Tuvieron que pasar 8 años para que la banda británica ícono de los 80’s y una de las más influyentes en el rock mundial, Whitesnake. lanzara nuevo material.
Recordemos que en 2015, su líder y vocalista David Coverdale, realizó un álbum de versiones actuales de su paso por Deep Purple entre 1973 y 1976, titulado “The Purple Album”, en el cual fue regrabando canciones emblemáticas como “Burn”, “Stormbringer”, “Mistreated” y “Soldier Of Fortune”, entre otros, lo que no podría contarse como una producción original, sino más como un tributo a la importante agrupación pionera por la que fue parte con la formación “Mark III – IV”.
La serpiente blanca de Coverdale regresó para mostrar su nuevo disco “Flesh & Blood”, compuesto por el sonido clásico que ha representado Whitesnake durante sus años de vida, como lo es el hard rock, incluyendo algunos pasajes de blues de su paso por Deep Purple y los orígenes de Whitesnake.
Y con esa frescura arranca el disco “Good To See You Again”, un tema bien atractivo para los fans de la banda, con un coro fácil de recordar y un ritmo muy glam metal, todo esto acompañado de la voz de Coverdale, que si bien no tiene el mismo registro que hace 30 años, el timbre es reconocible a la primera escucha.
“Gonna Be Alright” es el segundo tema en el que se puede notar la influencia que recibieron grupos como Dokken, Ratt y Skid Row de Whitesnake; las guitarras acústicas y los teclados que toman presencia a lo largo de la canción, hechos por Michele Luppi (vocalista que formó parte de Vision Divine, que ya es miembro estable de la Whitesnake desde 2015).
“Shut Up & Kiss Me” fue elegido como el primer single del álbum con videoclip incluido y es que tiene todo para ser un hit que fácilmente pudo estar en el álbum “1987” (que es el más reconocible de WS), con guitarras divertidas y un coro muy pegadizo, recordando todo el glam que aún queda en la banda.
El tema que sigue es el experimental “Hey You (You Make Me Rock)“, el sonido de este tema se aleja un poco del hard rock escuchado hasta ahora en el disco, pero contiene un coro de voces muy potente que podría funcionar bien en vivo, interactuando con el público.
Un tanto diferente a lo que ofrece esta nueva placa, a diferencia de “Always & Forever”, canción que puede encajar en el disco “Slip Of The Tongue” de 1989, por tener esa melodía un tanto popera, es un tema del mismo estilo de “Now You’re Gone”, al tener un coro e instrumentación bien “amigable” para todo fan de Coverdale.
Una fórmula que no pasa de moda es agregar power ballads en los álbumes, muchas bandas glam a fines de los 80’s ocuparon este recurso para entrar en las listas de popularidad y siguen agregando temas lentos románticos hasta hoy, como lo es “When I Think Of You (Color Me Blue)“, una balada que responde a lo que Whitesnake hace en temas lentos, pero que no engancha con todo el potencial que la banda puede dar, a pesar de ser un tema común en este tipo de producciones.
Aquello a comparación de toda la energía que brinda “Trouble Is Your Middle Name”, una canción que comienza con un riff y la voz de David que progresivamente va tomando forma y arrancan rápidamente con la banda completa, entretenida y fiestera, a lo que Coverdale nos tiene acostumbrados y aquí se nota que la voz en sus 67 años no ha pasado en vano, ya sin los aullidos que este tipo de temas tenía en sus años mozos aún da el aguante este legendario vocalista.
Una canción con la misma energía y con un sonido más elaborado es la que le da nombre al disco: “Flesh & Blood” tiene un riff inicial ganchero, que lo ocupan en el coro igualmente; buen tema, fresco, que recuerda un tanto su paso por Deep Purple, pero con una producción actual que le da un excelente aire a la banda, además de destacar la batalla de guitarras por Reb Beach y Joel Hoekstra antes del último coro.
“Well I Never” sigue con el hard rock en el elepé, siendo un tema más o menos genérico y un tanto predecible al momento de escucharlo, que pasa un tanto desapercibido a diferencia de los demás temas (me hace pensar que fue una canción que no quedo en su disco anterior “Forevermore” del 2011).
Sin embargo “Heart Of Stone” cambia las cosas, al ser la más blusera del disco y con una melodía más oscura y melancólica sin llegar a ser una balada, siendo el track con mayor duración de esta producción, se produce una atmósfera que va atrapando al oyente lentamente en la canción.
La acelerada “Get Up” marca el regreso del hard rock juguetón que hemos estado escuchando en el disco, con un Coverdale intentando llegar a tonos un poco más altos, se escucha cómodo y no forzado, es de esos temas que no aburren a pesar de su fórmula ya muy usada.
Una de las facetas quizás menos populares de David Coverdale es la de lo acústico; él y Jimmy Page (guitarrista de Led Zeppelin) a principios de los 90’s grabaron un álbum Unplugged, y el tema que sigue es totalmente así: “After All” comienza con una bella melodía, la canción es una agradable mezcla de la voz y guitarras acústicas para agregar un poco de diversidad al álbum y se agradece que se incursione en este tipo de producciones, demostrando que el talento de los músicos no solo existe con las guitarras conectadas.
El álbum cierra con la increíble “Sands Of Time” y, la verdad, es un gran tema para despedirse. Los teclados adquieren personalidad a lo largo del verso y le dan un toque más majestuoso sin llegar a ser aburrido, es el tema más progresivo del disco, que mantiene atento en todo momento, hasta da la sensación de ser una canción más arremetedora en comparación al tracklist, y siendo sincero funcionó de la mejor manera para despedir este regreso de Whitesnake.
Si bien el disco no toma muchos riesgos musicales, incursiona las raíces y las variantes de estilos aliados al rock que ha vivido David Coverdale en todas sus bandas. Se agradece bastante que bandas como esta, sigan en el camino y preocupándose por mantener a los fanáticos (porque ahora crear un disco no es sinónimo de dinero, precisamente) al tanto, a grandes rasgos es un disco entretenido y atractivo, dónde más de alguna canción puede gustar y funcionar en vivo junto a los incontables clásicos de la mano de David Coverdale, que ya es una leyenda viva en la historia de la música.
Recordar que además los tendremos nuevamente en Chile el 7 de octubre junto a otros tremendos del rock como lo son Scorpions en el Movistar Arena, tal como sucedió en la última visita el 2016 de ambas agrupaciones.