Pablo Illanes debuta en Netflix con ‘Perfil falso’: “Nunca me había tocado escribir algo tan derechamente erótico”

El exitoso guionista chileno Pablo Illanes adelanta que su primera serie en Netflix, “Perfil falso”, tendrá muchos condimentos eróticos.

El guionista y escritor chileno Pablo Illanes (con quien hemos hablado anteriormente) hoy goza de un nuevo hito en su carrera gracias al estreno de su primera serie original para el gigante de las plataformas streaming Netflix, sumándose al grupo de artistas chilenos que han podido dar a conocer sus historias a todo el mundo.

Pablo Illanes habló con Revista La Máquina acerca del desafío que ha implicado la creación de la serie “Perfil falso”, que le ha permitido indagar en el mundo del thriller policial erótico como nunca antes lo había hecho.

“Perfil falso” es tu primera incursión trabajando para Netflix. ¿Cómo te sientes con este estreno y cómo se dio que te incorporaras a sus filas?

Ha sido un proyecto de largo desarrollo, principalmente porque atravesamos una pandemia durante la escritura. Yo había trabajado antes con Roberto Stopello en varias producciones de Telemundo, coincidimos en varios momentos y él me convenció de poder desarrollar algunas historias para Netflix. Empezamos a trabajar y apareció la idea e inquietud de indagar en el mundo del afán de pertenencia en las redes sociales. Desde la búsqueda de amor hasta la búsqueda de amistad. Todo lo que implica esta ilusión falsa que ofrecen las aplicaciones de citas y cómo esta ilusión se resquebraja, no sé si rápidamente, porque hay quienes estiran el enamoramiento por muchos años. Tanto a Roberto como a mí nos obsesionaba trabajar esta historia que es un cuento de hadas que termina en pesadilla.

¿Cuál fue el origen de esta ficción y si acaso siempre estuvo pensada para este formato?

No. Pensamos siempre en una serie. Vimos la cantidad de episodios que podía dar y el único pie forzado que teníamos era la posibilidad de poder contar un thriller erótico. Nos involucramos en los márgenes de ese subgénero que funciona con sus propias coordenadas para poder emocionar e identificar al público. Pero siempre fue diseñada como una serie.

¿Conocías al director Klych López y su trabajo? Si no, ¿qué opinas de lo realizado por él y Catalina Hernández en “Perfil falso”?

El trabajo de excelencia de Netflix le ofrece la posibilidad a los escritores de participar de todos los procesos de producción. A diferencia de lo que ocurre en telenovelas o en otro tipos de series con otras producciones, aquí yo tuve presencia desde el minuto uno de página en blanco hasta el jueves pasado. Fui parte de todo el proceso y es algo muy gratificante y desgastador. Pero es un proceso de aprendizaje maravilloso. No he producido nunca, pero sí he dirigido dos películas y sé lo que es el trabajo de dirección. Conocer a Klych fue determinante para el proyecto, porque él tenía una visión muy particular de lo que es el cine negro, que es un género que es muy importante para “Perfil falso” en términos lumínicos, de color y temperatura ambiente. Era fundamental que estuviéramos de acuerdo en lo central que es Cartagena de Indias para el desarrollo de la serie y todo lo que tiene que ver con el personaje de Camila (Carolina Miranda). Klych y Catalina lo entendieron profundamente, porque el trabajo de cámara que hay me parece maravilloso. La comprensión fue absoluta porque hablamos mucho de maneras de mirar y de referentes más clásicos, no solamente de referentes actuales. La serie es muy moderna y la visualidad que tiene es muy de hoy. Pero esa visualidad tan contemporánea tiene una raíz en el cine negro de los años 40 y de los 80, en “Atracción fatal”, en “Bajos instintos” y en todas esas películas que vimos cuando éramos más jóvenes. Para mí era sustancial que estuviera eso presente y creo que la estética de “Perfil falso” tiene mucho que ver con la ética de “Perfil falso”, que son estos personajes distorsionados, que se relacionan a partir del sexo y el poder. A medida que van avanzando los episodios de la serie eso se va notando.

