Gracias a Cinecolor Chile y Cactus Medios, en Revista La Máquina fuimos invitados a la avant premiere de “Alien: Romulus”, una película de terror y ciencia ficción que inyecta nueva vida a la franquicia y rinde homenaje a las primeras entregas.

La trama se sitúa entre las películas de 1979 y 1986, y nos presenta a un grupo de jóvenes colonos espaciales que buscan llegar a una estación espacial abandonada para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, desconocen que en dicha estación habita el xenomorfo más temible, poniendo en peligro la vida de todos.

La película cumple con ser un tributo perfecto, aunque presenta algunos altibajos. No se confundan: es una de las mejores cintas del año, superando a sus predecesoras. Finalmente, el alien cobra sentido.

UNA CINEMATOGRAFÍA EN FORMATO HOMENAJE

La dirección de esta esperada película está a cargo del uruguayo Fede Álvarez, conocido por su extenso trabajo en el cine de terror con títulos como “Posesión Infernal”, “No Respires” y “La Masacre de Texas”. En esta ocasión, se dedica a revitalizar una franquicia que ya tiene estatus de clásico, algo que supo captar de inmediato y utilizar a su favor.

Su dirección es precisamente eso: un montaje muy fiel a las cintas originales, replicando incluso la misma estética; efectos especiales “modernos” que nos transportan a esa época; planos a personajes que evocan directamente los de las películas clásicas, y así sucesivamente. El director comprendió que esto debía ser casi una copia y pega perfecta, pero bien hecho, con una ejecución impecable, cautivante, y que, además, nos deja con ganas de más.

El guion también cumple su propósito. Es sencillo, pero no requiere más. No introducir giros innecesarios ni plantear situaciones sin sentido. Simplemente nos ofrece una atrapante historia del gato y el ratón, con buenas escenas de acción, aunque queda en deuda en un aspecto: el desarrollo de personajes no es el mejor. Algunos no muestran cambios o crecimiento, ni siquiera la notable protagonista. Fue tal la fidelidad al original que hasta intentaron replicar a los personajes sin mucho éxito.

Finalmente, el desenlace: un final confuso que, al menos, nos lleva en una dirección diferente. Aunque se entiende la intención de introducir algo nuevo y refrescante, el resultado es extraño. No se comprende del todo y nos recuerda a ese humanoide del filme “REC” u otras referencias. Sin embargo, aquí se nota el sello de Álvarez en el terror, ya que quizás solo a él se le habría ocurrido algo así.

ACTUACIONES CORRECTAS

Debemos hablar de la protagonista nata. Cailee Spaeny tiene una tremenda carrera en ascenso y ahora se sumerge al mundo de la ciencia ficción como la valiente Rain. La muchacha quiere una nueva vida junto a su “hermano” Andy y toma la temeraria decisión de irse a esa abandonada estación espacial.

La chica nos muestra su versatilidad con los ya siempre buenos momentos emocionales que le conocemos, pero ahora también se pone el traje de heroína que le pudo haber quedado un poco grande. Pero no confundamos. Hace un excelente trabajo en sus matices actorales, sólo que no transmite tanta fuerza como las heroínas anteriores. Tiempo al tiempo, que por aquí creemos que gracias a esta cinta, la podremos ver mucho más seguido peleando con los aliens.

Luego está Andy y el elenco ensamble. David Johnson hace un tremendo trabajo cómo una IA que está para proteger y servir a Rain, que luego tiene un brusco cambio de personalidad. Frío y analítico, Johnson no cayó en clichés y hasta se le apoya en sus radicales pero lógicas decisiones.

No obstante, el elenco ensamble sí cae en los clichés permitidos: la chica que queda sola en ese mundo; el típico ególatra y avasallador; también existe el personaje justo y protector, y así suma y sigue.

En este tipo de cintas esas licencias se deben dar y sobre todo con el típico grupo de jóvenes que sólo saben tomar decisiones erradas; muy bien todos.

“ALIEN: ROMULUS” EN PALABRAS SIMPLES…

“Alien: Romulus” nos trajo de vuelta la esencia de Alien, su terror, su misterio y mucho más. Ahora todo vuelve a cobrar sentido y es una gran cinta homenaje a esas películas que nos volaron la cabeza. Si bien se une a la fiebre del “cine nostálgico”, lo hace con grandilocuencia y nos entrega una de las mejores cintas de ciencia ficción del año.

El asqueroso ácido alien está de regreso.