Crítica de “Secret Invasion”: Un pobre Marvel y su lado más mezquino

Actores desperdiciados, un comienzo prometedor y un final desastroso, son parte de los elementos que destacan en “Secret Invasion”.

La esperada serie de Marvel Studios, “Secret Invasion”, se estrenó en Disney Plus con una grandísima expectativa, en especial por el regreso de Samuel L. Jackson como el inmortal Nick Fury, y, sin lugar a dudas, su comienzo fue lo más cercano a lo magistral, en especial con el cúlmine del primer episodio, pero… sólo eso fue.

La trama inicial de “Secret Invasion” presenta una mezcla de elementos detectivescos y acción, que evoca la sensación de la aclamada película “Capitán América y el Soldado del Invierno”. Los detalles meticulosamente planteados mantienen al público inmerso en la trama y despiertan el deseo de descubrir más en cada episodio. Con giros sorprendentes y un desarrollo emocionante, la serie logra mantener a los espectadores al borde de su asiento.

Algo ocurrió. Algo que, a modo personal, dolió un poco, aunque no me sorprendió. Un elemento que, lamentablemente, se está repitiendo en la mayoría de las producciones “post Endgame” de Marvel Studios: La mezquindad al momento crear historias y la necesidad imperiosa de encontrar escritores competentes.

No todo es (tan) malo en “Secret Invasion”

Hay que ser justos de todas formas. La serie creada por Kyle Bradstreet, bajo la producción de varios productores, como la recientemente despedida Victoria Alonso, el mismísmo Samuel L. Jackson, el mandamás de Marvel, Kevin Feige, el siempre involucrado Louis D’Esposito, entre otros, posee elementos resaltables, especialmente en el apartado musical y actoral.

El mérito del éxito inicial recae en el talentoso elenco, encabezado por la siempre impecable Olivia Colman (The Crown) y la carismática Emilia Clarke (Game of Thrones). Su presencia en pantalla es magnética y aporta un nivel de profundidad a sus personajes que es innegable. Sin embargo, a medida que avanza la serie, se produce un lamentable desequilibrio en la narrativa y sus participaciones terminan siendo insuficientes y malaprovechadas. Es como si sus personajes perdieran relevancia en el rumbo de la trama y se convirtieran en simples espectadores de su propia historia. Esto es especialmente decepcionante considerando el potencial que habían demostrado al inicio.

Lo único bueno es que seguramente veremos más de ambas actrices en el caótico mundo Marvel.

Olivia Colman en Secret Invasion (Disney Plus).

Una de las piezas fundamentales, indudablemente, de “Secret Invasion” es Samuel L. Jackson, quien retoma su icónico papel como Nick Fury tras su “desaparición” tras los eventos de “Avengers: Endgame” y una polémica escena postcréditos en “Spider-Man: Far From Home”. La presencia de Jackson en la serie es un recordatorio constante del impacto que ha tenido en el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) y del peso que lleva como uno de los personajes más queridos por los fanáticos. Su interpretación de Nick Fury sigue siendo magistral, aunque la historia parece no sacarle el máximo provecho, dejándolo en un segundo plano en algunos momentos cruciales. Aun así, el carisma y la entrega de Jackson logran mantener el interés del público en su desarrollo personal.

Lo más enriquecedor de la serie es haber recordado, a través de breves atisbos, de una de las mejores cintas de Marvel Studios, “Capitán América y el Soldado del Invierno”, que marcó un precedente para la saga, ya que abordó desde otras perspectivas una historia “superheroica” sin caer en los clichés constantes de este subgénero cinemático. Misterio, incertidumbres y pocas certezas es lo que nos presentó en los primeros tres episodios “Secret Invasion”, con un notorio alejamiento del cómic original del cual se basa el programa, pero que valía la pena seguir viendo hasta dónde llegaba.

No obstante, Marvel, una vez más, desaprovecha lo mejor que puede ofrecerle a su audiencia que, tal como indican las cifras, se sienten más decepcionados y traicionados por la mala calidad de las producciones, sobre todo con las series estrenadas en Disney Plus y la pésima recepción del primer filme de 2023, “Ant-Man and The Wasp: Quantumania”. Por algo será que el renovado CEO de Disney, Bob Iger, cambió toda la planificación hasta 2026 del UCM, pero con este tipo de productos con la invasión secreta como premisa se nota que quedan resabios de las malas decisiones.

Punto aparte es el PÉSIMO uso que le han dado a una de las razas alienígenas más importantes de los cómics marveleros, los Skrulls. Tanto en la película “Capitana Marvel” hasta la serie que nos compete ahora, los Skrulls han sido retratados de una manera muy infantil y sin un real peso en los acontecimientos del Universo Marvel. Es más, me atrevería a decir que esta raza es meramente un recurso narrativo para ampliar innecesariamente la historia que intenta llevar a cabo Marvel, la cual culminaría, hasta ahora, con “Avengers: Secret War”.

A pesar de sus fallos, la serie cuenta con una banda sonora atractiva que logra captar la atención del público. Sin embargo, esto no es suficiente para salvarla de los problemas estructurales que la aquejan.

Lo más desastroso: ¿cómo no pueden concluir bien algo?

Llegamos al punto de inflexión de “Secret Invasion”: el final. Desafortunadamente, el desenlace de la serie es una oportunidad perdida. La trama se diluye en subtramas innecesarias y personajes secundarios poco relevantes, dejando una sensación de insatisfacción generalizada entre los espectadores, máxime con el supuesto “gran villano” de esta serie, Gravik, interpretado por Kingsley Ben-Adir (Barbie), quien sinceramente hace lo que puede con un personaje que culmina de la manera más absurda, veloz e infantil posible. Otro autogolazo para Marvel.

Los giros argumentales, que podrían haber sido sorprendentes y emocionantes, carecen de impacto y originalidad, lo que provoca que el clímax de la serie sea deslucido y predecible. Es evidente que Marvel Studios pudo haber llevado la historia a un nivel más épico, pero optó por un camino seguro y poco arriesgado.

Los efectos visuales, en especial en el desenlace, son deplorables. Se nota en demasía que hay preocupante problema interno en Marvel Studios con respecto a los equipos de “visual effects”, ya que no se comprende cómo producciones con millones de dólares de presupuesto caigan en calidad visual tan insufrible. Y eso que con menos dinero existieron joyas como “Alien” o “2022: Odisea en el espacio”. Pero bueno, la explotación llevó a una huelga que, parece, no tiene un rumbo final.

Es importante señalar que “Secret Invasion” sirve como un leve apronte de lo que se verá en la película “The Marvels”, cuyo estreno está previsto para noviembre de 2023. La serie parece estar configurando el escenario para esta próxima entrega, aunque deja la sensación de que se podría haber hecho de una manera más sutil y coherente.

“Secret Invasion” comienza con un potencial prometedor que evoca los mejores momentos del Universo Cinematográfico de Marvel. Sin embargo, a medida que avanza la serie, sus problemas narrativos y la subutilización del talento de su elenco principal la alejan de convertirse en una producción destacada. Aunque Samuel L. Jackson como Nick Fury brilla en su interpretación, no logra salvar una historia que se desvanece en su tramo final.

A la espera de lo que “The Marvels” nos depara, queda claro que Marvel Studios necesita cambiar la fórmula y buscar escritores competentes que puedan crear historias verdaderamente cautivadoras y llenas de emoción. Solo así podrán mantener la magia de su universo en constante evolución.

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