Con esta producción se vuelve a estrenar una historia original tuya para el extranjero a ocho años de “Dueños del paraíso” de Telemundo. ¿Los procesos creativos y de realización se asemejan con “Perfil falso” o no en lo absoluto?

Yo creo que “Dueños del paraíso” no se parece a nada. Es una narconovela basada en hechos reales en los años 70 y la única idea que puedo relacionarla con “Perfil falso” es el ambiente tropical, caliente y las escenas más de piel. No creo que tengan más similitudes. En esa producción la raíz era lo que había ocurrido en la vida real, en Miami, en la década de los 70, que fue un tema que me obsesionó en su momento y el cual investigué muchísimo y vi bastante material audiovisual. “Perfil falso” es una ficción completa y absoluta. Era muy importante que la mirada del espectador estuviera en Camila Román desde el minuto 1, para poder evitar las historias paralelas al comienzo. Fue clave que el descenso a los infiernos de Camila fuese en un ambiente paradisíaco para marcar la contradicción que existía entre las dos atmósferas. Las palmeras y el calor de Cartagena versus el infierno personal que estaba viviendo ella internamente.

Debido a tu experiencia anterior con la historia ambientada en el Miami de fines de los 70, ¿ahora tuviste más facilidad para incluir jerga colombiana en el guión o en “Perfil falso” se prioriza el español neutro?

La idea era utilizar el color local en Cartagena de Indias, pero siendo transversal para todo el mundo, o sea, que fuera un español neutro que pudiese ser interpretado de la misma manera por todos. Eso fue desde el texto. Se nos pidió eso como parte importante del proyecto, pero sin desconocer el color de algunos personajes locales. Por ejemplo, el personaje de Lincoln Palomeque, que es el aliado de Camila entre comillas, es fundamental para definir ese colorcillo que todos nuestros países tienen. Colombia tiene una variedad absoluta de tonos, colores, sabores y miradas, y era crucial que eso estuviera reflejado, porque es evidentemente una serie colombiana que aprovecha mucho esas locaciones y esos lugares.

¿Cómo imaginas que hubiese sido “Perfil Falso” si se hubiera hecho en Chile?

Habría sido distinta. El escenario de Cartagena de Indias le da una característica que a mí me encanta y es maravillosa, que tiene que ver con la temperatura de los cuerpos. En el caso de Chile, yo creo que hubiera sido más frío y otro tipo de “Perfil falso”. Siento que la travesía de Camila podría haber sido aquí, en Argentina, Rumania o en cualquier sitio. No es una historia que demande alguna cultura local, propia o particular. El escenario habría sido muy diferente para el recorrido que hace Camila a través de Cartagena de Indias.

“Perfil falso” ha sido promocionada textualmente como “una historia de drama, muerte y sexo prohibido”. ¿Adhieres a estos calificativos o tu guión es mucho más que lo señalado?

Me parece que está bien. Solamente agregaría secretos, traiciones y miradas que matan. Hay que definir que el thriller erótico se mueve en esos terrenos también. Se caracteriza justamente porque los personajes se relacionan a partir de los errores que cometen en la cama. Se comprometen eróticamente o sexualmente de una manera equivocada y eso los lleva a la ruina. Desde todos estos referentes que mencioné hasta ahora. Ocurre no solamente con el personaje de Camila, que es la protagonista, sino que con muchos otros de esta galería de seres equivocados, que conforman “Perfil falso”.

¿Cómo se dio la construcción de un “guión erótico” después de casi treinta años como escritor, donde has hecho desde melodrama, comedia, hasta thriller policial, en teleseries, unitarios, series, largometrajes y libros?

