“Pepe el Romano”, la obra chilena que retrata al personaje más controversial de ‘La casa de Bernarda Alba’: “No cambia que aún hay desigualdad con las mujeres”

Obra chilena revisita La Casa de Bernarda Alba desde la mirada de Pepe ‘El Romano’, explorando su fragilidad y la vigencia de García Lorca. En La Máquina te contamos más.

Este 27 de noviembre se estrena en el Teatro Nescafé de las Artes un nuevo proyecto perteneciente a su residencia artística, que revisita La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca y que profundiza libremente en uno de los personajes más misteriosos e importantes de este clásico teatral, el cual será interpretado por Max Salgado.

Con el objetivo de culminar con la línea programática del centro artístico —que este año ha buscado darle voz y representación a personajes del teatro universal con características similares—, esta nueva apuesta expone la perspectiva de aquel rol seductor y galante, protagonista de la tormenta emocional que estalla dentro de un clan de mujeres oprimidas.

Para ahondar en el desafío detrás de esta obra, conversamos en La Máquina con el director de Pepe el Romano, Felipe Molina, y los actores que dan vida a esta interesante pieza teatral, que brinda una continuación y un homenaje al legado del artista granadino.

Pepe el Romano – TEATRO NESCAFÉ DE LAS ARTES

Tras escapar de la casa de Bernarda Alba luego de ser baleado por la viuda, Pepe “el Romano” (Max Salgado) llega hasta una taberna donde conoce a Diana (Javiera Hernández), una misteriosa mujer de origen gitano. Herido y agotado, el protagonista reflexiona y profundiza en los motivos que lo llevaron a traicionar a su prometida con su hermana menor. En la figura de la tabernera encontrará a la única mujer que no caerá rendida ante sus encantos, y que además lo confrontará para que cuestione todas sus acciones y su futuro.

Felipe Molina cumplió tres años como director artístico residente del Teatro Nescafé de las Artes y está a cargo tanto de la dirección de las producciones propias de la sala como de su lineamiento anual argumentativo. Luego de rescatar clásicos de la literatura chilena para llevarlos a escena, como El socio y Gracia y el forastero, Pepe el Romano concluye el recorrido de la residencia artística durante este 2025, enfocado en poner bajo los reflectores a personajes icónicos que han sido mencionados, pero nunca representados en escena. “Me atrevería a decir que, junto a Godot de Esperando a Godot, Pepe ‘el Romano’ es uno de los personajes más influyentes del teatro a nivel mundial. Él gesta todo el conflicto dentro de La casa de Bernarda Alba, pero siempre desde afuera”, comenta el director.

Javiera Hernández y Max Salgado se muestran entusiasmados por formar parte del elenco de esta apuesta teatral, especialmente al tratarse de una creación original de la residencia artística de Nescafé de las Artes. “Yo siento que este método o estrategia para crear una ficción es súper fértil. Porque te permite buscar materiales en varias obras de García Lorca, no solo en La casa de Bernarda Alba”, menciona Salgado. “Cuando uno se mete en un universo como el de Federico García Lorca, hay mucho material disponible para la creación. Y el texto está tan bien soportado en la dramaturgia de Eliana Hernández, que parece que el espíritu de García Lorca estuviera presente”, agrega.

Javiera complementa: “Es una invitación bonita para ponerse en un lugar contemporáneo respecto a la visión de La casa de Bernarda Alba, donde lamentablemente hay muchas cosas que todavía no cambian en cuanto a la desigualdad social para las mujeres. Se hizo un muy buen trabajo a modo de spin-off de esta obra tan importante de Federico García Lorca”.

Pepe El Romano

La principal fortaleza de Pepe el Romano reside en la minuciosa investigación del legado artístico del autor español, para elaborar la atmósfera de la obra y comprender su visión de mundo. Para ello se recurrió a poemas de García Lorca y a textos dramatúrgicos como Yerma y Doña Rosita, la soltera. Aunque existen otras propuestas teatrales en el mundo que también imaginan la fisonomía y carácter de Pepe “el Romano” y de las otras figuras de La casa de Bernarda Alba, la dupla compuesta por Molina y Hernández optó por indagar en la psiquis de este personaje invisible, para reflexionar sobre el daño que provocan las sociedades machistas y patriarcales, especialmente en sus propias víctimas y victimarios.

“En la obra veremos la fragilidad de este galán, este prototipo de macho, que es baleado por la mujer que más odia, tras desatar pasiones dentro de un verdadero círculo de hierro”, dice Molina. “Es interesante poner a ‘el Romano’ en esta disyuntiva: un hombre osado, que no le teme a nada y que cree dominar al sexo femenino, termina arrancando de una mujer porque, si no, muere”. El director añade: “El hecho de que Pepe tenga miedo —aunque sea desde su perspectiva machista— lo hace humano”.

