Columna | Ignacia Baeza, la reina sin corona de la TV chilena

Pareciera ser una obviedad decir que en Chile, si hay algo que sobra y por lo que podemos inflar el pecho, es por la calidad y cantidad de actores, actrices y creadores en general que generación tras generación colman diferentes espacios. Así como los hay muy galardonados y reconocidos, también existen aquellos que han pasado, injustamente, desapercibidos ante el reconocimiento. Uno de esos casos es el de la actriz Ignacia Baeza.

La actriz que hizo su debut en la poco recordada pero casi de culto teleserie “Don Amor”, durante los últimos años ha experimentado una potente presencia en televisión y teatro que poco a poco ha hecho que su luz actoral aflore, aparezca e irradie lo que ella verdaderamente es. Perteneciente una generación de recambio, una especie de eslabón perdido de la dramática nacional.

Desde “Pacto de Sangre” (Canal 13), su imagen y su trabajo ha estado en constante análisis, en constante desarrollo y en una incesante evolución que, me parece, la ha dejado al descubierto de manera positiva, pues se ha evidenciado su talento, carisma, variabilidad y capacidad de adaptación como actriz.

Su periplo actoral ha estado marcado por ser, sin querer, una especie de personaje secundario, donde ha sido de alguna forma opacada coralmente por las mismas necesidades de las distintas producciones dramáticas. Recién para “Pacto de Sangre” asume un protagonismo sólido, que aunque merecido, también mostraba la injusticia de la falta de protagónicos, de instancias donde puede mostrar su talento actoral, su versatilidad, haciéndola merecedora de un premio Caleuche como Mejor Actriz.

Ignacia Baeza ha mostrado durante toda su carrera que su potencial está en constante ebullición; siempre está, siempre aprontándose a estallar y ya viene siendo hora que se le considere como una actriz mucho más talentosa, capaz y que merece, de una vez por todas, tener la corona que le corresponde, el lugar adecuado en la consideración de propios y extraños.