Ante el estreno de “La Jauría”, la nueva serie de Amazon Prime Video, dirigida por Lucía Puenzo (XXY, Wakolda) y producida por Fábula (No, Una mujer fantástica), que usa como primera fuente de inspiración el famoso caso de la manada en España, no puedo evitar pensar en la mediatización de casos emblemáticos y en cómo estos finalmente se transforman en su propia ficción.
Es muy diferente hacer un seguimiento del caso real, en donde la realidad parece presentar de por sí un nivel dramático elevado, a lo que sucede cuando efectivamente se toma la decisión de ficcionalizar un caso veraz y llevarlo a la pantalla de la mano de actores y actrices. Son dos procesos radicalmente opuestos, pero igual de interesantes.
En relación a esto, existen diferentes maneras de elaborar una ficción a partir de un hecho real, sobre todo en torno a las series. Y eso hace que estas producciones sean radicalmente diferentes entre sí, al punto de que dejan de ser comparables.
Por ello, además, este artículo debe servir de aperitivo para ver el nuevo programa de Amazon, como una lectura antecesora del resultado final.
Series documentales cercanos a La Jauría
La primera producción que se me vino a la mente al ver el trailer de “La Jauría”, fue el de la serie documental de Netflix “El caso Alcàsser”, también en España. Si bien la serie es documental, el nivel dramático que alcanza se parece bastante al de cualquier ficción. Esta producción sigue la historia de la desaparición y muerte de Miriam, Toñi y Desireé, tres jóvenes españolas que desaparecieron haciendo autoestop (hacer dedo, como se dice en Chile) y que fueron encontradas enterradas en un descampado 75 días después.
Lo curioso es que más que el crimen en sí (como si no fuera suficiente), lo que escandalizó a las masas fue la cobertura de prensa que se hizo del caso, utilizando la vida de estas niñas como si fuera un entretenimiento matinal. Lo acontecido en este caso es exactamente lo mismo que sucedió con el caso de La Manada (el hecho real) y muchos otros como el de Nabila Rifo en nuestro país. Son aquellos sucesos que llaman la atención de la gente, de los cuales se realiza una cobertura que aprovecha los detalles escandalosos del caso para seguir llamando la mirada del espectador.
Por lógica interna, habría pensado que una serie sobre La Manada catalogaría en este tipo de adaptación. Pero en estos documentales no existe el espacio para la ficción más allá del punto de vista del director. Son series que utilizan el material real, las grabaciones y, a partir de eso, van articulando un discurso y una reflexión.
Son casos reales con un nivel dramático bastante cercano al de la ficción elaborada que puede hacer el mundo audiovisual. Es por eso que el formato documental responde muy bien, porque finalmente el material sin mediación alguna es suficiente.
Series con ficcionalización directa
Otras producciones, a diferencia de “La Jauría”, han optado por una aproximación diferente, que es la de ficcionalizar el hecho real, pero mantenerse lo más cercano posible a los hechos reales.
Se me ocurren “When they see us”, “American Crime Story: The People v. O.J Simpson”, o “Unbelievable” como alguno de los ejemplos más certeros en este tipo de adaptaciones. Ambas series se centran en identificar las temáticas relevantes del caso original y desarrollan eso en su representación.
En el caso de “When they see us”, ahondan en el racismo y en las consecuencias de la mala implementación de un sistema de justicia defectuoso en la vida de sus protagonistas, mientras que “American crime story” reflexiona en torno a uno de los crímenes más famosos de la historia (el asesinato de Nicole Brown y Ronald Goldman) y de cómo ante un juicio insólito se llega a la absolución de O.J Simpson por parte del jurado.
En ambos hechos el detalle del suceso real se sabía a la perfección de antemano, pero lo interesante es cómo se elabora un discurso en torno al resto de contingencias alrededor de la historia. Por ejemplo, en el caso de O.J Simpson, todos sabíamos que era absuelto, aun cuando las razones detrás de esa decisión y todo el juicio popular a la abogada Marcia Clark son aspectos de la historia que toman protagonismo con la serie y con una nueva mirada de un público contemporáneo.
En estas producciones la representación existe, pero el objetivo de la serie es ir más allá del caso real y abrir interrogantes en torno a temáticas que circulan alrededor de los hechos y que hoy podemos observar desde una distancia más profundamente.
Hechos reales como inspiración, cerca de La Jauría
Finalmente, podemos hallar un último tipo de producción: aquellas en que el hecho real es simplemente una inspiración para articular otras historias y personajes.
“La Cacería”, serie dirigida por Juan Ignacio Sabatini, inspirada en el psicópata de Alto Hospicio, en Iquique, es un ejemplo de este tipo y creo que “La Jauría” también entra en esta catagoría.
Así como la historia de Alto Hospicio se utiliza para crear un thriller muchísimo más complejo que los hechos del caso real, La Manada es también un primer atisbo de un discurso mucho mas elaborado propuesto por su autora.
Por lo que pude observar en el trailer, el caso de este grupo de violadores es adaptado a otro lugar y otras circunstancias. Lucía Puenzo toma el caso original y extrae de él los aspectos más relevantes: la dinámica grupal de unos hombres que buscan hacer daño y utilizar a mujeres y la organización femenina que se articuló cuando el caso estalló.
En este caso, hay que dejar de concebir “La Jauría” como la serie propiamente tal de La Manada; muestra ser que es algo mucho más allá de eso. El hecho original es una excusa, una fuente de inspiración para elaborar una ficción diferente.
Conclusiones…
Lo que nos puede presentar este “mini catálogo”, es que no se encuentra una sola manera de hacer una adaptación o de representar un hecho real en una producción audiovisual. Lo importante es que siempre los hechos reales sirven para reflexionar acerca de las circunstancias en las cuales vivimos.
Muchas veces más que el hecho en sí, lo que se convierte en escandaloso es lo que hay alrededor, el horror de lo real. Y es eso mismo lo que intenta recuperar y capturar cualquier representación.
Una cosa es La Manada y toda su repercusión mediática en el mundo…
Y otra, muy distinta, es “La Jauría”.