El artista chileno, Mauricio Redolés, también se refirió en duros términos a la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado y a sus proyectos.
Con 38 años de trayectoria, el poeta y músico chileno Mauricio Redolés es una de las voces autorizada a la hora de referirse a la cultura, y ya con 70 años de vida, el oriundo del barrio Yungay lanzó su más reciente obra, titulada “Otra cosa: siento tres canciones de Mauricio Redolés”, libro y cancionero que repasa la carrera del artista.
En conversación con Revista La Máquina, Mauricio Redolés aborda su presente y futuro, no dejando de lado temas como la gestión del ex ministro de las Culturas, Jaime de Aguirre, la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, el valor de su obra y sus proyectos a futuro, tanto musicales como literarios.
¿Cómo va la vida post pandemia, Mauricio?
La pandemia ha sido una pesadilla en muchos aspectos y la post pandemia ha sido un sueño, tanto del punto de vista de lo que yo soñaba, de volver a tocar con gente, como un sueño realizado no solamente acá en Chile. Estuve en Medellín, en Caracas, esperamos ir a Buenos Aires el próximo mes y en noviembre ir a España. Estoy contento de vivir este sueño de volver a tocar.
Mauricio Redolés, además, enfatizó en uno de sus últimos conciertos, que tuvo lugar el pasado domingo 13 de agosto en la Aula Magna del Liceo Manuel de Salas a las 19:00 horas. La instancia resulta ser especial para el músico chileno, ya que también fue el lanzamiento oficial de su más reciente obra: “Otra Cosa: siento tres canciones de Mauricio Redolés”, un libro y cancionero de 430 páginas que presenta las canciones grabadas por el poeta hasta la fecha en letras y acordes, ordenadas según el disco en que fueron incluidas.
Sobre este mismo libro, ¿qué tan importante es compartirle música a las nuevas generaciones y a esa persona que desconoce su música?
Son canales, puentes de contacto con las nuevas generaciones. A propósito, a mí me marcó mucho haber estado en el auditorio del Centro de Estudios Públicos (CEP), una institución liberal de derecha, en donde el director pidió la palabra y dijo que por haber sido un tipo de derecha se había perdido a un artista (Redolés) y que ahora estaba contento de haberlo conocido.
“Yo soy un hombre de izquierda, nunca lo he ocultado. Fui preso político, militante del Partido Comunista durante 20 años, y en muchos aspectos aún me siento un comunista en un Chile con una atmósfera muy antimarxista y fascistoide”, menciona Mauricio Redolés.
La crítica visión de Mauricio Redolés sobre el exministro Jaime de Aguirre
¿Cuál es su opinión sobre la gestión del recientemente ministro saliente Jaime de Aguirre en el Ministerio de las Culturas?
Pésima. Mi hijo, Sebastián Redolés, que era presidente de la Asociación Cultural Parque ex Cárcel de Valparaíso, denunció la pérdida de alrededor 200 millones de pesos en la administración anterior de Nélida Pozo. Sebastián le hizo una carta a Jaime de Aguirre y él lo despidió, acusándolo de mala administración. ¿Quién es ese ‘gallo’ Jaime de Aguirre? Es un corrupto más. Si despide a alguien que está denunciando la corrupción, él se pone de lado de los corruptos. Estoy muy desilusionado con que hayan sacado a Julieta Brodsky, la anterior ministra de las Culturas, que era una mujer inteligente, con una visión cultural. La visión de Jaime de Aguirre es una visión de mercado, de la industria cultural. A eso llegó, a hacer negocios. Terrible, pésimo.
50 años del Golpe de Estado
¿Siente que en la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado habrán más palabras que hechos concretos?
Probablemente va a haber más palabras que hechos concretos. ¿Por qué? Porque tenemos un Ejército de Chile que no ha dado la cara ante el pueblo, ante la ciudadanía, ante las familias. Ellos nunca han entregado la información de dónde están los asesinados, los desaparecidos. Esto porque están regidos por un pacto de silencio para proteger a los asesinos, todo esto ayudado por los sectores fascistas de la derecha.
Tratan de generar un ambiente de que también la Unidad Popular (UP) y Salvador Allende iban a matar a medio mundo. Eso es absolutamente falso. Hay que ver, estadísticamente, cuántos muertos hubo durante los tres años del gobierno de Allende. Los muertos fueron Arturo Araya Peters, asesinado por un comando de la Armada de Chile; al general René Schneider, asesinado por las financistas de los republicanos de hoy día. Ellos eran los asesinos, no la Unidad Popular, que era un movimiento social, político y cultural que quería cambiar las estructuras de la sociedad, así como la independencia económica con respecto al imperialismo norteamericano. Los ‘yanquis’ son así, son una nación imperialista, y eso sigue existiendo, pero hay como una cierta adoración hacia los que nos dominan.
¿Siente que algunos sectores de la política chilena tienen mala memoria?
No tienen mala memoria, han tratado de trastocar la memoria, han tratado de cambiar la memoria, de generar una nueva memoria de acuerdo a sus intereses económicos, sociales y políticos que se amolde a una realidad que no es. Hoy día dicen que las Fuerzas Armadas tuvieron que actuar por que sino quedaría la ‘escoba’, ¿de qué escoba están hablando? Allende estaba subiendo en las votaciones. La gente veía un programa nacionalista, en defensa de los intereses de Chile y no en los grandes consorcios imperialistas. Henry Kissinger lo decía, para Nixon era más peligroso Allende que Fidel Castro, porque él había hecho la revolución con las armas y Allende, gracias al voto. Es por eso que el ejemplo de Allende está en todo el mundo. Donde vas hay una calle o plaza en su honor. En todas partes se le rinde honor. ¿Por qué tanto homenaje? Porque Allende la abrió un camino a las más vulnerables.
Hoy en día han metido la ideología de no hay pobres, que todos somos de clase media. Eso es una mentira, la pobreza existe, está disfrazada por el consumismo, y sobre todo la pobreza intelectual, que es muy peligrosa.
Lo Que Se Viene Para Mauricio Redolés
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Dentro de poco vamos a sacar el disco “Bello barrio” (1987) en vinilo, que lo hizo un gran ingeniero, Joaquín García, el mismo que estuvo detrás de “¿Quién mató a Gaete?” (1996). Ese es un gran proyecto que tengo, así como un libro de crónicas, pues estas están dispersas a pesar de haber sido cronista por 30 años en diversos medios.