Salgado y Hernández coinciden en que conocieron a Pepe “el Romano” en enseñanza media, y que con los años y esta nueva oportunidad, su percepción del personaje se ha transformado. “Cuando tenía 19 años veía a Pepe como un hombre muy mayor. Y ahora, a mis 45, lo veo como un hombre menor”, comenta la actriz. “Eso es lo rico de revisitar las obras. Lo que yo entendía por mi experiencia en 1999 hoy ha crecido, como mi capacidad para leer La casa de Bernarda Alba”. Salgado reconoce que aún le sorprende la actitud con la que Pepe enfrenta la vida, inmerso en una tragedia ocasionada por sus propios actos. “Pepe es súper irreverente, incorrecto y contradictorio. Pero lo bueno de poner en escena a personajes así es que en las buenas obras siempre existe un contrapunto”, señala, refiriéndose al rol de Diana, quien intenta —con frustración— aportarle lucidez. Felipe Molina destaca que Diana casi podría insertarse en el imaginario garcialorquiano, pero con una diferencia clave: “Ella es libre. Está sola, es una mujer que decide y que no está encerrada como las hijas de Bernarda Alba. Es capaz de iluminar a otros, abrir puertas y pensamientos”. El director agrega: “Diana es ancla: modifica el accionar de Pepe y le muestra su camino”. Javiera profundiza: “A diferencia de las mujeres oprimidas del universo lorquiano, Diana no vive desde la tragedia. Tiene más de una capa, y mi desafío es que sean coherentes entre sí”.

En cuanto a la preparación para sus papeles, ambos actores expresan especial atención a la comunicación no verbal. Max Salgado enfatiza la proxémica de Pepe “el Romano”, que refuerza la idea de sentirse por encima del mundo. “Pepe vive y muere en su ley. No conoce otra forma de ser. Es hijo de esa España, de esos valores y defectos. Para él no existe la culpa, solo la de los demás”. Por su parte, Javiera Hernández recurrió a Amparo Núñez, profesora y bailarina de flamenco, para construir la kinética y postura física de Diana. “Mi personaje no necesita bailar, pero pensé que era fundamental darle una corporalidad propia”, explica.

Uno de los mayores descubrimientos para Molina y la dramaturga fue la presencia constante de la muerte en el legado lorquiano. “Federico estaba muy consciente de su mortalidad y de su lugar en el mundo. Sabía que nunca sería lo que la sociedad esperaba”, comenta el director. “Cuando lees sus poemas, notas que él sabía desde hace mucho que se encontraría cara a cara con la muerte, y aun así decidió volver a Granada, pese a que le advirtieron que lo matarían”. Replicar esa visión fue fundamental para Pepe el Romano. Para nutrir este enfoque, también se recurrió al mito de Don Juan y a versiones como las de José Zorrilla, Tirso de Molina, Molière e incluso la ópera Don Giovanni de Mozart.

Pepe el Romano tendrá una única función este jueves 27 de noviembre de 2025, mientras que la residencia artística del Teatro Nescafé de las Artes espera llevar la obra a distintas regiones del país durante el próximo año, incluyendo colegios y otras salas capitalinas. Consultados sobre el tipo de recepción que esperan, Molina, Hernández y Salgado confían en que el público conectará con la propuesta. “Se van a encontrar con la continuación de esa obra. El público que conoce el texto de Federico García Lorca lo va a reconocer, y el que no, lo va a disfrutar igual”, afirma el director. Javiera añade que espera que “la gente que ama a García Lorca se contente de que, pese a las dificultades de hacer teatro, estemos poniendo su nombre en el afiche”. Salgado recomienda leer un poco sobre la obra original antes o después de la función: “El mundo de Federico tiene una sensibilidad exquisita y una crítica profunda que sigue vigente. Por eso es un clásico que no pasa de moda”.

Felipe Molina también destaca el factor nostálgico, especialmente por la teleserie Aquelarre (TVN, 1999), parcialmente inspirada en La casa de Bernarda Alba. “Pepe ‘el Romano’ no es lejano para el público chileno. Cuando anunciamos el estreno, recibimos muchos comentarios mencionando a Patricia Rivadeneira por su rol en la teleserie. Eso significa que la conexión que buscamos ya se está generando. Y si, además, logramos que esas audiencias se acerquen a la obra de Lorca, es una ganancia enorme”.