El contacto físico está prohibido y nunca habíamos llevado a cabo un distanciamiento tan prologando, de esta forma logrando un total aislamiento dentro de nuestros hogares, sin amigxs, novixs o familia, solo tu círculo directo. Todo esto y más ha provocado un virus que llegó a invadir nuestras vidas desde hace 5 meses, el coronavirus llegó de sopetón y, pese a que estamos viendo algo de luz, la distancia es algo que debemos saber manejar casi profesionalmente, sin embargo algo nos alivia la carga, una herramienta que nos une: las redes sociales.
Hace más de 20 años llegaron las redes sociales a nuestra vida, mas hace unos 15 años las estamos utilizando con todo lo que se puede, logrando que hoy sean parte de la rutina y que no sepamos cómo es que llegamos a estar sin ellas. Nos conectan, nos distraen, incluso nos ayudan en la vida laboral y estudiantil, son una herramienta que es utilizada por todo el mundo y es imposible no pensar en ellas.
En la actualidad y dentro de nuestras cuatro paredes, estas nos han servido para seguir en contacto con las personas y traer un poco de “normalidad” a la situación que se nos ha sido impuesta de forma imprevista. Zoom, Facetime, Instagram, Facebook, Whatsapp y más han sido de importancia casi vital para mantener la cordura durante el encierro, se transformaron más que una herramienta, en un salvavidas de normalidad precovid-19.
De hecho, Chile, según un estudio realizado entre el 1 y el 29 de marzo -en el comienzo de la pandemia-, es el país que más ha consumido redes sociales, con un 53% más de publicaciones en la web por sobre Brasil (36,6%) y Argentina (9%). En cuarto lugar queda Perú (2%) y en quinto México (0,4%). Esa realidad no dista mucho de la actualidad.
Citas médicas online, clases por zoom, fiestas por videollamada, incluso el sexting, ya son parte de la sociedad durante esta pandemia, todo esto es para reemplazar de alguna forma lo que creíamos cotidiano y normal.
Las emociones son parte importante durante este proceso, puesto que no solo debemos estar alejados física sino también mentalmente y todos sabemos que cada unx de nosotrxs somos diferentes y estamos captando las cosas desde las redes sociales de distinta manera, pero ¿cómo es que llegamos a esto? ¿Realmente pueden llenar el vacío mental y físico que nos provoca la cuarentena?
El psicólogo y académico de la Universidad Central, Daniel Sánchez, explica que cada vez es más necesaria la comunicación en redes, especialmente por la necesidad de equilibrar las emociones: “Cuando entendemos que el distanciamiento es físico y no social o mental, hay que empezar hacer las contenciones necesarias para que sigamos en contacto emocional. Lo que tenemos que tener claro es que nunca vamos a poder reemplazar el afecto y el contacto físico, pero en este período epidemiológico las redes son el espacio que nos permite decir lo que sentimos de tal manera que no nos mantengamos tan aislados, de esta forma se crea que la distancia sea un poco menos real y dolorosa. Redes sociales y llamados por teléfono nos hacen sentir más cercanos a los otros que viven lo mismo que nosotros“.
Somos seres que necesitamos el contacto físico de otras personas, es algo biológico e imposible de evitar, pero en este momento todo debe parar y dejarlo en segundo plano, la salud de todos está en juego y no hay riesgos por correr.
La familia siempre estará presente en la vida de las personas y algunas inclusive deben estar alejados años o meses de forma física, sin embargo esto no ha dejado que el afecto desaparezca, la familia es para siempre y se debe contar con ellos pase lo que pase. Por otro lado las amistades van y vienen, con llamadas se pueden mantener, dado que cada uno vive su vida y solo es necesario estar presente, no necesariamente físicamente. Un ejemplo claro son las amistades virtuales.
