Hace algunos días en La Máquina presentamos “La ciudad eterna”, novela histórica-policial y debut en el mundo literario del autor chileno Guillermo Pilgrim, recientemente lanzada en octubre de este año.
La historia está basada en el misterioso asesinato de una joven en la roma de Nerón y el incansable esfuerzo de un policía y una médica romana que harán todo lo posible, incluso poner en riesgo sus vidas, para encontrar la verdad tras el crimen, en un camino que los llevará a estar cara a cara con las esferas más importantes del imperio.
En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de conversar con su autor, quien reveló qué lo inspiró a escribir la obra, su visión del mundo literario chileno y por qué prefiere mantener el anonimato.
–¿Qué inspiró a Guillermo Pilgrim a escribir “La ciudad eterna”?
La verdad, Chile. El periodo en que transcurre la novela está marcado por una serie de eventos políticos muy movidos, polémicos y, en algunos casos, transgresores. Habían muchas situaciones políticas, económicas y culturales que pusieron en jaque lo que siempre había sido, un orden que permanentemente estaba en tensión. De hecho, uno de los grandes problemas del emperador Nerón fueron las distancias entre las élites políticas y económicas con el pueblo. El “Estallido Social” permitió afinar algunos detalles en la parte final de la novela, pero ya estaba estructurada desde antes.
–Llama la atención tu férrea defensa hacia Nerón, un emperador muchas veces catalogado como tirano…
Nerón no era un tirano. Fue una persona sensible, un gran artista, cantante y músico. Fue muy querido por el pueblo. Pero si lo comparamos con los estándares de hoy, cualquier emperador nos podría parecer tirano. Lo que no se dice es que durante su reinado las élites no estaban de acuerdo con sus políticas y lo llamaron populista debido a que intentó generar leyes que mejoraran la vida del pueblo romano. Y la prueba es que el senado le generó un montón de problemas y trataron de derrocarlo antes de que se suicidara.
-¿Con qué se van a encontrar los lectores de “La ciudad eterna”?
Es una novela histórica llena de detalles que se combina con un policial. Sigue la investigación de un policía y una médico romana sobre el asesinato de una mujer, dentro de un marco histórico súper bien cuidado, retratado y detallado.
La novela trata de reflejar lo más fielmente posible la vida cotidiana de los romanos: cómo eran las casas, las calles, los bares, los prostíbulos. Cómo se vestían, qué comían, sus ocios, se explora también la sexualidad, las diferencias entre clases sociales, entre otros. Fue un proceso de investigación bien potente. Retrata también los periodos históricos como la aparición de los cristianos y el gran incendio de Roma.
Es un tipo de novela que se desarrolla poco en Chile. Tiene aventura, sensualidad, misterio, humor y violencia. De alguna manera, hace un reflejo a nuestro mundo de hoy. Confío en que la van a disfrutar.
–¿Cómo es adentrarse en el mundo de la literatura en un país como Chile?, ¿ha sido dificultoso para ti como Guillermo Pilgrim?, ¿cuáles fueron los mayores desafíos?
Es un medio muy difícil, porque es extremadamente pequeño. No existe la competencia y el nivel de ventas tiende a ser bajo. Creo que Chile siempre ha tenido una deuda profunda con la cultura y educación, que con la crisis política y sanitaria ha empeorado. La cultura no es una prioridad a nivel gubernamental, pero tampoco a nivel de las personas. Somos un país que todavía no dimensiona el valor que puede tener la cultura y la educación.
La gente no se da cuenta que al no ver una obra de teatro, de danza, una película o libro chileno está perdiendo. La cultura nos hace personas, genera identidad y relaciones sociales.
Tampoco hay que tener miedo de decir que el medio cultural puede ser una industria. Hay países en que el 1 y 1,5% del PIB proviene de la cultura. Debe haber un cambio de mentalidad social y nuestras clases dirigentes tienen que hacerse cargo. Hemos tenido muy malos ministros de Cultura, pero siento que está bueno de estar siempre tirándole la pelota a los políticos, tenemos que empezar a actuar en la calle, a consumir más cultura. Es una responsabilidad de todos. Cuando un libro se piratea no solo pierde plata el autor, detrás hay un editor, un diseñador, la imprenta, todo un cúmulo.
Guillermo Pilgrim y el anonimato como arte
–¿Quién es Guillermo Pilgrim?
Es un escritor que se está introduciendo en el mundo de la literatura de entretenimiento, pero de calidad. Creo firmemente que en Chile se pueden hacer buenas ficciones al igual que en Estados Unidos y Europa. Tenemos las capacidades de generar novelas de todo tipo: desde entretención hasta las más exóticas.
También tengo un interés en que la gente lea, se entretenga y conozca la literatura de Chile y el mundo. Soy profesor universitario y sé que la historia es una herramienta muy eficaz para comprendernos. Tener memoria colectiva nos permite entendernos mejor. La literatura no tiene que ser latera y aburrida. Uno se entretiene e informa leyendo. Existe la idea de que leer es difícil y para intelectuales, no es cierto.
–¿Por qué ese seudónimo?
Guillermo es por William Shakespeare, uno de mis referentes literarios. Y Pilgrim es porque significa ‘peregrino’. Y me parece que en esta pirámide de la historia y cultura todos somos unos peregrinos que caminan en ella.
–¿A qué se debe tu intento de anonimato?, ¿por qué quieres pasar desapercibido?
El concepto de personajes público no me viene bien. Guillermo Pilgrim es un personaje que me sirve para instalar la novela, dar entrevistas y hablar de ella. Y luego vuelvo a ser yo. Me interesa que la gente sepa y lea la novela. Mis ideas y opiniones no son tan relevantes, no tendrían que serlo. No sé si es tema lo que el autor opina, importa la obra.
–Es curioso que quieras mantenerte al margen en un mundo artístico donde hay mucho ego. ¿Es así?
Por supuesto que hay ego. Pero en defensa en todos lados existe, solo que en el mundo del arte se nota más. Los artistas tenemos que ser necesariamente un poco egocéntricos, porque de todas las novelas del mundo, tengo que convencer a la gente que lea la mía. El actor dice mírame a mí. El músico dice escúchame a mí. Tienes que creer que lo tuyo vale la pena. Es un ego que se necesita. Hay algo de identidad que se juega dentro de toda obra.
Si quieres adentrarte en la antigua Roma y conocer los secretos tras el macabro crimen de la joven, puedes adquirir «La ciudad eterna» a través de este link, donde además, podrás leer un fragmento con las primeras 20 páginas de la novela.
