Los Fomes, banda oriunda de Quellón, fusiona rock latino, jazz y raíces chilotas. Descubre su EP Contra el Tiempo.
Por Florencia García y José Ignacio Avendaño.
Oriundos de Quellón, los cuatro integrantes de Los Fomes –Lorenzo, Roque, Chano y Sergio– llevan años construyendo una historia musical que parte de la infancia, se afianza en el liceo y se consolida hoy en Santiago. Su primer EP, Contra el Tiempo, y su reciente presentación en la Taberna Nos muestran la evolución de un proyecto que mezcla rock latino, influencias de jazz y raíces chilotas, sin perder la cercanía que los caracteriza. Entérate en La Máquina.
De la infancia a la primera banda
“Primero que todo, nos conocemos con Lorenzo en el jardín. A los cuatro años, formamos una amistad muy linda que se va extendiendo con el tiempo”, recuerda Roque. Esa amistad sería la semilla de lo que años después se convertiría en una banda. A medida que avanzaban en el colegio, se sumaron Chano y Sergio, y lo que empezó como encuentros espontáneos para tocar música terminó consolidándose en Los Fomes.
“Todo fue muy espontáneo y natural. No hubo un momento en que dijéramos ‘hagamos una banda’, simplemente se fue dando”, cuenta uno de los integrantes. La música siempre estuvo presente en sus hogares: los abuelos cantaban, tocaban instrumentos y mantenían vivo el folclor local. Esa influencia, sumada a la curiosidad juvenil, les permitió empezar tocando covers de sus canciones favoritas antes de aventurarse con composiciones propias.
En sus primeros ensayos, los roles aún se definían. “Yo tocaba batería, Roque guitarra, Sergio bajo y Chano después fue como de los últimos que se sumó”, recuerda Lorenzo. Incluso antes de consolidarse como cuarteto, hubo mini formaciones con otros amigos, pero siempre con la misma sensación de juego y exploración que caracteriza a los inicios de una banda adolescente.
El nombre: un juego que se volvió identidad
Elegir un nombre para la banda fue un proceso orgánico y divertido. “Al principio era una talla, como por reírnos nomás… después le fuimos dando vueltas y teníamos claro que la identidad del grupo tenía que ser chilena”, dice Roque. Finalmente, adoptaron Los Fomes, una palabra sin traducción directa que refleja la idea de presentarse con naturalidad, sin pretensiones.
“La primera vez que tocamos fue en Los Bomberos y estaba como ‘Los Fome’, con apóstrofe. Después, ya más adelante, eso se consolidó en Los Fomes”, recuerda Sergio, evidenciando cómo el nombre, al igual que la banda, fue tomando forma con el tiempo.

Los Fomes, de Chiloé a Santiago: crecer juntos y con la música
Tras instalarse en la capital por estudios y nuevas oportunidades, la dinámica de la banda cambió, pero no su esencia. “Llegamos a una ciudad donde no conocíamos a nadie más, y eso hizo que nos apoyáramos entre nosotros. También nos obligó a valorar más lo que teníamos en Chiloé, a escribir sobre eso”, comenta Chano.
La logística de los ensayos cambió radicalmente: lo que antes era fácil en el sur, ahora requiere coordinación y alquiler de espacios. “Antes podíamos juntarnos en la casa y ensayar, ahora tienes que aprovechar cada hora al máximo. Pero eso también nos ha hecho más conscientes y comprometidos”, explica Lorenzo.
Más allá de la geografía, lo que realmente influyó fue el crecimiento personal y las responsabilidades de la juventud: universidad, trabajo y nuevos desafíos. “Es desafiante en todos los sentidos. No solo en lo musical, sino también personal. Pero eso nos hace afianzar nuestra decisión y nuestra búsqueda de lograr todo”, reflexionan.
Influencias y construcción de un sonido propio
La música de Los Fomes combina varias influencias que cada integrante fue acumulando desde la infancia. Crecieron escuchando a Los Tres, Charly García, Spinetta y The Police, entre otros referentes, y esas raíces se mezclan con exploraciones personales en jazz, rock latino e indie. “Toda la música que fuimos conociendo en enseñanza media y universidad, esos intercambios de mucha música, fueron lo que nos fue nutriendo para llegar a un sonido sólido”, asegura Lorenzo.
El resultado es un proyecto que no se limita a un género único, sino que se abre a experimentar con diferentes estilos y fusiones. Ese carácter experimental quedó reflejado en su primer EP, Contra el Tiempo (2024), que incluye seis canciones que van desde composiciones antiguas hasta temas recientes como Volim Te y De tus Sueños. “Queríamos dejar registro de lo que habíamos trabajado todos estos años, mezclar lo viejo con lo nuevo y mostrar una propuesta de fusión con raíces folclóricas”, destacan.
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Una tocata que marca la ruta de Los Fomes
Su último lanzamiento fue una presentación en vivo en la Taberna Nos, donde dieron un giro creativo a los temas de Contra el Tiempo. En esa tocata, experimentaron con nuevos ritmos, melodías y versiones distintas de las canciones del EP, además de interpretar temas inéditos que por ahora solo se conocen en vivo. “Nos gusta probar cosas nuevas, jugar con las canciones y ver cómo reaccionan las personas”, cuentan.
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Mirando al futuro
Los planes inmediatos de Los Fomes se concentran en seguir tocando en vivo, participar en festivales y continuar componiendo canciones propias. “Lo importante es que nuestras canciones transmitan, que hagan sentir algo y unan a las personas”, aseguran, dejando claro que la meta no es solo crecer en popularidad, sino consolidar un camino musical que se sienta genuino.
De sus primeras tocatas en el liceo de Quellón hasta las sesiones en Santiago, la banda ha demostrado que la combinación de amistad, compromiso y exploración musical puede construir un proyecto sólido. Sin prisa, pero con constancia, Los Fomes avanzan en su viaje creativo, afianzando su sonido y mostrando que la música es también una forma de mantener unidos sus lazos de toda la vida.
Miral el videoclip de Quítate el disfraz de Los Fomes:












