Reseña| Hellboy, un reboot entre la espada y la pared

Here she comes now sayin’ Mony Mony…

Basada en el cómic homónimo creado por Mike Mignola y editado por Dark Horse Comics en 1993, Hellboy (2019) es un reboot de la recordada bilogía dirigida por Guillermo Del Toro (Laberinto del Fauno, La forma del agua) allá por 2004.

Mucho se habló de una tercera parte de las películas de nuestro director mexicano ganador del Oscar favorito (el mío al menos cof cof), pero se desistió de volver a entregarle la dirección de estas cintas, debido a que él no quería ver el final de los tiempos con esta inacabada tercera parte, ofreciéndole el estudio solamente labores de producción; dicha situación no agradó a Guillermo por lo cual desechó la idea de participar y junto a él, Ron Perlman (quien interpretaba a Hellboy) también se bajó del proyecto.

La Hellboy de Guillermo del Totoro

Dichas decisiones llevaron a que la nueva entrega de Hellboy no siguiera la continuidad de las anteriores, reiniciando a este personaje y su mundo, ahora bajo la dirección de Neil Marshall (Game of Thrones, Westworld, Hannibal) y con guion de Andrew Cosby (Eureka), producida y distribuida por Lionsgate y con ayuda del autor original de la obra, Mike Mignola.

Seca Milla Jovovich <3333

La historia de Hellboy (2019) sucede en el Estados Unidos de la actualidad. Hellboy (interpretado por David Harbour, Jim Hopper en Stranger Things), un demonio mega rudo y medio metalero, trabaja para el gobierno investigando y defendiendo al país de las fuerzas sobrenaturales que quieren causar destrucción y terror en la población. Su misión será detener a Nimue (Milla Jovovich), una poderosa bruja que busca convertir al mundo en el mismísimo Infierno, y que es liberada luego de llevar cientos de años encerrada desde la época del Rey Arturo.

La crew de Hellboy.

En esta misión, Hellboy deberá salvar al mundo junto a su equipo conformado por una médium adolescente capaz de hablar con los muertos (Penelope Mitchell, Letha en Hemlock Grove) y un militar que se convierte en Jaguar cuando se enoja (Daniel Dae Kim), pero todo se complicará cuando Nimue vea en él lo que estuvo buscando toda su vida: un rey que la acompañe en su reino de sangre y destrucción.

Long live the king.

¿Que querí que te diga? Esta película es simplemente brutal

Hellboy (2019) es entretenida por donde se le mire, llena de acción, sangre y chistes por doquier, conoce a cabalidad el público al que apunta y no tiene miedo en abrazarlo, si a eso le sumamos una dirección dinámica y un soundtrack metalero, queda un producto final con unas peleas y secuencias de acción que son simplemente espectaculares de principio a fin y que son descomunales en todo sentido, a pesar de ser muchas veces sólo CGI y efectos especiales.

Punto aparte es el gran trabajo que hicieron en maquillaje y efectos especiales en esta cinta, ya que este Hellboy y todo su mundo realmente parece que tuvieran vida y fueran entes reales en un mundo como el nuestro. En cambio, el demonio de las películas de Del Toro poseían una apariencia marcadamente maqueteada (bueno, 15 años no pasan en vano) y no mostraba mayores interacciones frente al clima o el esfuerzo que realizaba; no obstante, a este lo vamos a ver sufrir por lograr algo difícil, sudar a gotas, botar sangre, etc. Realmente parece un ser orgánico y eso realmente me conquistó.

Díganme que el Hellboy (2019) no es brutal al lado del otro.

Siguiendo con la dirección, quizás es este mismo ritmo frenético lo que le juega una mala pasada en cuanto al desarrollo de la historia, a causa de que empieza muy pero muy bien, con secuencias de acción puras y duras, pero a medida de que se va desentramando la historia de fondo, cada vez hay más secuencias de diálogo que van dándole pausas a la cinta y termina en un tono que, si bien se ralentiza para nada el filme, sí se siente pesado luego de algo tan dinámico y fresco.

Para quien se lo pregunte: ¿Es necesario haber visto las otras Hellboy? No. Obviamente, hay más de alguna referencia que hará la experiencia mucho más grata *cof cof, hay dos escenas postcréditos*, en balde se puede ir a ver esta película sin saber nada de nada.

Inclusive este mismo desconocimiento base es uno de los grandes errores de la cinta, te cuenta muchos detalles sobre los orígenes de los protagonistas, haciendo que se pierda el misterio en lo sobrenatural y le baja el ritmo al colocar por lo menos tres historias de origen que terminan hastiando en cierta medida.

Sobre las actuaciones, son todas correctas en el tono de la película, nadie sobresale ni se siente que queda en deuda. Lo que sí, en este reboot de Hellboy casi todos los personajes cambian en cuanto a su personalidad en relación a la película anterior. Por ejemplo, el padre de Hellboy (Ian McShane) en vez de ser un sacerdote medio misterioso y solemne, ahora es un viejo canchero y aventurero, que es hasta medio cruel en la forma de relacionarse.

Padre e hijo

¿Me quedo con esta o las anteriores?

No podría elegir, ya que son películas muy pero muy diferentes, es como comparar el Spiderman de Sam Raimi con el de Marc Webb. Ambas visiones muy diferentes del mismo personaje y que parecen hasta de universos paralelos.

Mientras, el Hellboy de Del Toro es una especie de “mito urbano” dentro de la sociedad, este Hellboy es un antihéroe puro y duro que no se esconde de nadie. Uno es mucho más “investigador” y controlado, mientras este Hellboy es un guerrero innato, brutal y hasta impulsivo. El tono de las anteriores indaga muchísimo más en el suspenso, mientras este se entrega de lleno a la comedia y a la acción.

Sumado a lo anterior, es importante decir que la historia de este nuevo Hellboy gusta muchísimo más, pero las anteriores están mejor contadas y con muchos más recursos “cine” que esta.

Si bien hay dos tratamientos tan diferentes para el mismo personaje, se sigue manteniendo la esencia de alguien conflictuado con su identidad al ser un demonio viviendo en un mundo de humanos… Cómo se resuelva el conflicto, ahí ya va en el tono y la dirección que cada director y guionista le quisieron dar al demonio.

Y créeme que esto no es nada.

No es una película para todos (partiendo por la sangre y el gore; está muy clara la categoría R), para una persona que quiere una experiencia más visceral y adulta del género heróico, esta cinta le viene como anillo al dedo. Muy diferente y única en los tiempos actuales, demostrado en 120 minutos brutales.

La brutalidad hecha antihéroe.

Le doy 5.5 de 7 doggitos.

Por: CineDoggorama (@cinedoggorama en Instagram).

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