El viernes 26 de septiembre de 2025, el Teatro Teletón se convirtió en un santuario sonoro para los fanáticos del anime. The Geek Orchestra, una de las agrupaciones sinfónicas más sólidas y respetadas de la actualidad, presentó un espectáculo que rindió homenaje a una de las bandas sonoras más imponentes jamás escritas para la animación japonesa: la de Shingeki no Kyojin (Attack on Titan en Concierto).
Con entradas agotadas y un público que parecía parte de la Legión de Reconocimiento —muchos disfrazados de personajes y titanes, otros simplemente con los ojos brillantes de emoción—, la atmósfera era la de un ritual colectivo. Desde el inicio, quedó claro que la propuesta no solo apuntaba a la nostalgia, sino a revivir, en carne propia, el estremecimiento que genera este anime considerado por muchos el mejor de la historia.
En La Máquina vivimos este recital y así fue.

La música de Sawano: una epopeya hecha sonido
Hablar de la música de Shingeki no Kyojin es hablar del genio creativo de Hiroyuki Sawano, compositor japonés cuya obra ha marcado un antes y un después en el anime contemporáneo. Su estilo es una mezcla de grandilocuencia orquestal, explosiones de rock-metal, percusión militar, coros latinos y voces solistas de una intensidad dramática única. Sawano no compone simples acompañamientos: crea paisajes sonoros que funcionan como un personaje más de la historia.
Cada nota de la banda sonora está impregnada de un dramatismo que oscila entre la esperanza y la devastación. Los temas se convierten en una extensión de la narrativa: la violencia marcial de los titanes, la épica de las batallas, la melancolía de los personajes atrapados en su destino y los momentos de intimidad que anuncian lo inevitable. Esta música no solo acompaña, sino que amplifica el relato, dotando a la obra de una dimensión emocional insustituible.
Ese era el desafío que asumió The Geek Orchestra en Santiago: llevar a escena toda esa monumentalidad sonora y traducirla en un espectáculo que honrara la complejidad de la obra original.
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Un viaje sonoro dentro de las murallas
El concierto comenzó con un leve retraso de más de quince minutos, lo que solo acrecentó la expectación. Con las luces apagadas, las primeras escenas del anime aparecieron en pantalla, con Eren y Mikasa iniciando el ciclo que vería su gran final en cuatro temporadas después, y las primeras notas nos transportaron directamente al inicio de la saga. El rugido de la orquesta y la potencia del coro marcaron el camino de un recorrido que pasaría, de manera impecable, por toda la banda sonora de la serie.
La agrupación demostró un nivel de precisión extraordinario. Las cuerdas aportaban la tensión narrativa, los bronces explotaban con la fuerza de un ejército en marcha, y la percusión marcaba el pulso de la desesperación. A ello se sumó un coro imponente, que no solo acompañó, sino que elevó cada pasaje a una experiencia casi litúrgica. Las vocalistas brillaron con un magnetismo especial, entregando dramatismo y fuerza a las piezas más emblemáticas. Como si de las clemencias de los eldianos se tratara.
Aunque hubo un par de desajustes técnicos —momentos en que las voces solistas quedaron algo opacadas y un par de acoples de sonido—, la solidez de la propuesta fue tan abrumadora que estos detalles quedaron rápidamente olvidados.

Momentos que estremecieron con Attack on Titan
La puesta en escena estuvo cuidadosamente diseñada para evocar la narrativa del anime. Escenas icónicas proyectadas en pantalla daban contexto a cada interpretación, sumando un virtuosismo audiovisual que convertía el recital en una experiencia inmersiva. Incluso hubo espacio para el humor y la sorpresa: en un instante, apareció entre el público un asistente disfrazado del Titán Acorazado, generando aplausos y gritos de emoción. Al igual que integrantes de la Legión de Reconocimiento.
Entre los momentos más destacados, brilló con luz propia la interpretación de la melodía que, en la serie, anuncia la tragedia de Hange: Bauklotze. Un tema íntimo y sombrío, ejecutado con una delicadeza estremecedora que mantuvo a la audiencia en un silencio reverencial, como si supieran que lo peor estaba por suceder. Fue uno de esos instantes donde la música se vuelve pura catarsis.
La cima del espectáculo llegó, como era de esperar, con “Shinzō wo Sasageyo!”, el opening más glorioso de la segunda temporada. La potencia del coro y la orquesta se fusionaron con la voz colectiva de los fanáticos, que gritaron la letra con la misma entrega de quienes ofrecen su corazón en la lucha contra los titanes. Fue un momento apoteósico, de comunión absoluta entre músicos y público.
Pero el concierto fue mucho más que ese clímax. A medida que avanzaba, la intensidad crecía como una avalancha, reflejando la propia progresión de la historia del anime: de los albores de la esperanza al peso devastador de las últimas revelaciones. El final, con las notas que cierran la serie con la estremecedora “To You in 2000 or 20000 Years From Now” y el encore The Rumbling (de la banda SiM), fue de una perfección emotiva que arrancó lágrimas y dejó la sensación de haber revivido toda la epopeya en dos horas.

Un homenaje a la altura de un clásico
Con este concierto, The Geek Orchestra asumió uno de los mayores retos posibles: trasladar al escenario las grandilocuentes melodías de Hiroyuki Sawano, esas que se mueven entre la épica militar, el rock visceral y la emotividad íntima. Y lo hicieron con una convicción y una técnica impecables.
El resultado no fue solo un recital: fue una celebración de la música como elemento central de un relato que marcó a toda una generación. Un homenaje que, por momentos, nos hizo sentir que estábamos viendo Shingeki no Kyojin por primera vez, con el corazón desbordado y la piel erizada.
Al salir del Teatro Teletón, la sensación era clara: esa noche no habíamos asistido a un concierto de Attack on Titan, sino a un regreso a un universo que seguirá vivo mientras su música siga resonando.
Galería de fotos de Attack on Titan en Concierto por Catalina Navarro (@thewitchphotos):



















































