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Mirageman: nuestro “héroe”, nuestro emblema, nuestra realidad

Los grandes héroes han existido prácticamente desde que el ser humano tuvo consciencia sobre sus actos y comenzó discernir sobre que, en ocasiones, la realización de ciertas acciones, valga la redundancia, tenían tintes heroicos y que podían generar un gran impacto en su entorno y/o comunidad.

Los héroes han estado y estarán presentes en nuestro colectivo imaginario siempre. En ciudades reales, ficticias, incluso provenientes desde otros mundos tan lejanos como Kripton o el planeta Vegeta, entre otros. Pero todo eran, sin importar su origen puntual, afuerinos que nos divertían con sus historias, no obstante eso cambió con la llegada del hombre común de mascara azul que está para ser el protector del chileno común y corriente, sobre todo a su propia familia.

Corría el año 2008, específicamente un 20 de marzo, y se estrenaba comercialmente “Mirageman”, de Ernesto Díaz Espinoza (Redentor). El héroe de máscara azul llegaba a la pantalla grande a sacudir la monotonía del cine chileno y a abrir un espacio que ha sido dominado constantemente por la industria norteamericana: los superhéroes.

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Póster oficial de Mirageman (2007)

La historia de Marco Gutiérrez (Marko Zaror) se enmarca en que el joven fanático de las artes marciales posee una historia familiar que lo ha dejado solo junto a su hermano Tito como consecuencia de un asalto sufrido en su propia casa, que le quitó la vida a sus padres y que dejaría a su hermano menor con serias secuelas psicológicas después de que los maleantes abusaran de él.

Prácticamente solo en el mundo, Marco es consciente de que su afición por las artes marciales no le permitirán subsistir, por lo que se ve obligado a tener un trabajo en un local nocturno como guardia.

Un día y sin mayores motivaciones iniciales, su instinto justiciero hicieron que repeliera, gracias a su gran estado físico y dotes de artista marcial, el asalto a una casa en donde al enfrentarse a los malhechores, se coloca la máscara del primero de estos que lo encaró y comienza, uno por uno, a dejarlos fuera de combate, logrando así su cometido.

Como resultado de este rescate, evitó la violación de una joven mujer, quien resultó ser la famosa conductora de noticias de un canal de televisión, Carol Valdivieso (María Elena Swett). Debido a la repercusión mediática por la naturaleza de la persona afectada y las positivas consecuencias que la presencia de este nuevo héroe callejero trajo a su hermano Tito, Marco decide seguir con esta aventura justiciera.

Como era de esperarse, en la película habría más que solo patadas y unos antagonistas de turno, ya que además se muestran las peripecias típicas por las que una persona común y corriente, sin importar si fuese o no un superhéroe, debía enfrentar para seguir adelante. Problemas con el cambio del traje, dificultades para financiar su travesía y el enjuiciamiento de la gente, que presenta la tesis de que la labor de Mirageman es intrascendente son parte de la muestra social de las que la película se hace cargo.

La película comienza a llegar a su clímax cuando Marco (o Mirageman) recibe un correo amenazante de parte de los integrantes de una red de pedofilia, tema sensible para él por lo ocurrido con su hermano, sin embargo el mensaje resultó ser un método para embaucarlo, ya que al llegar se encuentra con maleantes armados, quienes casi lo matan y termina siendo salvado por un detective.

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Como si no fuera poco, adicionalmente, la periodista Carol Valdivieso es secuestrada por una banda de maleantes, debiendo ser Mirageman quien recurra en su ayuda nuevamente. Luego de seguir una serie de pequeñas pistas, llega hasta el lugar del rescate, siendo interceptado por una serie de artistas marciales de menor valía, los cuales no presentaron mayores problemas, salvo dos: el luchador de capoeira y quien pareciera ser el líder del grupo. Todo resultó en una treta para que Carol Valdivieso pudiese obtener en exclusiva la verdadera identidad del héroe santiaguino.

Finalmente, Mirageman se da cuenta de que todo lo anterior ha sido una trampa y que fue manipulado y ridiculizado ante la opinión pública por Carol Valdivieso, decidiendo abandonar el manto de héroe callejero, siendo convencido por el detective que anteriormente lo salvó a que siguiera, que su noble labor era necesaria y que solo él, la periodista y el propio Marco, conocían su identidad secreta.

Envalentonado, decide ir una vez a por la niña que era mantenida en secuestro, teniendo las mismas dificultades que la vez anterior, sin embargo, esta vez, y a pesar de que volvió a recibir una paliza y ser baleado a quema, logra rescatar a la niña. Debido a la herida de bala, Mirageman cae a un estanque de agua, siendo dado por muerto.

El filme termina con Carol Valdivieso pidiendo perdón por la emboscada anteriormente hecha y con Mirageman mirando a su pequeño hermano desde un depósito.

El regreso del héroe enmascarado

Después de poco más de diez años, el regreso del héroe olvidado de la escena superheroica chilena está próxima a concretarse, esta vez, mediante los cómics que están siendo trabajados por Sebastián Castro en guion y Guido Salinas en dibujo (ambos autores de la saga Guardianes del Sur). Cabe destacar que en el trabajo de escritura está muy involucrado el director de la película original, Ernesto Díaz Espinoza.  

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