No hay comentarios

De Superman a Homelander: el origen y la capitalización de los superhéroes que dominan el marketing actual

Los superhéroes nacen como fenómeno de cultura pop a fines de los años 20, donde el capitalismo como lo conocemos hoy se asienta y logra generar, poco a poco, su cosmovisión de la vida, las relaciones sociales y la interpretación de las cosas. Dentro de este proceso sociológico se desencadena la mutación de lo que se conoce como folklore. El folklore ya no serían más antiguas tradiciones indígenas o campestres, ahora tendrían forma de capas, mallas ajustadas y poderes magníficos.

Superman (Jerry Siegel y Joe Schuster) hace su primera aparición en Action Comics N°1 de lo que hoy conocemos como DC Comics. En su momento, su existencia fue innovadora, audaz y quebradora de estereotipos de entretención clásicos; presentaba a los niños y no tan niños una forma diferente de pasar su tiempo, además de fomentar la lectura.

El “hombre de acero”, eso sí, no es solo un hombre proveniente de otro planeta con súper fuerza que puede volar. También es una historia y una llave que abrió para la cultura popular un espacio dominado por el folklore clásico. Bien ganado tuvo el sobrenombre de “el hombre del mañana”.

El debut de Superman: ¿Cuánto vale una copia de Action Comics No. 1?
Superman en Action Comics.

Detrás de Superman podemos encontrar la clásica referencia y figura del viaje del héroe, en este caso, “del héroe contra su destino”. La historia de un bebé que logra escapar de su planeta en una nave espacial, en medio de una catrastrofe, pero también está implícita aquella referencia de los inumerables viajes que la cultura judía (etnia a la que sus creadores pertenecían) han debido realizar por siglos.

Los superhéroes, Grant Morrison y Nietzsche

El escritor Grant Morrison (All Star Superman, entre otros) relata el origen de Superman de manera más amplia, pues establece que el hombre venido de Kripton es la representación moderna de los dioses y mitos de la antigüedad. Sin embargo, hay más. Man of steel es, además, la personificación de lo que el filósofo alemán Friedrich Nietzsche denominó como “Superhombre”.

El concepto de superhombre plasmado por el filósofo alemán se define como la adquisición de un estatus físico, moral y espiritual superior al del hombre común. Este individuo, además, es probo y capaz de crear por sí mismo un sistema propio de convicciones e ideas que regulan o, mejor dicho, guían su actuar. En esta definición, Superman es capaz de generar, debido a sus habilidades, perfectamente su propio submundo, o incluso hacer de la Tierra su propia interpretación de la vida.

Friedrich Nietzsche's Übermensch (Superman) | SchoolWorkHelper

Capitalización de los súperpoderes

Aunque Superman, el primero en su especie, al comienzo de su existencia como fenómeno social fue un ejemplo de virtudes, probidad, justicia y todos valores y elementos sociales de construcción positiva, también, progresivamente, se transformó en un arma de publicidad masiva. De ahí que se diga que los superhéroes no son solo mallas y la posibilidad de volar.

La existencia de este ser perfecto sirvió para transformarse una visión icónica de valores como patriotismo o justicia. Pero poco a poco la competencia y la mutación de la sociedad derivó a que estos hombres y mujeres de maravilla fuesen variando su forma de ser, sus acciones y, sobre todo, aquellos valores que lo representaban. Se cuestionaba su existencia como ‘superhombres’ o ‘supermujeres’ y se les exigía, lo que puede denominarse como una democratización de su existencia, es decir que viviesen situaciones reales.

Para que este proceso fuera del todo exitoso, fue necesaria la aparición del, en ese entonces, joven autor Alan Moore, quien daría un vuelco a las historias hasta entonces contadas. Personajes como The Question o Capitan Atom, todos comprados por DC Comics a Charlton Comics a comienzos de los ochenta, le permitían a la editorial enfocar historias más oscuras o adultas, entregar simbolismos políticos como, por ejemplo, lo hace la serie de novelas gráficas The Watchmen, del propio Moore.

Los héroes creados por DC y otras casas editoriales se habían convertido en un elemento de marketing, que tenían gran aceptación cada cierto tiempo en otras plataformas como la televisión o el cine, teniendo, justamente, a Superman como uno de los “caballitos de batalla”, o ridiculizando al concepto de Batman con la serie protagonizada por Alan West en los 60s.

Dr. Manhattan, Watchmen y los nuevos ‘superhombres’

Tras la negativa sufrida por Alan Moore para tomar estos personajes y, al mismo tiempo el autor al percatarse de la ya larga existencia del arquetipo, decide contestar la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si los superhéroes fuesen imperfectos?

Situado en plena Guerra Fría, Watchmen se hace cargo no solo de esta interrogante, sino también de la representación un contexto sociopolítico que los propios Estados Unidos comenzó a vivir. Para ello, Alan Moore crea a sus propios héroes.

Niteowel, Rorschach, Comedian, Ozymandias, Silk Spectre y el afamado Dr. Manhattan, son el grupo que Moore toma y deconstruye, pero ¿qué es deconstruir? Es un término que el filósofo Jaques Derrida, quien lo llama como la desmantelación y desarraigo hacia cualquiera idea, cuestionando sus formas, sus orígenes y su prevalencia.

Siguiendo esta lógica, Moore nos muestra personajes con defectos. Impotentes, paranóicos, egoístas y sociópatas. Los toma y les quita, figurativamente, el traje y los vuelve de carne y hueso. Esto no quiere decir que se destruya per se el concepto de superhéroe, sino que solo se transforma, muta y varía, mostrando otras posibilidades de construcción narrativa.

The Boys: reformulando lo nuevo

En la recién mencionada Watchmen hay un personaje poco abordado, que queda en un lugar secundario respecto a Dr. Manhattan u Ozymandias: Dólar Bill, un héroe contratado por una cadena de bancos, que se transforma en una especie de mascota corporativa, haciendo alusión directa a la extremada capitalización y comercialización del concepto de héroes.

¿Cómo se relaciona esto con The Boys? Mediante The Seven, la que hace las veces de The Avengers o Justice League, se muestra a seres poderosos, pero que no utilizan necesariamente sus habilidades para un bien común u orígenes nobles, y muestra de ello es la adicción que se muestra a las drogas o comportamientos que, comúnmente, se asocian a villano o en algunos casos puntuales, y con mucha suerte, a antihéroes.

The Boys revoluciona el sentido de lo que se entiende por heroico y los en forma mucho más natural, como si fuesen seres reales, con luces y sombras, lo que permite desarrollar un mundo que expande y consolida la posición de que no necesariamente un ser poderoso debe ser heroico.

Si bien los superhéroes pueden ser vistos como objetos, símbolos y representaciones “concretas” de muchas virtudes, incluso pueden ser utilizados como un elemento de expresión propagandística – como fue el caso del Capitán América durante la etapa más cruda de la Segunda Guerra Mundial-, su origen más prístino e inocente, meramente, tenía como objetivo entretener. Ahora bien, esto plantea la siguiente pregunta: ¿Son los superhéroes un espacio de propagación ideológica o solamente una forma de entretención?

The Boys (2019) crítica: epopeya de mal gusto que respeta el cómic
También podría gustarte
Etiquetas: , , , , ,

Más publicaciones similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar