Columna | Gabriel Urzúa, de John Lennon a ser un actor promesa del teatro chileno

Probablemente su rol más conciso y elocuente sea el del mismísimo John Lennon en la obra “Paul y John, una historia de The Beatles”, que posteriormente le valió volver a interpretar al autor de Imagine en “John, el último día de Lennon”. De ahí en más, rápida y merecidamente, el actor Gabriel Urzúa se ha convertido en, como dije, una de las mejores sorpresas y apariciones de los últimos años.

Masivamente se hizo conocido por su rol de Benjamín en la extensa (muy extensa) teleserie “Verdades Ocultas”, espacio que le permitió mostrar una parte importante de su “yo actor”, poniendo al servicio del personaje y de la historia en general diferentes registros actorales, adaptándose a la diversa cantidad de situaciones que, a esas alturas de la historia, tenían cargas e intensidades cada vez más potentes.

Otra versión de Gabriel podemos verla más recientemente “La Ley de Baltazar”, teleserie donde además su personaje cuenta con la carga sociopolítica de poder llevar, en horario familiar, de la mejor manera posible la historia de un homosexual que – con todo el derecho del mundo- se enamora de otro hombre (interpretado por Gabriel Cañas).

Urzúa ha puesto en su incipiente pero cada vez más sólida carrera televisiva todos sus años de oficio (más de 10) entre las tablas y las salas de clases, desarrollándose, además, fuera de la televisión, como actor y director (recientemente en la obra Principiantes), lo que augura que estamos en presencia de un actor íntegro e integral, capaz de conocer y reconocer las diversas facetas del quehacer actoral y por ende de ser un aporte tremendo a la cada vez más diversa y floreada camada de nuevos actores y actrices que ha engrandecido la escena televisiva, cinematográfica y sobre todo, teatral de nuestro país.

Gabriel Urzúa, sin lugar a dudas, está llamado a hacer grandes cosas, tanto en cine (como en Araña); televisión, como hasta hora; y sobre todo en teatro, lugar donde más es él mismo.