Sin embargo con las relaciones amorosas es una situación distinta, puesto que es necesario mantener un contacto físico la mayor parte de las veces, mas las relaciones que se considerarían fuertes podrán sobrevivir a la cuarentena pese a la distancia. Con amor solo se necesita comunicación, paciencia, confianza y lealtad. Pero ¿será suficiente? ¿Es posible que el afecto sea completado por medio de llamadas o mensajes? ¿Cuál sería la clave para mantener el amor y conexión pese a las dificultades?
La psicóloga Ximena Rivera intenta brindar una respuesta: “Las relaciones de cualquier tipo la distancia las desgasta si no se establecen cambios que den nuevas expectativas a futuro. Deben aprender a incorporar detalles y actividades para realizar con el otro, pero que tampoco esta se convierta en una rutina dentro del contexto de pandemia. Además de tener tiempo para nosotros, esto nos permitirá conocer mejor a la persona que queremos a nuestro lado en el futuro. Esta enfermedad nos está brindando la posibilidad de analizar con detalle estos aspectos de nuestra vida, tanto amorosa como personal“.
No todo lo que se ve tras un mensaje o foto es real, se debe conocer el trasfondo, aun así gracias a la cuarentena nos hemos debido adecuar a la situación y esperar que llegue la realidad, una que traerá consigo la verdad de cada persona, sin máscaras o filtros.
La conexión ya existía hace siglos, mediante cartas o físicamente, pero durante estos meses todo se ha intensificado, llegando al límite de que al estar en aislamiento la conectividad por vía internet se ha vuelto vital. Sin embargo, debemos reflexionar y proyectarnos en un futuro sin el virus, mirar hacia atrás y preguntarnos: ¿Qué pasará conmigo al volver a cómo era mi vida antes de la pandemia? ¿Las redes sociales se han vuelto un vicio imposible de dejar tras estos mese de encierro?
La psicóloga Vinka Jackson, compartió su reflexión sobre el futuro y la conectividad que estará presente: “Todos hemos abrazado el uso del internet, sobre todo niños pequeños y adolescentes que han trasladado sus aulas a un computador. Esta no será la última pandemia y lo más probable es que todo se mezcle, ya sea presencial y online. Al momento volver a tener contacto físico debe existir un descanso de las redes sociales, puesto que las nuevas generaciones tienen mucha dependencia hacia ellas y la intimidad se va reduciendo. Sin embargo es un nuevo elemento en nuestra vida que debe transformarse en un derecho para todos, recalcando el sector educacional que lo va necesitar para la “nueva normalidad”“.
En este minuto millones de personas están conectadas a las redes sociales subiendo stories, post o estados de su vida diaria o simplemente compartiendo con los demás. Una de las cosas negativas que posee esta herramienta es la forma incierta en que se reciben las reacciones, al no estar físicamente con la persona uno puede interpretar de la manera que guste sobre cómo se está llevando a cabo la conversación, se crea una anormalidad que a veces perjudica la relación, ya sea amorosa, fraternal o de amistad.
Existen pequeñas cosas que nos facilitan la falta de emociones y dado que las acciones dicen más que las palabras, los emojis pueden transmitir lo que sentimos, no totalmente, pero lo hacen. Sin embargo, ¿qué sucede cuando estos están ausentes? Normalmente se piensa que la persona que no los usa está enojada o cortante, no se puede saber con certeza qué está sucediendo y creamos situaciones que no son reales, en el típico chileno podemos decir que: “Te estás pasando rollos”.
Un mensaje puede ser enviado con un propósito específico en un tipo de contexto clave, pero este puede ser recepcionado de la forma incorrecta y es ahí el momento que se crean las discusiones con un desgate emocional para lograr entender a la otra persona. Por lo que, ¿qué es lo que depende para que no se vaya la conexión y no malinterpretar la conversación? En este caso ¿los emojis son de real importancia en un chat?
