La serie creada por Nick Kroll y Andrew Goldberg para la plataforma de Netflix, Big Mouth, ha tenido un desarrollo maravilloso a lo largo de sus dos temporadas, además de su reciente capítulo especial para San Valentín (con una notita sobre ello aquí), y de una tercera temporada en producción.
Cada temporada tiene un total de 10 episodios de alrededor 20 minutos cada uno, mientras que el capítulo especial tiene el doble de duración de un capítulo normal.
Esta producción de la plataforma de streaming es, sin duda, una de las mejores series animadas que se pueden encontrar online, debido a su característico humor negro para adultos, asimismo al abarcar de una forma muy completa y útil lo que es la sexualidad, las enfermedades y cambios que pueden venir con esta y cómo sobrevivir mientras se pasa por la pubertad. Un manual para todo púber.
http://www.youtube.com/watch?v=oTC7wQMHHEA
Big Mouth logra hablar sobre el crecimiento y el descubrimiento de la sexualidad sin que llegue a ser una serie pornográfica. Claro, hay desnudos, sexo, drogas, masturbación, aborto, descubrimiento de los genitales e incluso un episodio completo para hablar sobre la adicción al cine para adultos, pero todo es abarcado de una forma tan normal e informada, que ninguno de estos componentes de la serie logra alarmar o incomodar a sus espectadores (Excepto la escena de Garrison Keillor… véanla y comprenderán).
La parte del humor, que ya mencionamos, es lo que le da agilidad y hace que el show brille con sus diálogos llenos de comentarios inteligentes, buen tiempo y grandes actores de voz que, en su gran mayoría, son comediantes.
Nombres como Jordan Peele, John Mulaney, Maya Rudolph, Jessi Klein, Jason Mantzoukas y Nick Kroll, son los que aparecen en cada episodio para dar vida a una gran cantidad de personajes, siendo el mismo Nick quien se lleva la medalla por interpretar a más de 6 voces distintas, teniendo escenas en las que solo es él dialogando con sí mismo y, de hecho, haciendo un dueto entre dos personajes.
En cuanto a la trama, es algo que dicho en voz alta suena sencillo, pero en la realidad y la práctica es algo más complejo de lo que cualquiera pudiese pensar. La serie está basada en la gran amistad y juventud de los dos productores principales, Nick y Andrew, y en cómo sobrevivieron a la pubertad, a los cambios, a las hormonas y a las relaciones amorosas que enfrentaron en su momento.
Al ser el crecimiento de los dos jóvenes el norte de esta historia, la misma es contada de una forma lineal y con una continuidad excepcional, teniendo, a su vez, muchas sub-tramas que logran ser contadas de una correcta manera, sin perder el sentido del episodio o de la serie, lo que es muy difícil de conseguir en cualquier producción, ya sea cinematográfica o televisiva.
En cuanto al dibujo y la animación, todos los personajes siguen un diseño similar en cuanto a ojos y tamaño de cabezas, siendo la excepción Nick, que tiene una boca enorme -es un chiste constante en la serie- y Andrew, que su cuerpo tiene una forma muy similar a una pera y su cabeza es más pequeña que la del resto de integrantes de la serie. Tal vez es un autorretrato de los mismo creadores…¿se habrán visto así?
La columna vertebral de la serie, es el concepto de un Monstruo Hormonal: Criaturas que traen las emociones, ideas y cambios que se presentan en nuestro cuerpo durante la pubertad. Al ser la representación de todos los impulsos sexuales, mayoritariamente, son estos los encargados de dar más humor y sinsentidos a la trama, haciendo que, cada vez que ellos aparecen en escena, uno tenga asegurada una risa apenas se escuche su diálogo que, seguramente, tendrá algo asqueroso o depravado en su contenido.
La serie, en general, es una genialidad. Con 20 minutos de capítulo logra mantener la atención del espectador, divertirlo e incluso dar un poco de conocimiento sobre las dudas que uno nunca resolvió durante su crecimiento.
Es una producción que sí o sí debe estar en sus favoritos para ver cada vez que estén aburridos o con un poco de tiempo libre; puede ser una gran serie para ver junto a los hijos pre-adolescentes para ir aprendiendo con ellos mientras se pasa un buen rato en familia, aunque sería pertinente ver previamente las temporadas y así saber qué escenas mostrar y cuáles no, ya que hay algunas que pueden llegar a dañar a una persona sensible. De todas formas, la serie es un disfrute de inicio a fin y altamente recomendable.
La pubertad es un asco, la sexualidad un desastre y las relaciones humanas, generalmente, muy complicadas, pero, quizás, gracias a esta serie podremos mirar a todos esos aspectos de la vida, tomarlo con más humor y decirnos a nosotros mismos: Duerme en eso, puerco.