Había tenido cierta incursión en el género en las teleseries nocturnas. Debo reconocer que nunca me había tocado algo tan derechamente erótico. Pero siempre me interesó saber cómo se escriben las series eróticas o las escenas de romance más explícitas. Ese mismo proceso lo viví con “Prófugos” para HBO, que era una serie de acción. Ahí me dediqué a investigar cómo escribían ficciones de acción los directores de cine de los 70, por ejemplo, Sam Peckinpah, que se caracterizaba por sus escenas de alto calibre de acción. Lo mismo pasa con las escenas eróticas: hay que describirlas al dedillo y al detalle. También lo habíamos hecho antes en “Perdona nuestros pecados” y “Demente”, con algunas escenas de esas teleseries donde el trabajo había sido muy exhaustivo en qué describir, cómo describir y hasta dónde llegar. Yo pienso que los actores se sienten más cómodos por un lado y hay un tema con la intimidad. Creo que lo peor que le puede ocurrir al actor a la hora de entrar al set y en este tipo de escenas, es encontrarse con cosas que no sabe. La sorpresa o lo que no estaba planificado genera mucha desconfianza. En este caso, estaba todo meticulosamente orquestado de manera que no existieran sorpresas en el set y los actores uno o dos meses antes supieran exactamente lo que le iba tocar a sus personajes. Con el guión también y con mucho respeto tratamos de priorizar las escenas eróticas que generan algo. “Perfil falso” es una serie con mucha piel y con escenas extremas. Pero llevan a algo y conducen al descubrimiento de un personaje o la destrucción de algún mito a lo largo de la serie.

¿Los seguidores de tu carrera y personajes encontrarán rasgos o sellos característicos tuyos aquí en “Perfil falso” o no?

Yo creo y espero que sí. Me he dado cuenta que sí a partir de los primeros comentarios que me han llegado. No puedo decir dónde ni cómo, porque sería un spoiler. Pero sí hay ciertas referencias que van a identificar y sobre todo algunos textos que tienen que ver con ciertas villanas que forman parte de mi pasado y que tienen que ver con la manera de decir las cosas. Siempre me han gustado los personajes que dicen las cosas por su nombre. En “Perfil falso”, tanto Camila que es esta heroína, Femme fatale, villana, que atraviesa varios estados, como su archienemiga, tienen momentos de antología en términos verbales, que era algo importante en esta serie.

¿Crees que “Perfil falso” fortalecerá la internacionalización de tu trabajo o eso ya ocurrió después de “Dueños del paraíso”, “Prófugos” y la adaptación de tus guiones para televisión en otros países?

Siempre me ha gustado trabajar en Chile y me encanta trabajar afuera y aprender de otras formas de producción. Creo que un guionista debe caracterizarse por ser versátil, poder moverse de género en género, de industria en industria y de formato en formato. Hoy el mundo y las plataformas de streaming ofrecen esa característica de versatilidad para un guionista y para mí eso es lo más importante. Contar historias para diferentes universos y tener la libertad para hacerlo, que es lo único que uno pide como autor, que te dejen escribir y Netflix ofrece eso en esta serie.

Desde los unitarios de “Las Historias a Sussi” hasta “Perfil falso”, según tu experiencia, ¿qué tanto ha cambiado la forma de escribir y producir series en Latinoamérica?

¡No puedo creer que te acuerdes de “Las Historias de Sussi”! Es algo que pasó hace mucho tiempo. Yo estaba en la universidad cuando escribí esos unitarios. Ha sido radicalmente una modificación absoluta de lo que son los roles dentro de la industria. Los guionistas ahora tenemos mucho más poder que en los años 90. El nivel de compromiso o de involucramiento que tenía el autor con los procesos era ínfimo. Hay algunas productoras que todavía insisten con esa modalidad. Aunque creo que la mayoría ya no trabaja de esa manera. Hoy en día lo más importante es la mirada del guionista y la mirada del guionista como parte determinante de todos los procesos: de la preproducción, la producción y la postproducción. No hay nadie que sepa mejor cómo se desenvuelven los personajes que el autor. El guionista puede ser clave para solucionar problemas, resolver interrogantes, y eso es muy importante que todo el mundo lo asimile de una manera más profunda. Nosotros como guionistas tenemos la fama de estar siempre criticando todo al momento de trabajar en los proyectos y no es así. Mi trabajo particular como autor en este proceso fue de que todos estuviéramos en la misma página de comprensión, que la historia de Camila Román fuese identificable por todo el mundo y todos los elementos de alguna manera similar. Todos podemos tener opiniones y colaboraciones y de eso se trata. Pero lo más importante era poder precisar que la mirada de Camila atravesara toda la ficción.

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