“Más que en la perspectiva, lo que importa es la claridad del mensaje y muchas veces hay personas que expresan que quieren decir las cosas como las quieren, pero quien dice lo que siente debe ponerse en la posición de que si la otra persona quiere escucharlo, eso es super importante. Cuando sitúo la importancia del mensaje y la del receptor en el mismo nivel, hago los ajustes necesarios para que las personas logren entenderlo, pero valorando a las personas, es por ello que los emojis son lenguajes universales con significados diferentes, definitivamente un implemento que no permite otras interpretaciones es el mensaje de voz“, explica el psicólogo Daniel Sánchez.
Por lo que podemos decir es que las redes sociales han llegado a nuestras vidas de a poco hasta asentarse de forma casi permanente durante los últimos 5 meses, y es que es difícil no hacerlo cuando son nuestra conexión con las personas, logrando que la cercanía que antes teníamos físicamente no desaparezcan de la nada, tal como los planes que teníamos para este año.
El internet nos une, nos hace sentir más cerca con cada llamada o mensaje, trata de que sigamos una relación que por condiciones mundiales nos es imposible vivir de forma física, este será utilizado de manera más profunda con el paso de los años y solo nos queda acostumbrarnos al proceso. Sin embargo, sabemos que no todo es tan bello como parece y podemos captar algunas cosas que son negativas, como la incomprensión y falta de emociones.
Dentro de lo bueno, existe lo malo, por lo que debemos saber: ¿qué positivo nos entregan las redes sociales? ¿Cuál es la parte negativa que debemos tener en cuenta para un correcto uso de esta herramienta?
Ximena recalca las buenas, tales como: “Las personas con rasgos más introvertidas suelen utilizar las redes como una plataforma de apoyo para establecer relaciones que en contexto de cara a cara serían más complicados de llevar a cabo. Sin embargo el ser humano es un ser social, necesita del otro para poder sobrevivir y construir sociedad, nada cambiará lo que es compartir y salir del hogar. No niego que las cosas después del coronavirus no volverán a ser iguales y que habrá que adaptarse a las nuevas necesidades, pero nada va a sustituir el apego y a necesidad el contacto físico y real que solo se puede dar fueras de las redes sociales.”
Por otro lado, Vinka nos dice: “Pese a la distancia, las redes sociales son una gran herramienta en nuestra vida para seguir aprendiendo juntos. Sin embargo el uso no es solo para aprender o cuidarse, sino que también hay un espacio el cual se estrechan las realidades sin una verificación, en donde se agrega la violencia sin pensar en cuidar del otro con la información que se filtra como las que son duras y frías, unas que causan dolor y angustia a pesar que igual que son un aporte para el auto cuidado.” Ese es un lado que cada persona debe considerar y tener presente con lo que ve en las pantallas.
Mas debemos tener claro otro punto importante de ella “Las funas que han nacido desde niños y adolescentes en sus propias redes provocan un enorme daño a quienes la reciben, debe existir una responsabilidad en separar el mundo adulto con la adolescente”.
Seguiremos recorrendo un mundo que debe actualizarse, uno que debe mirar más allá de las acciones egoístas que algunos puedan tener y así lograr un planeta que niños, adultos y todos tengan una preparación para sobrellevar un lugar habitable en donde el internet será parte de nuestra rutina en el hogar, trabajo y educación.
Esto aún no termina, es solo el inicio de una era en la cual será impredecible y difícil de manejar para algunos, pero que pese a que las redes sociales son nuestra arma contra la pandemia aún nos queda un camino incierto para recorrer juntos y cuidándonos uno a uno pesar de las decisiones que puedan tomar las autoridades.
La vida cambió de un día para otro, nadie estaba preparado para lo que se venía, pero de lo que sí podemos estar seguros es que esto está recién comenzando y daremos la pelea, no solo del virus, sino de las redes sociales que cada día nos quieren quitar parte de la humanidad que proyectamos y sentimientos que solo nosotros podemos experimentar. La vida es una y nadie, ni nuestros celulares o pantallas, podrán quitar nuestra conexión, a pesar de que sea a un click de distancia.