en el que participó en cintas que pasaron directamente al streaming. Esta vez, Fassbender interpreta al detective Woodhouse, uno de los protagonistas del filme. Serio, escueto y siempre controlado, su detective se destaca por su inteligencia, perspicacia y capacidad para seguir el protocolo. Sabe qué teclas tocar para conseguir lo que quiere y, además, aporta un toque de seducción con la tremenda química que tiene con Blanchett. Un gran personaje, que le queda como anillo al dedo.

Su contraparte es la talentosa y multipremiada Cate Blanchett, quien interpreta a Kathryn St. Jean, una mujer inteligente y calculadora que no solo es la esposa del detective. Este matrimonio es un equipo y harán todo lo que esté a su alcance para mantenerse unidos. A diferencia de Fassbender, el personaje de Blanchett no teme ir más allá e incluso es capaz de hacer cualquier cosa por él. Sí, cualquier cosa. Intrépida y valiente, Blanchett vuelve a lucirse.

En el elenco de reparto, quien más destaca es Marisa Abela, que logra una tridimensionalidad interesante en su personaje, pasando del enojo a una emocionalidad visceral en cuestión de segundos. Por otro lado, Regé-Jean Page nos entrega un personaje cliché del cual no logra despegarse, y Pierce Brosnan interpreta un papel en la línea de lo que siempre ha hecho. Cumplen bien, pero sin sobresalir.

‘CÓDIGO NEGRO’ EN PALABRAS SIMPLES…

Código Negro es una entretenida y vertiginosa película de espionaje. Con un Soderbergh en estado de gracia y una pareja protagónica cuya química explota en pantalla, nos hace volver a creer en este género, que muchas veces termina en fracasos rotundos. No cae en pretensiones. Es más, se siente simple sin serlo. Interesante y recomendable.