Hace un poco más de 20 años llegó una cinta de ciencia ficción que revolucionó el género por completo y, de paso, dio rienda suelta a un montón de teorías conspirativas: Hablamos de “Matrix”, cinta dirigida por las hermanas Wachowski, en donde la realidad se alteraba por completo y llegaban pastillas azules y rojas para salir o permanecer en la denominada Matrix. Ahí conocimos a nuestros héroes, Neo y Trinity, quienes al final de esta trilogía (que se fue desgastando con el tiempo) se sacrificaron por la humanidad. Por ende, todo estaba escrito. Pero Hollywood y la magia del cine siempre dicen otra cosa. Ahora llega la cuarta parte llamada “Matrix: Resurrections”, que no se atreve a ser ni secuela ni reboot ni remake, pero es lo suficientemente entretenida como para enganchar a las nuevas generaciones.
“Matrix: Resurrections” nos trae a Thomas Anderson diseñando los videojuegos de Matrix y yendo a terapia porque “no sabe distinguir entre la realidad y la ficción”. Pero luego, no puede negar lo que siente realmente y accede a volver a tomar de la pastilla roja y salir de la Matrix. Así la gran misión será rescatar a Trinity de la Matrix y con la ayuda de interesantes y nuevos personajes, pondrá todo su esfuerzo en volver a ser el Neo de antaño.
UNA CINTA QUE SE SOSTIENE POR SUS EFECTOS VISUALES
Debemos decir que lo mejor de “Matrix: Resurrections” son los efectos visuales. Es sorprendente todo lo que ha avanzado el cine respeto a este tema y, si comparamos la primera cinta de 1999, nos daremos cuenta de ello. Son tan buenos y realistas que incluso puede que alcance nominaciones a los premios de la Academia por Mejores Efectos Visuales. A ese nivel.
Luego viene la trama y la originalidad de este. Primero que todo, hay que preguntarse si existe una “argumentación o trama real”. Lamentablemente la respuesta es no. La película se basa en rescatar a Neo de la Matrix y luego rescatar a Trinity. En palabras simples, ese es el resumen perfecto de Matrix Resurrections. Por ende, el guion no es el esperado y está construido para ser una “película bisagra”. Este tipo de películas suelen estar hechas sólo para acercar a las nuevas generaciones, recordar el universo del filme y traernos nostalgia. Todo lo que “Matrix: Resurrections” es.
La dirección de Lana Wachowski es bastante correcta. No ofrece nada tan novedoso, pero se agradece el esfuerzo por mantener la esencia de su original trilogía. Lo malo de su dirección (y que quizás no tenga nada que ver con ella) son las coreografías del filme. Si bien este tipo de películas no están hechas para superar a sus predecesoras, las coreografías eran una de los elementos más logrados y ahora todo a quedado al debe. Asumimos el paso del tiempo en los protagonistas, pero “Matrix” merece mucho más de lo mostrado.
Aunque lo más grave de esta realización es lo siguiente: No tiene claro su rumbo. Hay demasiadas referencias de la trilogía anterior (flashbacks incluidos que sirven como ayuda memoria) y se esfuerza por ser una continuación. Pero también, ya dirigiéndose al final del filme, toma una nueva decisión y se convierte en una puerta para una nueva saga, llegando a ser una de las mejores películas bisagras hechas este año.
No confundir: No es una mala película, pero su indecisión pasa la cuenta.
UN ELENCO A TONO
En líneas generales, el elenco de “Matrix: Resurrections” está bastante bien. Primero comencemos con él. La estrella. El hombre más querido de Internet y que cuando él está feliz, pareciera que todo el mundo también lo está. Keanu Reeves, nuestro eterno Neo. Pero debemos ser sinceros. Keanu no es el mejor actor de la industria, pero si se ha esforzado por ser tomado en serio. Y debemos decir que ésta nueva entrega no es lo mejor que se le ha visto al actor. Sus crisis de ansiedad no son creíbles, sentimos cómo que no estamos viendo a Neo y debió haberse cambiado el look, ya que nos lleva a su otro querido personaje, John Wick (y que le resulta mucho mejor que haber vuelto a su Matrix). Luego está su pareja en la ficción, Carrie-Anne Moss, ella por su parte cumple su rol bastante bien, aunque debemos decir que su tiempo en pantalla es escaso y no pudo desarrollar su personaje de mejor manera.
Pero los que de verdad sostienen la película son ellos. Los recién llegados. La revelación es Jessica Henwick con su personaje de La Capitana y que puso todo el peso en esta cinta. Luego están los villanos, Jonathan Groof y Neil Patrick Harris, que entraron con todo al Universo Matrix, se acoplaron de manera perfecta y resultaron ser el refresh que ésta saga necesitaba. Y también la nueva y mejorada versión de Morfeo, que tiene el misterio de antaño pero también un sentido del humor que sólo se lo da la nueva generación.
¿ES UNA PELÍCULA NECESARIA?
Es difícil responder a esa pregunta con este tipo de cintas. Pero la nueva Matrix lo responde de una manera simple. Si las películas bisagras van a hacer como ésta, pues bienvenidas sean. Quizás no solucionan de forma correcta el porqué fue necesario revivir a nuestros héroes, ni define lo que la cinta quiere o sus coreografías no son las más brillantes pero en general su realización no molesta y se vuelve un aporte para la trilogía que dejó a todo el mundo alucinado.
Y claro, la nostalgia está a la orden del día en el filme. Guiños a las películas anteriores, las máquinas, las pastillas y todo te lleva de vuelta a los 2000. Pero ésta vez algo sucede. No se sustenta en la nostalgia o en el fan-service sino que la película tiene tan poco sustento narrativo que sólo necesito de la búsqueda de Trinity para crear dos horas de filme. IMPACTANTE.
EN PALABRAS SIMPLES…
“Matrix: Resurrections” es una buena película de acción. Quizás es necesario haber visto las anteriores porque hay muchos detalles que no son bien explicados y si eres neófito en este Universo te perderás un poco. Aporta a la trilogía y da pie para un nuevo comienzo. Si bien no tiene trama alguna, te rescata de la Matrix por dos horas y con eso ya es más que suficiente.